Considerando que en diciembre de 2023, "los palestinos en Gaza [ya] constituían el 80% de todas las personas que sufrían hambrunas o una crisis alimentaria catastrófica en el mundo", elinforme de la ONU destaca el empeoramiento de la situación alimentaria de los palestinos después de once meses de ataques genocidas y describe todas las medidas mediante las cuales las fuerzas coloniales del Ejército israelí han hecho sufrir por hambre a toda la población de Franja de Gaza.

Desde el inicio de la invasión, el 8 de octubre, y el bloqueo total impuesto a la Franja el 9 de octubre, Israel no sólo redujo las ciudades a polvo, sino que avanzó en la aniquilación física del pueblo palestino utilizando todos los recursos a su disposición para provocar una situación de hambruna apocalíptica. Al destruir la economía local para hacer que la población de Gaza dependiera completamente de las entregas de ayuda humanitaria, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) hicieron todo lo que estuvo a su alcance para impedir su distribución.

Una guerra genocida potenciada por el hambre

Según el informe de la ONU, las FDI de hecho han acabado con "el 93% de la economía en los sectores agrícola, forestal y pesquero" al destruir puertos, tierras cultivables y barcos pesqueros. Además, el ejército israelí estableció una doble zona de amortiguación, de conformidad con el plan de recolonización presentado por el Primer Ministro, Benjamin Netanyahu, al gabinete de seguridad durante el mes de febrero: mediante la construcción de una primera franja a lo largo de la frontera fortificada que separa el Gaza de Israel, y luego, al establecer, desde la invasión de Rafah, un control reforzado sobre el corredor de Filadelfia que separa Gaza de Egipto, las fuerzas coloniales están invadiendo "el 32% del territorio de Gaza". Esto hace imposible, si las bombas aún lo permitieran, explotar los cultivos. De este modo, la población se ha vuelto completamente dependiente de la ayuda alimentaria, ya extremadamente limitada desde la imposición de un bloqueo casi total desde la represión de la segunda Intifada, reforzada desde 2006.

El informe también documenta la estrategia implementada por Israel para impedir la llegada de ayuda alimentaria: "Del 9 al 21 de octubre de 2023, el asedio total de La Franja de Gaza impuesta por Israel y el cierre del cruce fronterizo de Rafah por parte de Egipto bloquearon efectivamente toda la ayuda y el tráfico comercial al territorio y redujeron significativamente las entregas de ayuda y humanitarias a la Franja de Gaza. Israel cerró Kerem Shalom, el principal punto de entrada de Israel a la Franja de Gaza, del 7 de octubre al 17 de diciembre". Israel también suspendió las "tres redes de suministro de agua que aseguraban casi el 75% del suministro de agua potable a la Franja de Gaza. A finales de octubre se restableció el agua, pero en cantidades muy pequeñas y sólo en el centro y el sur de Gaza, privando a los residentes del norte de agua potable". Desde noviembre, la población del norte de la Franja, expulsada por la fuerza hacia el sur tras órdenes de evacuación emitidas el 13 de octubre, se encuentra completamente privada de agua potable.

Los convoyes, que transportaban ayuda alimentaria en cantidades muy insuficientes, también fueron atacados por el ejército israelí, durante una campaña de acoso meticulosamente planificada a las agencias humanitarias: "Debido a la situación de inseguridad que viven los cooperantes y los beneficiarios, la Organización Mundial de la Salud tuvo que interrumpir la entrega de suministros médicos al hospital más grande del norte de Gaza, Al Shifa, el 22 de enero. La UNRWA, que proporciona la mayor parte de la ayuda en Gaza, tuvo que interrumpir su ayuda el 23 de enero; el Programa Mundial de Alimentos (PMA) suspendió las entregas el 20 de febrero. Al día siguiente, cuando el PMA reanudó la ayuda a Gaza, las fuerzas de seguridad israelíes mataron a 112 personas e hirieron a otras 760 que buscaban ayuda humanitaria compuesta principalmente de harina; la “masacre de la harina” ha sido la culminación de los ataques contra la ayuda humanitaria desde octubre de 2023".

