Una semana a pura interna entre Milei y Villarruel
El presidente Javier Milei habló este viernes en la Bolsa de Comercio de Córdoba y lanzó una frase que parecía una broma en la voz de alguien que pasó, en promedio, un día de cada semana fuera del país, pero iba en serio y era, otra vez, contra la vicepresidenta Victoria Villaruel: "No se entusiasmen con que viaje mucho porque cada vez que me voy siempre alguno me hace alguna. Sin comentarios".
Milei fue el encargado de continuar una pelea que lleva meses de tensión y una semana sin descanso, con el último round entre la vicepresidenta y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich a quien Milei, desde Córdoba, calificó como "formidable y maravillosa".
La semana de cruces comenzó cuando el jefe de Estado viajó a Italia --para hablarle a las juventudes de la derecha de Georgia Meloni-- y Villaruel, a cargo del Senado y la presidencia interina, perdió la votación por la expulsión del senador aliado Eduardo Kueider.
"Si preside la sesión del Congreso, está trabajando en el Legislativo, pero al mismo tiempo es Presidente de la Nación interina", le había criticado Milei a Villaruel desde Italia el fin de semana en un tiroteo que terminó con la vicepresidente pidiendo disculpas en su red X y asegurando que ella es "parte del espacio que gobierna nuestro país".
Sin embargo, ayer nomás, la vicepresidenta se sacó chispas con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, luego de que la criticara, nuevamente por redes sociales, por el caso del gendarme detenido en Venezuela. "Jamás habría autorizado a un gendarme a ir a Venezuela", respondió Villaruel ante una consulta en sus redes, dejando un tiro por elevación a una de las preferidas del Gabinete de Milei.
Bullrich no tardó en responderle: "Resulta vergonzoso que utilice a Nahuel Gallo para juntar likes". La ministra le tildó además de "cobarde" por borrar el posteo, una vez que trascendió, y le solicitó: "Antes de emitir declaraciones, la próxima vez informesé".
El cruce entre la vicepresidenta y la ministra quedó rebotando en los pasillos de la Casa Rosada, donde tildaron el mensaje de Villaruel como "profundamente inapropiado". "Querer anotarte un poroto a costa de un tipo que está secuestrado y que lo pueden estar torturando es muy bajo", expresaron en el Gabinete, según publicó la agencia NA.
Quien hizo públicas sus diferencias fue el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien pidió discutir temas "trascendentes e importantes". "Fue una chicana que no tenía sentido", sentenció Francos sobre las críticas de Villarruel a Bullrich. Francos se mostró sorprendido, porque tras el arranque de cruces por el efecto Kueider, hubo un intento de calmar las aguas. El asistente presidencial Santiago Caputo se había reunido con Emilio Viramonte, del entorno de Villarruel, para bajar la tensión.