Cavallo cree que el dólar está 20% atrasado y comparó el escenario con el fin de la convertibilidad
El ex titular de Hacienda se refirió a la fuerte apreciación del peso creada por la gestión económica de Javier Milei y Luis Caputo. La comparación entre el panorama actual y los problemas de los últimos años del "1 a 1".
El ex ministro de Economía, Domingo Cavallo fue letal con el último comentario que hizo en su blog al asegurar que el dólar está atrasado en un 20%. En su análisis, el ex ministro de Economía advirtió que esta apreciación del peso que ve es “parecida” a la que existió en los años finales de la convertibilidad que provocaron su posterior caída.
“Existe una apreciación real exagerada del Peso que puede estimarse en alrededor del 20%. Parecida a la que existió en los tres años finales de la convertibilidad, apreciación real que llevó a una deflación muy costosa porque transformó a la recesión que se había iniciado a fines de 1998 en una verdadera depresión económica, fenómeno que comenzó a erosionar el crédito internacional del país y a alentar la salida de capitales”, alertó Cavallo en un documento publicado este viernes 3 de enero en su blog.
En su análisis, también desestimó la posición del presidente Javier Milei, quien defiende su modelo al asegurar que, a diferencia de aquel momento, actualmente no hay déficit fiscal lo cual apuntala el esquema al no tener que emitir pesos o tomar deuda.
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“El argumento de que la recesión iniciada a fines de 1998 y la depresión del período 1999-2001 se debió además a la existencia de fuertes déficits fiscales, no se sustenta en los datos”, sostuvo Cavallo.
“Hasta 1998 el déficit fiscal no existió o fue muy bajo. En todos esos años existió superávit fiscal primario”, remarcó Cavallo y agregó: “Es cierto que desde 1997 en adelante las provincias aumentaron mucho su gasto público y financiaron sus déficits con créditos bancarios a altas tasas de interés flotantes, pero tanto en el caso de la Nación como en las provincias, el aumento exponencial del déficit se debió a la suba de la tasa de interés a medida que el país iba perdiendo el crédito internacional, algo que tuvo más que ver con la pérdida de competitividad de la economía que con la evolución de las cuentas fiscales”, argumentó.
En ese sentido, aclaró que “aun incluyendo el fuerte aumento de la factura de intereses sobre la deuda pública, el gasto público total se ubicaba en 2001 por debajo del 30% del PBI, cuando hoy aún está por arriba del 35%”.
En la mirada de Cavallo “los efectos reales de la apreciación exagerada del peso son fáciles de predecir:
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Ante este escenario, consideró que “el curso de acción más recomendable, desde mi punto de vista, es la eliminación temprana de las restricciones cambiarias comenzando por las financieras y avanzar hacia la reunificación en no más de tres meses, anunciando en detalle el funcionamiento del sistema de competencia de monedas con plena autorización para la intermediación financiera tanto en pesos como en dólares”.
“En este caso, el tipo de cambio nominal podría ubicarse a un nivel que induzca la entrada de capitales que el Banco Central debería comprar con recursos del Tesoro para pagar los intereses de la deuda en dólares”, añadió el ministro,
Cavallo consideró que si bien “esta salida del cepo provocaría un salto cambiario no tendría por qué interrumpir el proceso de desinflación”. “Pero si bien, de las declaraciones del presidente Milei este curso de acción no parece imposible, los temores del equipo económico sobre la volatilidad cambiaria los ha convencido de postergarlo hasta que concluya la negociación con el FMI y se consigan fondos frescos adicionales”, razonó.
En su siguiente planteo señaló: “descartado o postergado para después de las elecciones este curso de acción, el gobierno podría aplicar algunos paliativos, tales como: 1) reducir las retenciones y aumentar los reembolsos a las exportaciones; 2) reducir transitoriamente los aportes patronales jubilatorios para aliviar el costo laboral sin afectar los salarios de bolsillo de los trabajadores. El costo fiscal de estas medidas será compensado con creces por su efecto anti recesivo”.
“Es natural que las decisiones se adopten teniendo muy en claro cuál puede ser el efecto sobre el resultado electoral del próximo octubre. El apoyo popular es fundamental para que la reforma económica que lidera el presidente Milei tenga éxito”, concluyó.
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