El Eternauta, El Reloj y la Mansión Seré

- 🎶 **Banda de culto**: El Reloj, formada en 1970, es conocida por su fusión de rock progresivo y sinfónico, destacándose en el west del conurbano bonaerense.
- 📀 **Éxitos tempranos**: Grabaron dos simples y dos long plays, siendo reconocidos por la tapa de su segundo álbum realizada por Horacio Fontova.
- 🎸 **Innovadores**: Juan Espósito, su baterista, fue pionero en usar el doble bombo en Argentina, lo que le valió el apodo "Locomotora" por Pappo.
- 🏟️ **Debut en grande**: Se presentaron en el Luna Park en 1976, pero su energía ya estaba agotada y se separaron poco después.
- 📹 **Videoclip inusual**: Antes de disolverse, grabaron un videoclip para "Alguien más en quien confiar", algo poco común en esa época.
- ⚡ **Presagio profético**: La canción aparece en la serie El Eternauta, justo antes de un suceso trágico, haciendo eco del contexto argentino de la época.
- 🎥 **Grabación accidentada**: Durante la filmación en 1976, se toparon inesperadamente con militares que los interrumpieron, sin saber que estaban en un centro clandestino de detención.
- 🔍 **Descubrimiento tardío**: Después de muchos años, se dieron cuenta de que la casa donde filmaron era el Mansión Seré, un lugar de detenciones durante la dictadura.
Muchos aún no la conocen, otros la consideran una leyenda y varios la acaban de descubrir en la adaptación de El Eternauta para Netflix, donde sus canciones musicalizan las dos escenas en las que Juan Salvo y sus amigos juegan al truco con el mismo vinilo girando en un tocadiscos. Formada en 1970 en Lomas del Mirador, El Reloj se transformó en una banda de culto por su sonido y también por su procedencia geográfica: fue la primera que combinó distorsión con música progresiva y sinfónica en una época donde el rock argentino era algo estrictamente porteño y rara vez se animaba a expandir su radio de operación más allá del Riachuelo y la General Paz.
Con gran suceso en el oeste del conurbano bonaerense, el grupo creado por el guitarrista matancero Willy Gardi y el bajista y cantante rosarino Eduardo Frezza grabó en su década fundacional dos simples y dos long plays, el segundo con una recordada tapa a cargo de Horacio Fontova. Ese repertorio marcó a fuego la formación completada por los otros violeros Osvaldo Zabala y Carlos Mira, el tecladista Luis Valenti y Juan Espósito, primer baterista que usó el doble bombo en Argentina y gracias a cuyo sonido Pappo le puso el apodo que lo identificó en la escena: Locomotora.
El combo eran tan talentoso y creativo como explosivo, un vórtice de personalidades que se encontraron y desencontraron en movimientos pendulares que terminaron agotando su existencia de manera prematura. En octubre de 1976 debutan en el Luna Park, el aforo más grande al que podía aspirar entonces una banda de rock (el récord de convocatoria lo había marcado Sui Generis un año antes con dos funciones en esa sala y gracias a que habían anunciado su despedida). Pero las energías ya estaban desgastadas y poco después se separarían.
Antes de la disolución, sin embargo, llegaron a grabar un videoclip, algo poco común en esa época y prácticamente vocacional, ya que no había soportes ni plataformas donde exhibirlo. La canción elegida fue “Alguien más en quien confiar”, la misma que medio siglo después sonaría en la partida de truco de la serie El Eternauta antes de ser interrumpida por el corte de luz. Pero así como el tema parece tener un carácter profético en la adaptación audiovisual de la obra de Oesterheld y Solano López (su reproducción literalmente antecede a la nieve mortal), el video original de El Reloj también ofreció una composición que terminaría siendo admonitoria para la historia argentina.
“Las primeras tomas de ese video las grabamos en la plaza Roberto Arlt del centro porteño con Leo Rivas, un conductor televisivo que trajo cámaras de Canal 7”, recuerda Eduardo Frezza. “Sin embargo, Carlos Mira, que se había sumado como tercera guitarra después del primer disco, nos insistía con un lugar por zona oeste, donde vivía él. Así que cargamos todas las cosas de Leo en unos camiones y fuimos a ver qué onda”. Era 1976.
“Yo tenía un tío que vivía a media cuadra de avenida Rivadavia, por la calle Santa Rosa, y al lado había un campo gigante que siempre me quedó re grabado. Entonces se los comenté a los muchachos porque me parecía espectacular”, destacó Mira en el documental sobre la banda publicado en 2018 por los directores Matías Lojo y Gabriel Patrono. El lugar quedaba en la avenida Blas Parera, límite entre Castelar a Ituzaingó. “Cuando llegamos vimos un campo muy grande y entramos porque la verdad que estaba lindo. Había un caminito de pinos muy largo, un tanque de agua y, en el fondo, una casa antigua que parecía hecha pelota”, aporta ahora Frezza, quien mantiene en activo El Reloj junto a Osvaldo Zabala.
Pocos meses antes la banda había tenido un accidente en Rosario en el que se les rompieron todos los equipos. “Habíamos quedado muy paranoicos por eso, así que cuando fuimos a ese terreno se nos ocurrió tirar los equipos por el piso y hacer como si estábamos muertos mientras Carlitos corría y saltaba disfrazado de fantasma”, apunta Frezza, quien tomó eso como una premonición.
A las horas de rodaje, un camión militar irrumpe en la escena. Algo fuera de guion: “Estábamos filmando una parte en la Willy Gardi rompe una guitarra contra el tanque de agua, pero el Tano se queda duro y nos dice: ‘Miren atrás, si lo hago nos matan a todos’. No nos habíamos dado cuenta: teníamos milicos alrededor apuntándonos con ametralladoras”, dijo Mira, que en ese entonces estaba en calzoncillos y con una sábana blanca encima, emulando el personaje que le había tocado en el reparto.
“‘¡Quietos! ¿Qué están haciendo?’”, nos gritó un milico mientras nos apuntaba con un FAL. ‘Estamos filmando. ¿No ve las cámaras?’. Nos echaron a la mierda y tuvimos que levantar todo. Por suerte ya habíamos filmado lo que necesitábamos, así que después pudimos editarlo y publicarlo. Así salió el video de ‘Alguien más en quien confiar’ con esas escenas en las que aparecemos muertos y con un fantasma”, concluye Eduardo Frezza. “En ese momento no sabíamos donde estábamos ni lo que pasaba paredes adentro de esa casa que nosotros pensamos que estaba abandonada. Recién muchos años después descubrimos que era el centro clandestino de detención Mansión Seré”.