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La impactante polifuncionalidad de Juan Portillo, el todoterreno por el que negocia River

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En un fútbol moderno que cada vez tiende más y exige la versatilidad dentro del campo, el caso de uno de los jugadores por los que negocia fuertemente River en este mercado de pases es digno de análisis. Porque encasillar a Juan Carlos Portillo en una sola posición sería un error conceptual: se trata de un jugador que reparte sus 174 partidos disputados en Primera División (78 en Unión y 96 en Talleres) prácticamente en partes iguales entre zaguero, lateral izquierdo y volante central, algo que no es muy habitual y que despertó el interés de Marcelo Gallardo.

"Por suerte me puedo adaptar sin problemas a varios puestos, y eso creo que me da un plus para estar acá. No tengo problemas para enfrentar cualquiera de los puestos en los que el entrenador me necesite en su debido tiempo. No tengo un puesto que me guste más que el otro, yo solo quiero jugar", decía allá por febrero del 2019 este humilde joven que es uno de los seis hijos que tuvieron Leonardo y Julia, cuando tenía 18 años y recién empezaba a sumar minutos en Crucero del Norte, donde hizo las Inferiores.

Sí, en la grama brasileña del club misionero al que llegó en el 2015 ya empezaba a demostrar esta impactante polifuncionalidad que llevó a River a ofertar u$s 4.000.000 por el 80% de su pase (pueden entrar jugadores en la operación) y tener optimismo para cerrarlo en las próximas horas: ahí, incluso, su primera seguidilla importante de partidos la tuvo como lateral derecho por la lesión del histórico Daniel Pérez (más conocido como Tarrito en Misiones).

Sin embargo, no volvió a jugar nunca más en ese puesto desde que pasó a Unión en octubre del 2019, tras una breve estadía en las Inferiores del Deportivo Itapuense paraguayo. El vasco Azconzábal, el DT que lo hizo debutar en Primera a fines del 2020 tras un año en Reserva (había llegado como una apuesta a futuro), lo usó casi siempre como marcador central, en tanto que Gustavo Munúa, a partir de septiembre del 2021, le empezó a dar partidos como volante central, sea con un compañero al lado o con un par de internos a los costados (en ese equipo se empezaba a destacar Nardoni, hoy en Racing).

Ganó confianza y, salvo alguna excepción puntual por necesidad en la que se corrió a la zaga, fue el #5 titular del Tatengue durante todo el 2022. En total, de los 78 encuentros, 54 los disputó como mediocampista, 22 como defensor central (tres de ellos como líbero) y apenas dos de lateral izquierdo.

Para principios del 2023, Talleres puso los ojos en el Sicario y compró su pase en u$s 1,5 millón. Aunque aquí, curiosamente, se destacó más en las posiciones que menos había ocupado en Unión: de entrada, Javier Gandolfi le vio las cualidades que necesitaba para jugar ser el lateral izquierdo del equipo y ahí jugó todo el año, a excepción de un encuentro en noviembre ante Vélez en el que fue central y otro contra Independiente tres semanas después en el que ofició como #5.

En el 2024, Ribonetto pidió al venezolano Miguel Navarro para la banda y pasó a Portillo nuevamente al medio en el primer semestre, donde se adaptó muy bien y conformó una tan fácil de recordar como efectiva dupla con Portilla. Porque en el segundo, con la llegada de Franco Moyano desde Argentinos, el misionero de Puerto Rico nuevamente se corrió unos metros para atrás y se asentó como marcador central, lugar que ocupó en el Monumental en la vuelta de los octavos de la Libertadores contra River (en la ida, que fue lateral izquierdo, fue el jugador con más duelos ganados y recuperaciones del partido) y que, salvo alguna pequeña excepción, mantuvo hasta la actualidad.

En total, en Talleres jugó 96 partidos, de los cuales 45 fueron en la zaga, 40 en el lateral y 11 en el mediocampo. Si se suma su carrera entera en Primera, son 67 en defensa, 65 en el medio y 42 en la banda.

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