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El máximo goleador mundial del 2024, la amenaza para la Selección Sub 23 contra Irak

El máximo goleador mundial del 2024, la amenaza para la Selección Sub 23 contra Irak
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Aymen Hussein, de 28 años, es titular y tiene una gran historia de superación, que incluye pérdidas familiares por ataques terroristas.

"No es la primera historia de terrorismo para mi familia, y probablemente tampoco sea la última".

El intenso roce físico que pueda imponerle Nicolás Otamendi no será problema para él. Tampoco lo intimidará tener enfrente a cuatro campeones del mundo y tres recientes de Copa América. Para Aymen Hussein, el iraquí que es el máximo goleador mundial de este 2024 y enfrentará a la Selección este sábado a las 10 por la segunda fecha de los Juegos Olímpicos, lo peor ya pasó hace rato, más allá de que constantemente esté en estado de alerta: hace 10 años, tuvo que escapar de su casa en Kirkuk (una ciudad del Norte de su país) por un ataque del Estado Islámico en la zona.

Él pudo salir ileso y, siendo un adolescente de 18, huyó a Bagdad, la capital, donde empezó a jugar en el Al-Naft. Sin embargo, no toda su familia corrió la misma suerte: su hermano, policía, fue secuestrado por los terroristas y desde entonces nada se sabe de él. "Nadie sabe exactamente qué le pasó", dijo en su momento Hussein, esperanzado con un encuentro que todavía no se dio. Su mamá y sus otros hermanos, por su parte, pudieron encontrar refugio en casa de otros familiares ahí mismo en Kirkuk, algo que les salvó la vida: la casa en la que todos habían crecido fue destruida producto de la ocupación de los kurdos de algunos territorios históricamente disputados.

Cuando el centrodelantero que hoy tiene 28 años habla de que aquella no fue la "primera historia de terrorismo" sufrida, se refiere a que su padre falleció en el 2008 en Bagdad producto de un ataque de Al Qaeda (además de adjudicarse atentados en países islámicos, son los responsables de lo sucedida en las Torres Gemelas en septiembre del 2001). La otra parte de su frase, enfocada en el futuro, se entiende por la actualidad que viven esos países: sobre todo en estos tiempos, hay máxima alerta por los movimientos terroristas.

Si bien todas estas fueron adversidades importantes para él, lejos estuvo de rendirse y continuó luchando para alcanzar su sueño de asentarse en el fútbol para ayudar a su familia y poder demostrar todas las capacidades dentro del área que hoy llaman la atención en los Juegos Olímpicos. "Si dejo el fútbol, nada cambia. No podría recuperar nada de esas cosas. Le agradezco a Dios mi situación, yo tengo un muro a mi alrededor... Pero la mayoría de los iraquíes desplazados viven en carpas", explicó en su momento. No pretendía desaprovechar la gran oportunidad que se le había abierto de más chico, cuando un entrenador lo vio jugando en una plaza, lo llevó a un club y le pidió que reemplazara a un jugador lesionado...

Sí, de ahí a liderar la tabla de goleadores del año con 28 goles en 32 partidos (uno de ellos, a Ucrania, en la primera fecha de los JJ.OO), superando a cracks como Haaland y Mbappé y dejando en el tercer lugar a Miguel Borja (26). Aunque primero tuvo que hacer un largo recorrido por clubes de su país (el mencionado Al-Naft, Duhok y Al-Shorta), para luego tener un breve paso por el fútbol tunecino (CS Sfaxien) y llegar a donde mostró su mejor versión: el Al Quwa Al Jawiya, que es el segundo más ganador de su país.

Esos 22 goles determinantes para ganar la liga local en el 2021 le abrieron las puertas para poder hacer una diferencia económica en Qatar (Umm-Salal y Al-Markhiya) y Emiratos Árabes Unidos (Al Jazira, donde jugó Manu Lanzini en el 2014), pero en su cabeza siempre estaba la posibilidad de volver a su país, donde ya era ídolo por sus goles que clasificaron a Irak a los Juegos de Río 2016.

Es por eso que para este 2024 pegó la vuelta al Al Quwa Al Jawiya, donde tuvo una explosión inesperada que trasladó a la Copa Asiática y las Eliminatorias (sigue en competencia y es la gran esperanza para jugar el segundo Mundial de su historia). Desde este semestre, sus gritos se volverán a mudar a Qatar, con la camiseta del Al-Khor.

Probablemente, Mascherano y compañía ya hayan tomado nota de este barbudo de 1,90 metro que tiene más de 3,5 millones de seguidores en Instagram. Su principal fuerte es el juego aéreo y el equipo iraquí depende en gran parte de lo lúcido que esté de cara al arco rival, dado que suelen desbordar para tirarle centros o buscar que pivotee (suelen poner tres ofensivos detrás suyo, habrá que ver si cambian dado que vienen de ganar la primera fecha).

Con una historia sufrida, ahora disfruta. Porque para Aymen Hussein, este tímido #9 iraquí que el sábado buscará ser aún más héroe de su país, es tiempo de hacer felices a los chicos que tuvieron una infancia como la suya...

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