“No hay que desesperar, esto es política”. Con ese razonamiento, un colaborador directo de Cristina Kirchner definió este fin de semana la situación en la que se encuentra la expresidenta desde que aceptó el pedido de algunos dirigentes para tomar la jefatura del Partido Justicialista (PJ). Los apoyos que recibió públicamente fueron aumentando, pero no pasa inadvertido el silencio de actores relevantes del partido, como la CGT y más de 20 intendentes del conurbano, así como de gobernadores que mostraron su afinidad con Ricardo Quintela, el riojano que hasta el momento es su único desafiante de cara a las elecciones internas del 17 de noviembre.

Mientras Cristina Kirchner debe apelar a su paciencia para que el operativo “clamorcito” montado en los últimos días pase a ser determinante, el que afronta una verdadera encerrona es Axel Kicillof, quien al menos desde la gestualidad llegó a promover la candidatura de Quintela para el PJ nacional. “¿Ahora qué va a hacer? Si apoya a Cristina, será como un acto de rendición; y si apoya a Quintela será un traidor”, comentó por lo bajo un dirigente con larga experiencia en la interna peronista.

La indefinición de Kicillof tal vez tenga algo que ver con el silencio que hasta ahora hicieron más de 20 intendentes del conurbano ante la postulación de Cristina Kirchner al PJ nacional. Entre ellos hay algunos encolumnados desde ahora con el proyecto presidencial del gobernador, como Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Mario Secco (Ensenada), pero también algunos ligados a Sergio Massa, como Juan Andreotti (San Fernando), que tienen orden de no meterse en la interna peronista; así como jefes comunales enfrentados con La Cámpora, como es el caso de Fernando Gray (Esteban Echeverría).

“Tiempo al tiempo”, sostienen en modo zen desde el Instituto Patria, donde en cambio destacan el apoyo inicial de Gildo Insfrán, el gobernador de Formosa y presidente del Congreso Nacional del PJ. “Gildo es el padre de la criatura, porque sostiene que el peronismo no puede quedar en manos de un gobernador, que debe defender los intereses de su provincia y por ende hablar y negociar con la Casa Rosada, y eso le ata las manos al PJ como principal partido de oposición”, explicaron a LA NACION las fuentes consultadas.

El apoyo de Insfrán a la candidatura de Cristina Kirchner a la presidencia del PJ fue expresado públicamente por José Mayans, el jefe del interbloque de senadores peronista que es la espada política del gobernador formoseño en Buenos Aires. Para la exmandataria, el respaldo que consiga su postulación de referentes del interior del país es vital para contrapesar los cuestionamientos que señalan que el kirchnerismo se convirtió en un “partido del conurbano” bonaerense.

De hecho, este sábado los operadores de la expresidenta destacaron el apoyo del PJ de Catamarca, del senador y exgobernador de San Juan Sergio Uñac, un dirigente que “no puede ser tildado de kirchnerista”; de la dirigencia peronista de 77 municipios de Corrientes y del PJ de Santa Fe capital. Entre los gremios, en tanto, ponderaron el respaldo de Víctor Santa María, las 62 Organizaciones de La Matanza y del jefe de la UOM, Abel Furlán, este último durante un encuentro en la sexta sección electoral bonaerense, en Monte Hermoso.

Allí, donde estuvo Máximo Kirchner en su condición de presidente del PJ bonaerense, también se pronunció el presidente de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, Alejandro Dichiara, quien pidió a los dirigentes presentes que se firmara un documento de adhesión a la candidatura de Cristina Kirchner como “conductora del peronismo a nivel nacional”. En Buenos Aires, mientras tanto, las fuentes kirchneristas confiaron en que “el acompañamiento mayoritario de a poco se está dando”.

Sin embargo, el gobernador riojano Quintela ratificó ayer su voluntad de competir por la presidencia del PJ, en una visita a Neuquén. “No me gustaría competir con Cristina, pero si hay que competir, tengo que competir, no es pelearme, tengo que competir. Y si ganamos, quiero que se sume. Y si nos toca perder, nosotros sumamos. Pero creo que a esta altura de la campaña, ya tengo mucha gente que puso la cara, puso el pecho y está sacrificándose enormemente”, sostuvo y agregó: “Lo mejor es que se exprese el pueblo peronista y que pueda con su voto decidir quién quiere que esté al frente de la conducción”.

En el propio entorno de Cristina Kirchner reconocieron que Quintela es “un amigo de la casa” y afirmaron que el último encuentro entre ambos fue el 12 de junio, pero negaron que ahora sea ella la que no quiere hablar cara a cara con el riojano. En esa línea, no descartaron la posibilidad de que se termine acordando una “lista de unidad” de cara a la interna del 17 de noviembre. Pero los plazos son perentorios: dentro de 15 días vencerá el plazo de presentación de las candidaturas al Consejo Nacional del PJ.

La principal carta que pone sobre la mesa Cristina Kirchner respecto de Quintela es la “potencia de su voz” en el escenario nacional. “Ese es uno de los planteos que hacen los compañeros”, señalaron en su entorno. El segundo argumento es de dirección política: “El peronismo tiene que estar en libertad de acción para sostener su perfil opositor”, afirmaron. El tercero tiene que ver con el fracaso todavía fresco de lo que fue el Frente de Todos: “Vos mirás a los que están cerca de Kicillof o Quintela y te das cuenta que son albertistas”, deslizaron con picardía.