Este miércoles en Conmebol se celebró la oficialización de Montevideo, Buenos Aires y Asunción como sedes de tres partidos del Mundial 2030. Y en ese marco se dio una cumbre muy particular, cómo fue el primer acercamiento de Claudio Tapia con el Gobierno. Porque se venía tejiendo un almuerzo del presidente de la AFA con Karina Milei y Manuel Adorni, vocero presidencial. Y en ese día y vuelta con Santiago Caputo de interlocutor, surgió esta chance en la cumbre.

Iba a ser un almuerzo el primer acercamiento, luego de varios cuestionamientos públicos de Javier Milei a Tapia y su gestión. Y como Tapia viajaba a Paraguay por este evento vinculado con el 2030, les abrió las puertas a Karina y a Adorni para una presentación más formal en Conmebol. Con este Mundial 2030 de excusa, pero simbólicamente mucho más.

Es un primer paso de una relación compleja. Porque Tapia en su momento apoyó la candidatura de Sergio Massa y la semana pasada se mostró con Axel Kiciliof (gobernador de Buenos Aires) en el marco de un acuerdo para fomentar el uso del estadio Ciudad de La Plata. Además, el Gobierno viene empujando las Sociedad Anónimas Deportivas (SAD), rechazadas por los dirigentes del fútbol argentino, y se abrió una grieta alrededor del fútbol. A excepción de Andrés Fassi, de Talleres, quien pateó el tablero contra la organización del fútbol argentino y luego se junto con Milei. Pero las SAD por el momento no fueron permitidas, más allá de la intención de un decreto presidencial.

Está claro que Tapia sabe que debe haber un acercamiento y que el no a las SAD tiene términos medios, que hay modelos diferentes por explorar y consensuar. Y el Gobierno tiene muy en claro que, más allá de lo que viene empujando, no le será sencillo intervenir si no es con acuerdo de por medio: el fútbol tiene una coraza difícil de penetrarle, muy homogénea.

De hecho, la justicia falló a favor de Chiqui, quien adelantó las elecciones en AFA y fue reelegido hasta 2029, nada menos. Con apoyo de la dirigencia y nada menos que de Alejandro Domínguez, de Conmebol, y de Gianni Infantino, el número 1 de FIFA: los dos líderes en el fútbol lo respaldaron públicamente. Por otro lado, más allá de los problemas cotidianos en el fútbol argentino, de la suspensión de los descensos a pocas fechas del final y de arbitrajes muy polémicos, Tapia tiene el fuerte apoyo de la Selección y basó su gestión en una Argentina líder mundial con Messi como bandera y gran bastión.

Así que luego de un año de gestión de Milei y de tanto bombardear la gestión de AFA, se generó el primer encuentro. Tal vez para desanudar un nudo complejo y difícil justamente de desanudar.