Desde la Unión Cívica Radical (UCR) denunciaron un nuevo ataque a su sede partidaria, ubicada sobre la calle Alsina, este fin de semana, cuando dos personas robaron los fusibles de la luz y el local se quedó sin energía. A principios de mes, ya habían irrumpido tres hombres que luego fueron detenidos. En el comunicado que emitió este martes, la dirigencia del radicalismo -que comanda el senador Martín Lousteau- no solo expuso el hecho sino que también se quejó por la postura y la “escasa colaboración” del presidente Javier Milei y su gobierno.

“El Comité Nacional de la UCR informa que en la madrugada del sábado 23 de noviembre sufrió un nuevo ataque, cuando dos personas bajaron de un auto y robaron los fusibles, cortando la luz del edificio ubicado en Alsina 1786. El nuevo episodio quedó registrado en las cámaras de seguridad y fue denunciado apenas se conoció”, anunciaron desde la UCR en la nota de prensa. La vez anterior, el ingreso del grupo también quedó registrado por la videovigilancia.

Los radicales dijeron que a la 1.41 del sábado pasó por la zona un auto de la marca Citroën, estacionó unos metros delante de la puerta de ingreso al comité y bajaron dos personas jóvenes que primero recorrieron la zona. “Uno de ellos sacó un teléfono y aparentó enviar un mensaje de audio mientras el otro se sentó frente al tablero eléctrico. Luego lo forzaron y dejaron sin luz al edificio”, expusieron.

En las imágenes de la cámara ubicada en el exterior del local se ve cómo el auto pasa, frena, va marcha atrás para estacionar, hace maniobras, se apagan las luces y se bajan estos dos hombres jóvenes. Tal como dice el comunicado, primero estas personas, que visten gorras, recorren la vereda tanto de los edificios cercanos como del comité. Después van directo al lugar donde están ubicadas las casillas de la electricidad. Uno de ellos se sienta y el otro manda mensajes de audio.

Entonces, el que está sentado con disimulo comienza a intentar abrir la tapa de los fusibles y el otro lo ayuda, mientras prestan atención a las personas que pasan por la calle en coche. Incluso un señor camina por la vereda en ese momento, pero no advierte el robo que se estaba por producir. Inmediatamente el hombre termina de pasar, uno de los jóvenes empieza a tirar los cables. La grabación a la que accedió LA NACION no muestra cómo se retiran.

“Este es el segundo ataque que sufre la casa del radicalismo. El primero fue en la madrugada del 2 de este mes. En esa ocasión el presidente Javier Milei habló ridícula e irresponsablemente de un ‘autoatentado’”, dijeron desde la UCR, para cuestionar el rol del mandatario, que aquella vez vinculó a Lousteau con lo que había pasado. “Tremenda casualidad. Justo cuando la UBA se niega a que le hagan las auditorías, a 125 [por Lousteau] le entran en la oficina a destruir evidencia que podría tener la marca de sus dedos”, dijo Milei en esa oportunidad.

Ante este nuevo hecho, desde el radicalismo indicaron: “Es sugestivo que dos días antes del primer ataque, el titular del partido y presidente de la Comisión Bicameral de Seguimientos de los Organismos de Inteligencia, Martín Lousteau, en una reunión en la SIDE había cuestionado elementos del Plan de Inteligencia Nacional que resultan preocupantes, exigiendo más información sobre los mismos, algo que generó tensión en el encuentro. En su momento decidimos mantenerlo en reserva. Ante esta nueva agresión hacemos público ese episodio”.

Asimismo, cuestionaron las “agraviantes” palabras del Presidente y dijeron: “Hubo escasa y nula comunicación y colaboración de parte de las autoridades nacionales. Fue la Unidad de Flagrancia Este, a cargo del Fiscal Federico Tropea, junto con la Auxiliar Fiscal Malena Mercuriali la que encontró y detuvo a los responsables [del primer ataque]”. Esos tres hombres que entraron a principios de noviembre en el local, de 53, 22 y 24 años, eran de nacionalidad chilena y se sospecha que integraban una banda dedicada a los escruches (robos en propiedades vacías).

“Ni aquel ni éste son delitos comunes, como los que lamentablemente padecemos a diario los argentinos y argentinas. Se trata de la sede de un partido político nacional y los ataques no tuvieron ningún fin económico. En el primer episodio, quienes ingresaron hicieron destrozos pero no robaron ni las computadoras. En el más reciente, la vandalización de los fusibles conlleva riesgos de vida y ningún beneficio pecuniario”, sostuvieron desde la UCR y cerraron: “Repudiamos este nuevo ataque contra la casa de todos los radicales y, como demócratas, nos preocupa la dinámica política a la que estamos asistiendo como sociedad. Vamos a estar parados siempre en contra de la violencia y sosteniendo la Constitución Nacional frente a aquellos que atenten contra la convivencia interna en nuestra querida Argentina”.