Este martes se conoció el árbitro para el superclásico: Nicolás Ramírez dirigirá el River-Boca de este domingo a las 15.30 en el Monumental. Será su segunda presencia en el duelo más representativo del fútbol argentino. Con proyección a ser elegido para el Mundial 2026, el nacido en González Catán estuvo ni más ni menos en el último Súper que se disputó en la Bombonera, el 21 de septiembre del 2024.

Con experiencia en finales de Copa de la Liga, Copa Argentina, y partidos internacionales de Conmebol desde que se convirtió en árbitro FIFA en 2023, su único antecedente en el Súper tuvo un final muy discutido. Durante el partido, que terminó con victoria de River por 1-0 con gol de Lanzini, en la última jugada anuló un gol de Milton Giménez de Boca por una mano tras revisarlo en el VAR, decisión que generó controversia desde el lado de Boca, aunque fue considerada correcta por los especialistas. Ramírez mostró varias tarjetas amarillas, fiel a su estilo de arbitraje estricto, y mantuvo el control del encuentro pese a la intensidad del clásico.

Como la gran mayoría de los pibes de González Catán, su barrio natal, Ramírez quería ser futbolista. Y luchó por ello: hasta el año 2011 jugó en el Club Agustín Álvarez de 9 de Julio, mientras estudiaba el profesorado de Educación Física y se capacitaba para recibirse de árbitro, la profesión que finalmente terminó adoptando y que, a sus 38 años, le permitirá pitar por segunda vez en un superclásico.

Si bien su carrera como referí de Primera comenzó en el año 2017 (debutó en un Chacarita-San Martín San Juan), en paralelo continúa trabajando como empleado administrativo en una obra social y viaja todos los días en tren a su oficina de trabajo