Privados de ayuda durante todo el mes de mayo, debido a las masivas operaciones militares llevadas a cabo por Israel en la ciudad de Rafah, la situación de los palestinos se deterioró aún más en junio. Según el informe, la invasión de Rafah "marcó una nueva fase en la estrategia de Israel, cuyo objetivo era infligir mayores bajas a todos los palestinos en Gaza, la gran mayoría de los cuales habían sido trasladados, confinados y concentrados por la fuerza en el sur de Gaza ".

El informe también inscribe dentro de la estrategia genocida de Israel la campaña de difamación contra la UNRWA, la agencia de la ONU exclusivamente especializada en la acción humanitaria con los refugiados palestinos, a la que el gobierno israelí considera ahora una organización terrorista. Acusando, el 18 de enero de 2024, a 12 miembros de la UNRWA, de sus 30.000 empleados, de haber participado en los ataques del 7 de octubre, Israel logró que los dieciséis principales financistas de la agencia dejaran de enviar dinero. Así, con la suspensión de las actividades de la UNRWA ha aumentado la probabilidad de hambruna. Además, "la UNRWA sigue manteniendo algunos de los registros más completos sobre la situación de las propiedades de los refugiados palestinos. Por lo tanto, es importante comprender que los intentos de debilitar a la UNRWA y posiblemente poner fin a sus actividades son parte de un movimiento de oposición al derecho de retorno del pueblo palestino y una campaña para socavar la capacidad de la ONU de repatriar personas a Palestina". De esta manera la estrategia genocida de Israel también apunta a borrar sus crímenes pasados ​​y reducir a la nada la memoria jurídica y cultural de la Nakba de 1947 y toda la política de limpieza étnica y genocidio incremental posterior.

Una genealogía colonial de la militarización del hambre

Según el informe, el uso de la hambruna como estrategia genocida es inseparable de las prácticas coloniales de Israel desde hace 24 años, tras las operaciones masivas que las FDI llevaron a cabo para reprimir la segunda Intifada, en la Franja de Gaza: "En respuesta a la Segunda Intifada, Israel reforzó su control y comenzó su bloqueo en 2000, limitando significativamente el movimiento de bienes y personas dentro y fuera de Gaza". Después de la retirada del Ejército israelí en 2006, las fuerzas israelíes impusieron un bloqueo aún más duro.

Al aislar Gaza del mundo, para transformarla en una prisión a cielo abierto, Israel también impuso "un racionamiento de alimentos a los palestinos". Entre 2007 y 2010, la política de Israel fue permitir sólo la entrada a Gaza de un volumen de bienes para que la población se mantenga todo el tiempo al límite de la hambruna. El Ministerio de Salud israelí calculó el número de calorías necesarias por diferentes grupos de edad y género para Gaza y luego lo utilizó para determinar la cantidad de alimentos básicos que permitiría la entrada cada día, así como el número de camiones necesarios para transportar esta cantidad".

Desde 2014, Israel ha bombardeado, nivelado y arrasado con excavadoras tierras agrícolas frecuentemente en Gaza. También rocía regularmente herbicidas y otros productos químicos sobre la tierra desde el aire, matando la vegetación y los cultivos agrícolas ubicados en la zona de amortiguamiento, dañando y destruyendo grandes extensiones de tierra y cultivos de los agricultores palestinos a lo largo de los años, utilizando argumentos militares para justificar graves violaciones de derechos humanos. el derecho a la alimentación de los palestinos en Gaza.

Los métodos utilizados por las FDI desde el inicio de los últimos ataques en Gaza no son nuevos: constituyen sólo una forma ampliada de una guerra colonial y genocida. Uno que hace del hambre una de sus herramientas de exterminio, implementado desde hace 24 años en el territorio de Gaza. Como señala el informe en su conclusión, no hay duda de que "Israel emprendió una campaña de matar de hambre deliberadamente al pueblo palestino, lo que demuestra la comisión de genocidio y [una estrategia] de exterminio".

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