El astro portugués vivió intensamente la tanda desde los doce pasos hasta la eliminación a manos de Francia.

Más allá de las figuras de Francia, Kylian Mbappé y compañía y toda la clase de la selección subcampeona del mundo, los flashes lo perseguían a él. Todos sabían que ésta era la última Eurocopa de Cristiano Ronaldo en Portugal y ese encumbrado cruce de cuartos de final iba a dejar a un peso pesado afuera, con toda la frialdad de una eliminatoria deportiva. A CR7 le tocó perder la clasificación pero nunca el protagonismo de la velada, donde encarnó una montaña rusa de emociones que desembocaron en la desazón.

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Tras el 0-0 en tiempo regular, la primera decisión de Cristiano sorprendió. En el sorteo junto al capitán galo NGolo Kanté, quien se quedó con la cinta tras la salida de Mbappé, la fortuna estuvo de su lado pero eligió que pateara primero el rival en la serie definitoria. El árbitro Michael Oliver, tal vez un tanto sorprendido, le hizo el dos con los dedos para confirmar la voluntad del astro, y éste asintió. ¿Habrá pesado ese punto en el destino luso, sentenciado por el disparo en el palo de Joao Félix? Seguramente, CR7 quiso repetir la fórmula exitosa de la tanda de la fase anterior ante Eslovenia, pero no salió.

A la hora de ejecutar su primer disparo, Cristiano lo hizo con solvencia y festejó agrandado, con la vista en alto hacia las tribunas, para luego arengar a sus compañeros al reunirse con ellos en la mitad del campo. La confianza era total por entonces.

Obviamente, una vez que Theo Hernández convirtió su remate y toda la alegría y desahogo fueron francesas, se lo vio a la estrella de Al-Nassr muy apesadumbrado. Igual, a diferencia de las lágrimas que no pudo evitar al fallar un penal en tiempo los 120 ante los eslovenos, a CR7 se lo vio entero, saludando a quienes se le acercaban con resignación.

Por primera vez en su larga y exitosa carrera, Cristiano Ronaldo terminó un torneo de selecciones  grande, como una Eurocopa o un Mundial, sin haber marcado un solo gol en tiempo regular. Su mejor chance fue el penal malogrado ante Eslovenia.

Después de arrancar su faena en la Euro 2004, siguió con el Mundial 2006, la Euro 2008, el Mundial 2010, la Euro 2012, el Mundial 2014, la Euro 2016, el Mundial 2018, la Euro 2020 (disputada en 2021) y el Mundial 2022. En Alemania 2024, como una muestra de lo que sería su despedida, se fue seco, de la mano de una Portugal que solo marcó cinco tantos y en la fase de grupos.

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