Toda la Argentina en una sola página

Así fue la hoja de ruta planeada por Jair Bolsonaro para intentar un golpe de Estado en Brasil

Así fue la hoja de ruta planeada por Jair Bolsonaro para intentar un golpe de Estado en Brasil
el-mundo

El expresidente de extrema derecha, cuatro generales, un almirante y una veintena civiles más están acusados de organizar durante meses una trama para anular los comicios y cortar el paso a Lula

SAN PABLO.- El escrito de acusación del juez contra Jair Messias Bolsonaro, el capitán retirado del Ejército que presidió Brasil entre 2019 y 2022, es demoledor. El documento, de 135 páginas, se basa en la confesión de un testigo con acceso privilegiado al anterior mandatario. Incluye pantallazos de comprometedoras conversaciones de WhatsApp entre los sospechosos, sea el ministro de Defensa o un militar expulsado de las Fuerzas Armadas. Ningún país usa la app de mensajes encriptados con tanta intensidad como este. Por eso no choca que fuera una de las vías usadas para urdir el intento de golpe de Estado del que el Tribunal Supremo y la policía acusan al expresidente Bolsonaro, a cuatro generales, un almirante y una veintena de civiles. También por Whatsapp fue elaborado el decreto con el que se neutralizó la asonada en tres horas.

El principal ingrediente del relato policial son la confesión (y el teléfono celular) del hombre que probablemente más tiempo pasó con Bolsonaro mientras fue presidente, su secretario personal, el teniente Mauro Cid, de 44 años. El militar aparece como un nodo central del intercambio de informaciones entre los sospechosos de la trama golpista. Tras cuatro meses en prisión por falsear la cartilla de vacunación, el teniente Cid decidió hablar. Esa es la valiosa munición con la que la policía acusa al expresidente y al resto de los sospechosos.

Esta es la reconstrucción, en 11 escenas, de cómo se gestó la fallida asonada.

5 de julio de 2022. Quedan tres meses para la primera vuelta de las elecciones, un duelo entre dos titanes, Bolsonaro, que busca la reelección, y Luiz Inácio Lula da Silva, que aspira a culminar su resurrección política con un tercer mandato.

Bolsonaro celebra una reunión oficial en el palacio de Planalto con ministros y altos cargos en la que la policía ve “una dinámica golpista en la alta cúpula del Gobierno”. El juez levantó el viernes el secreto sobre el vídeo, que saltó de inmediato a todas las portadas de la prensa. Quien ha querido lo ha visto. El mandatario exigió a sus ministros que cuestionasen la seguridad de las urnas electrónicas como él y planteó que había una conspiración para arrebatarle el poder: “Los tipos están preparando todo para que gane Lula en primera vuelta, un fraude. Voy a demostraros cómo y por qué”.

Al menos uno de los presentes se inquieta. “¿La reunión está siendo grabada, presidente?”, pregunta el ministro de la Controladuria General. Bolsonaro le dice que solo se va a registrar su propio discurso, pero es evidente que también se grabó al resto de los presentes. El vídeo en cuestión, el hit mediático del viernes en Brasil, fue hallado por la policía en un ordenador que el secretario de Bolsonaro guardó en casa.

Los encendidos discursos están sazonados con palabrotas —Bolsonaro llega a usar cinco en 35 segundos— , referencias futbolísticas y lenguaje bélico. “Estoy en la línea de contacto con el enemigo”, dice el ministro de Defensa, el general Paulo Sérgio Nogueira, en referencia a sus interacciones con el Tribunal Superior Electoral para garantizar que las urnas son seguras. Y uno de los generales ministro, Augusto Heleno, jefe de los servicios secretos, avisa: “Si tenemos que dar un golpe en la mesa, es antes de las elecciones. Aquí no hay revisión del VAR [como en el fútbol]”.

Bolsonaro, siempre dado al dramatismo, proclama: “No tengo dudas de lo que están pasando. Mucha prueba no tengo (…) Voy a bajar la rampa de aquí [el palacio presidencial] preso por actos antidemocráticos”.

18 de julio 2022. En su campaña contra las urnas electrónicas, el mandatario recibe a los embajadores extranjeros. Les transmite sus dudas sobre el sistema de votación sin presentar pruebas. Los diplomáticos asisten atónitos. Por esa intervención, Bolsonaro fue inhabilitado para presentarse a las elecciones hasta 2030.

