Matías Galarza es uno de los apuntados por Juan Román Riquelme para terminar de reforzar el mediocampista de Boca. El club, a través del Consejo, ya envió dos ofertas por el 50% del pase y ambas fueron rechazadas. El jugador desea vestir la camiseta xeneize y está en huelga con el Genk pidiendo el traspaso. Por eso, los belgas le dieron un ultimátum al jugador para que modifique su postura...

La posición del jugador es clara: quiere ser jugador de Boca y los belgas no desean venderlo. Ante esto, comenzó un conflicto metiendo presión al Genk porque debía presentarse a entrenar el domingo pasado, pero decidió no hacerlo. No sólo eso: no lo hizo en toda la semana para ejercer presión y ser vendido.

El director deportivo del club, Dimitri de Conde, en conjunto con la dirigencia, tomó la decisión de enviarle la primera advertencia al jugador para que modifique su actitud mostrada y se presente a los entrenamientos. Si el jugador mantiene la misma postura en estos días, recibirá una multa económica reflejada en su sueldo.

En el último contacto, Boca ofertó tres millones de dólares por el 50% del pase de Galarza pero volvió a ser rechazada por los belgas, que desean obtener cinco millones de dólares por la mitad del pase del mediocampista de 22 años que tiene contrato con el club por dos años más, por lo cual no tienen ninguna necesidad de venderlo.

Lo principal es que Diego Martínez con su llegada podría contar con más opciones de mediocampistas para cubrir las bajas de Kevin Zenón, Cristian Medina y Equi Fernández (los tres irán a los Juegos Olímpicos, por lo que hoy todavía no tiene un 11 definido) para los 16avos de la Copa Sudamericana y la suspensión que arrastra Pol Fernández que tampoco le permitirá jugar la ida en Quito.

Matias Galarza -  

A nivel futbolístico, Galarza es un volante estilo número 10, creativo y habilidoso. Mostró condiciones en el fútbol argentino con tan sólo 19 años, destacando y haciéndose notar en cada partido. Disputó 26 encuentros con la camiseta de Argentinos y convirtió un gol. Gracias a su notable visión de juego, su gambeta corta e indescifrable, y sus incansables intenciones de llevar al equipo hacia adelante fue que lo contrato el Genk.