El kirchnerismo sube a Axel Kicillof al ring de la interna del PJ y desplaza a Quintela a un segundo plano
El gobernador, a su vez, le saca el cuerpo a la pelea y sus seguidores le retacean el apoyo al riojano; Máximo Kirchner juega a fondo porque su propio liderazgo está en entredicho
El kirchnerismo blanqueó este viernes lo que siente en su fuero íntimo: que el verdadero rival por el liderazgo del peronismo no es Ricardo Quintela, sino Axel Kicillof. El encargado de hacerlo público -para que propios y extraños tomen nota- fue Máximo Kirchner, cuya jefatura en el PJ bonaerense está en entredicho, justamente, por los seguidores del mandatario bonaerense. Ante esa situación es la propia Cristina Kirchner la que no quiere saber nada con retomar el contacto con quien fuera uno de sus hijos pródigos en la política.
“Axel está dispuesto a hablar, a llamarla, a reunirse. Pero ella no quiere”, se lamentó un funcionario con despacho en la gobernación, en La Plata, luego de que Máximo Kirchner arremetiera contra Kicillof y de que Cristina no diera muestras de querer hablarle desde el miércoles por la noche, cuando circunstancialmente coincidieron en un acto bajo el paraguas de Abuelas de Plaza de Mayo en el Teatro Argentino de la capital provincial. “No tienen interés en que suceda”, se resignaron en el entorno del gobernador.
En las filas del kirchnerismo -más específicamente en La Cámpora- están convencidos de que varios dirigentes que alientan el proyecto Kicillof 2027 juntaron avales para la lista que encabeza Quintela de cara a las elecciones internas del 17 de noviembre. El propio Máximo lo dijo con todas las letras en la entrevista que le dio a Jorge Rial en Radio 10: “No se hacen esas cosas, no está bien; tenés que tener motivos políticos y tienen que ser ciertos. No les va a salir bien esto”, remarcó, como para que quedara bien claro el mensaje.
Los apuntados son los intendentes Jorge Ferraresi (Avellaneda), Juan José Mussi (Berazategui) y Mario Secco (Berisso), entre otros dirigentes que hoy integran las huestes axelistas, aunque en rigor los más comprometidos con Quintela son algunos albertistas como los diputados Victoria Tolosa Paz y Santiago Cafiero. Ya se sabe que los que siguieron al expresidente Alberto Fernández no tienen especial estima por Cristina y Máximo Kirchner. Y que ya habían juntado avales, en vano, para la frustrada candidatura de Daniel Scioli en 2023.
“La investigación de La Cámpora sobre el origen de los avales y el comisariato político que se deriva parece una copia sudamericana de la Stasi”, ironizó un dirigente enrolado en las filas de Kicillof que, sin embargo, tiene alguna duda sobre la actitud que adoptará Kicillof cuando llegue el momento de la verdad. Por ahora, el gobernador prefiere esquivar los golpes que lanzan los Kirchner (”Judas”, “Ponzio Pilatos”) e incluso deja trascender que votaría por Cristina en la interna porque “cree en el proyecto de país que tiene el kirchnerismo”.
Hace ya unos días que los coroneles de Kicillof salieron a despegarse de Quintela, pese a que lo habían alentado a competir por la presidencia del PJ hasta que la propia Cristina le plantó el desafío interno. “Nosotros creemos que la interna es absurda y que además va a votar muy poca gente, con lo cual después nos van a decir que gastamos mucha plata en pocos votos”, deslizó un intendente del conurbano. En el propio kirchnerismo creen que acudirá a sufragar el 10% del padrón del PJ, estimado en tres millones de afiliados.
El problema de fondo en el peronismo, sin embargo, no pasa por la interna entre Cristina Kirchner y Quintela, sino por la proyección de los liderazgos que definirán las candidaturas del PJ -y más ampliamente de Unión por la Patria- de cara a los comicios legislativos de 2025. La expresidenta viene dando algunas señales de que podría repetir la experiencia de 2017, cuando enfrentó a los candidatos de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires, pero esta vez podría hacerlo como la candidata oficial del partido a diputada nacional.
Entre esas pistas, hay una que resulta muy visual: Cristina Kirchner eligió una fotografía de aquella campaña en la que terminó perdiendo con el macrista Esteban Bullrich -pero que reflotó al kirchnerismo tras la salida del poder en 2015- para ilustrar la boleta de Primero la Patria que la lleva ahora como candidata a la presidencia del PJ. ¿Casualidades? En aquella contienda electoral, la expresidenta apeló a los desencantados de Mauricio Macri, mientras que el año próximo tendría que acudir a los decepcionados con el presidente Javier Milei.
El kirchnerismo analiza los números de las últimas encuestas y observa que la performance de su jefa política mejoró en los últimos meses, en especial en la provincia de Buenos Aires. Un trabajo de la consultora Opina Argentina, que dirige Facundo Nejamkis, estableció que la expresidenta tiene una imagen positiva del 45% y una negativa del 53%, pero en descenso. En el territorio bonaerense, Cristina Kirchner es la dirigente que más mide en el peronismo, en guarismos similares a los de Kicillof, que no será candidato en 2025.
Pero de cara a la interna del PJ, a Cristina Kirchner le surgieron algunos problemas impensados. Por caso en La Matanza, el bastión peronista por excelencia, ya no cuenta con el apoyo del intendente Fernando Espinoza ni de la vicegobernadora Verónica Magario y se recuesta sobre la estructura de los gremios como el Smata y del Movimiento Evita. La expresidenta visitó hoy el Museo de la Carcova, de la Universidad de las Artes, y este fin de semana podría aparecer en un distrito del conurbano para dar la imagen de que la interna va en serio.