El backstage de Rulli: el TP sobre Chilavert, su bonhomía y los elogios de compañeros y rivales
Ante Bolivia atajará por primera vez por Eliminatorias en el país. La historia detrás del arquero de 32 años que esperó su chance.
- 🧤 **Regreso a la Selección**: Gerónimo Rulli regresará como arquero titular después de casi seis años, en un partido crucial contra Bolivia.
- 🏟️ **Estadio icónico**: El partido se jugará en el Mâs Monumental, donde Paul McCartney también se presentó.
- 🔄 **Oportunidad limitada**: Rulli ha jugado cinco partidos en la selección, pero nunca como titular en eliminatorias.
- 🎖️ **Reconocimiento en el vestuario**: Sus compañeros lo elogian, aunque su historia es poco conocida entre los hinchas.
- 🧠 **Mentalidad destacada**: Rulli ha mostrado paciencia durante su carrera, manteniendo una actitud positiva y una excelente química con el equipo.
- 🏆 **Experiencia internacional**: Ha recibido elogios de figuras importantes en el fútbol, señalando su potencial como arquero de élite.
- 💪 **Personalidad firme**: Rulli posee un gran temple, habiendo enfrentado situaciones críticas con calma y seguridad.
- 🤝 **Empatía fuera del campo**: Conocido por su bondad, ha apoyado a niños enfermos, mostrando su carácter solidario.
- ⚽ **Sueños cumplidos**: Desde pequeño, soñó con ser un gran arquero y ha logrado hitos importantes en su carrera deportiva.
Get Back. Después de cinco años y diez meses -y en el mismo Mâs Monumental en el que Paul McCartney entonó su hitazo beatle- el que volverá a atajar en el país será Gerónimo Rulli. El arquero que en la subacuática Maturín respondió a la altura del superhéroe al que relevó -Dibu Martínez- y que buscará certificar lo demostrado en su tierra.
Elogiado por cada uno de sus compañeros en el Monumental monaguense, a los 32 años Rulli vivirá una experiencia que le es ajena: aunque ya tiene cinco partidos en la élite nunca le tocó ser titular en Eliminatorias jugando en la Argentina.
Si bien el 21 de noviembre de 2018 le tocó atajar en un amistoso frente a México disputado en Mendoza, no existe comparación entre aquel manito a manito y el cruce ante Bolivia. Por las realidades contrastantes entre aquella y esta Selección. Y por el estatus que él se ganó. En especial, fronteras adentro del vestuario: para muchos de los 84.000 hinchas que irán al Liberti, su historia siguen siendo desconocidas.
Este apasionado arquero de 32 años -y 1,89 metro- que llegó a plantarse para estar en los Juegos Olímpicos en plena negociación entre el Ajax y el Olympique de Marsella ha hecho de la paciencia un culto. Nunca se dejó llevar por el fastidio o la ansiedad: siempre entendió que era una pieza más de una Scaloneta que él mismo definió como “un reloj en donde todo ensambla perfecto”. Una virtud que lo llevó a no archivar su sonrisa de jovencito inocente ni siquiera cuando estuvo dos años, dos meses y dos días sin lucir el buzo en la Mayor.
En cualquier caso, Scaloni fue preparándolo para que cuando le tocara meterse en el equipo, respondiera: a ello obedeció la idea de que Gerónimo fuera el arquero de la Selección de Javier Mascherano en los Juegos de París 2024: aun con Dibu como indiscutido, el cuerpo técnico necesitaba que Rulli ganara minutos de vuelo. La respuesta que tuvo ante Venezuela, desviando entre otras bravas un cabezazo de pique al piso a Yangel Herrera, un botón de muestra del éxito del plan del entrenador. Pero a la vez una demostración de la destreza del #12.
Si Rulli está por cumplir diez años de participación intermitente en la Mayor es porque sus condiciones técnicas hacen match con los requisitos de un arquero de Selección. Facilidades para el puesto que no sólo le valieron elogios de Ubaldo Fillol y José Luis Chilavert -ídolo de Gero: llegó a dedicarle un trabajo práctico en la Escuela Primaria- sino también de diferentes adversarios a lo largo de su trayectoria en Europa. Desde Luis Enrique, entonces deté del Barcelona que lo destacó tras un trabajado 2-0 ante la Real Sociedad, hasta Thiago Alcántara tras un partidazo del platense en un Villarreal-Liverpool por la Champions.
Sin embargo, no todo en Rulli es reflejos, flexibilidad para llegar a los vértices del arco con velocidad o facilidad para el juego aéreo que se ven en los trabajos con Martín Tocalli, el EA que lo sigue desde hace tiempo. Lo más valioso en Gerónimo es su personalidad. Escondido detrás de su baby face hay un enorme temple. Por caso, no cualquiera le rompe el arco a David De Gea antes de atajarle un penal en una final de Europa League como lo hizo Gerónimo en 2021. O toma con medida tranquilidad una situación como la que vivió en la previa a la semifinal del Mundial 2022: durante el calentamiento, Emiliano Martínez sintió un pinchazo. Y aunque por línea sucesoria quien parecía tener más crédito para entrar era Franco Armani, el cuerpo técnico mandó a calentar al platense. Una señal de la consideración y de la confianza que le tenían (y tienen) puertas adentro: aunque en Lusail finalmente Dibu pudo atajar, si el tratamiento que le realizaron al #23 no hubiera surtido efecto habría atajado Rulli.
Le tienen fe, a Gero. Un pibe bonachón, compinche del prócer al que está relevando -suelen mensajearse frecuentemente, a punto tal que Dibu le adelantó a su cumpa que intuía una sanción para esta doble fecha- y con una bonhomía que demuestra fuera de la cancha y desde muy chico.
Durante sus primer año en al Real Sociedad, Rulli conoció a Danel Cubero, un niño de ocho añitos que se encontraba en tratamiento por cáncer linfático. Empático, el arquero rápidamente buscó ayudarlo y acompañarlo. Hasta llegó a llevarlo al cine para celebrarle el cumpleaños y a invitarlo a cenar con su pareja Rocío.
“Él es parte de nuestra familia”, reconoció la madre de Danel luego de que su hijo fuera dado de alta tras cinco años de tratamiento. Otro dato que pinta a Rulli.
Un grandote que de chico soñó con ser como Chila, Petr Cech y Buffon. Que se crió en Estudiantes viendo desde una pullman preferencial a los ídolos de su infancia: fue alcanzapelotas entre 2006 y 2009, asistiendo a los campeones con Diego Simeone en 2006 y con Alejandro Sabella en 2009. Un pibe que debutó a los 21 años y a los diez partidos en la élite ya había roto la marca de imbatibilidad en el arco del club (588’). Y que fue apuntalado por uno de sus primeros compañeros de concentración: Juan Sebastián Verón. Al que Guido Carrillo le insiste para que vuelva a UNO. Aquel que superó una lesión de hombro derecho en 2023, el golpe más duro de su carrera. El que en el Monumental tendrá la oportunidad de atajar en la Argentina. Y para la Argentina que tanto ama.
Geronimo Rulli -