Puede parecer un juego de palabras, pero hace 12 años, cuando todavía era un laborioso volante, el actual entrenador de Libertad estuvo privado de su libertad por unos días. Fue el 31 de marzo del 2013, en uno de sus viajes relámpago desde Asunción, donde jugaba en el rival de River en estos octavos de Libertadores, y su Formosa natal: la policía lo detuvo porque no contaba con los documentos necesarios de un arma de caza que tenía en su poder en el auto...

La historia, tan curiosa como llamativa, tiene su correlato: a Sergio Aquino, el Patito para buena parte de Paraguay, le gusta disfrutar de los momentos en familia. Por eso, de cara a la Semana Santa de ese año, no dudó en hacer los 86 kilómetros que separan a la capital paraguaya de Laguna Blanca (la ciudad en la que nació) para poder pasar un momento con los suyos. El problema surgió cuando, junto a su papá, decidieron ir a cazar animales silvestres y no llevaron los papeles que justificaran la portación del arma de grueso calibre que habían decidido usar en la actividad.

Ruta. Gendarmería. Control. La documentación no estaba. El desenlace, lógico: quien jugó 15 temporadas en Libertad y ahora intentará dar el golpe en esta llave de octavos fue detenido. Según reportaron medios paraguayos en aquel momento, en un principio lo acusaron de tráfico de armas, algo que rápidamente fue desestimado.

La preocupación aumentaba y el club hacía todos sus esfuerzos por ayudar contrarreloj en una causa que no revistía demasiada gravedad pero que tenía un importante problema de fechas: el episodio fue un domingo y tanto el lunes (1° de abril, puente) como el martes (2 de abril, Día del Veterano de Malvinas) eran feriados, por lo que la Justicia no trabajaba. Finalmente, el miércoles, en el primer día hábil, Aquino se presentó a declarar junto a un abogado de Libertad y el Juez lo soltó.

Esas 72 horas no las olvidará jamás, así como la historia de idolatría que lo une con el club que dirige desde diciembre del año pasado: llegó a principios del 2006, proveniente de Olimpia, y se convirtió en el jugador con más presencias de la historia del club (más de 400 partidos) y también en el más ganador, con 11 títulos. Retirado a fines del 2020 a los 41 años, su legado se sigue extendiendo en esta etapa como entrenador: ya ganó la Copa Paraguay y la Supercopa del 2024 y el Apertura de este año, la coronación más reciente de un equipo que sueña con dar el batacazo.

"No fue fácil agarrar porque muchos de los jugadores fueron mis compañeros, así que tuve que marcar distancia y ajustar la relación", dijo hace un tiempo sobre este desafío. Titular en ambos partidos contra River de la recordada serie de la Sudamericana 2014, ahora está frente a su gran reto: con sus armas, irá a la caza del equipo de Gallardo...