Tras convertirse en el 9 titular de River por la salida de Salomón Rondón al Pachuca, Miguel Borja está en modo letal: pelota que toca, pelota que va adentro. El gol puede ser más estético, con un mayor mérito suyo por la definición, como goleador o bien con esa dosis de suerte que necesita todo delantero y que demuestra que el presente que está viviendo es inmejorable, tal como sucedió contra Deportivo Riestra. Y fue ese tanto, justamente, el que le dio una marca que ningún otro jugador había conseguido en la historia del club.

Es que cuando la pelota entró al arco luego de un desvió que terminó resultando vital para descolocar al arquero Arce, Borja se convirtió en el primero en marcar en los primeros cinco partidos del año calendario, cosa que nunca se había dado. Sí, con sus conquistas ante Argentinos, Barracas, Vélez, Excursionistas y Riestra no solo alcanzó los siete gritos en este arranque de temporada entre Copa de la Liga (es el máximo artillero con seis) y Copa Argentina, sino que logró lo que ni siquiera otros grandes goleadores habían podido hacer…

Tal como detalla el sitio especializado en estadísticas de River Numeral River, quien había hecho algo parecido había sido Bernabé Ferreyra: marcó en los primeros 12 encuentros de la temporada 1932, pero en enero se jugaron algunos partidos correspondientes a la 1931 (en los que no mojó en todos). El último jugador del club en hacer goles en cinco partidos seguidos había sido el chileno Salas, en 1997, pero no fueron en el inicio del año calendario.

Además, en el 2014, Teo Gutiérrez anotó en cinco juegos consecutivos, pero fueron propios: en el medio, River tuvo encuentros en los que él no sumó minutos.

River Plate - 12-2-2024

“Para incomodarlo le tenés que jugar encima, es muy de barrio lo que tenés que hacer”, decía Cristian Fabbiani, DT de Riestra, en la previa del partido de este domingo.

Sin embargo, el presente de Borja pesó más: moviéndose tanto dentro del área como fuera de ella -un agregado a su juego que lo está destacando en 2024- remató desde la periferia para romper el cero en un partido que hasta ese minuto 22 era friccionado. Es más, cuando Nicolás Dematei quiso proponerle esa “marca de barrio”, el colombiano le contestó con una sonrisa...

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Incluso, el Colibrí tuvo la posibilidad de anotarse un doblete, o aun más. Porque además de ese tiro que sorprendió a Arce también se quedó con las ganas en otras tres oportunidades. Generando a partir de un pivoteo un ataque por la izquierda que él mismo no logró convertir por demorarse en el remate. Cabeceando mínimamente desviado un tiro de esquina. Y llegando tarde a una habilitación de Nacho Fernández.

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