30 de octubre de 2022. Lula gana los comicios más reñidos de la historia brasileña. El izquierdista saca un 50,9% frente al 49,1% del cándidato de extrema derecha. Al día siguiente, decenas de miles de bolsonaristas claman fraude ante cuarteles de todo Brasil. Esa noche acampan allí mismo. Reclaman una intervención militar. Y ahí permanecerán hasta el día siguiente del intento de golpe, cuando son desmantelados a la fuerza.

19 de noviembre de 2022. Tres de los acusados expertos en leyes se reúnen en el palacio presidencial con Bolsonaro. Uno es el asesor especial de asuntos internacionales del presidente; el otro, un sacerdote católico. Le traen un borrador de decreto golpista que contempla anular las elecciones y detener a dos jueces del Tribunal Supremo y al presidente del Senado. El mandatario revisa el texto y pide unas modificaciones. Días después recibe una nueva versión que incluye nuevas elecciones y arrestar a Alexandre de Moraes, el juez del Supremo que dirige la investigación por la fracasada asonada y bestia negra del bolsonarismo.

7 de diciembre de 2022. Bolsonaro convoca a la cúpula de las Fuerzas Armadas, los generales Marco Antonio Freire Gomes (Ejército), Carlos Baptista (Aeronáutica) y el almirante Ailton Garnier (Marina), y al ministro de Defensa para presentarles el decreto con el que pretende vestir de legalidad lo que sería una ruptura constitucional. El jefe de la Marina abraza la idea; pero no el de las tropas de tierra (mucho más numerosas que los marineros) ni su colega de la fuerza aérea.

El citado almirante está ahora acusado de golpismo. Garnier escribió a algunos amigos el jueves para contarles que la policía le despertó tocando la puerta a las 6.15 de la mañana: “Acompañado solamente por el espíritu santo en virtud de un viaje de mi esposa, se llevaron mi teléfono y papeles (…). Pido a todos que recen por Brasil y por mí”.

9 de diciembre de 2022. El secretario particular de Bolsonaro manda un audio al jefe del Ejército. Es un nuevo intento de convencerlo a participar en los disturbios. Cid le dice que “el presidente ha recibido varias presiones para que tome una decisión más dura, pero obviamente, ¿adónde va él usando las fuerzas?”. Y le anuncia que el mandatario ha recortado el decreto golpista.

Ese mismo día, el general Theophilo de Oliveira, que era comandante de operaciones terrestres del Ejército, se reúne con Bolsonaro y, según el escrito de acusación, acepta sumarse a los disturbios siempre y cuando el presidente firme un decreto que lo avale. La policía sospecha que él dirigiría la tropa golpista, y que miembros de las fuerzas especiales —los llamados kids pretos (chichos de negro)— serían los encargados de detener al juez Moraes.

15 de diciembre de 2022. Quedan 16 días para que acabe el mandato de Bolsonaro.

Walter Braga Netto, un general en la reserva que perdió las elecciones como números dos de Bolsonaro y ha sido ministro, está que se sube por las paredes porque el jefe del Ejército rechaza sumarse al plan golpista. Toma cartas en el asunto, se mensajea por WhatsApp con un turbio militar expulsado del Ejército por indisciplina. “Amigo, desgraciadamente tengo que decirle que la culpa de lo que ocurre y va a ocurrir es del general Freires Gomes. En un combatiente no caben ni omisión ni indecisión”, escribe Braga Netto. Y, cuando su interlocutor le responde: “Vamos a ofrecer su cabeza a los leones”, el antiguo ministro replica: “Ofrece su cabeza. Es un cagado”.

Acto seguido, las milicias digitales bolsonaristas se activan en una campaña contra el jefe del Ejército. También cargan contra el jefe de las Fuerzas Aéreas, un “traidor a la patria”, en palabras del candidato a vicepresidente, que ordena al soldado turbio que despliegue una campaña bien distinta (de elogio) al almirante que aceptó participar del golpe.

Ese mismo día, el secretario de Bolsonaro intercambia unos whatsapp con un coronel de las fuerzas especiales al que le pregunta por el paradero de “la profesora”. Su interlocutor responde “por ahora solo vuelve a Brasilia para la toma de posesión del ladrón [en referencia a Lula]”. Los investigadores han concluido que la profesora es el juez Moraes. Siguieron cada uno de sus pasos durante semanas.

1 de enero de 2023. Lula asume el poder en una ceremonia en Brasilia en la que no participa su predecesor, que se ha ido a Florida para no entregarle la banda presidencial. El multitudinario evento transcurre con absoluta normalidad. Cunde la sensación de que el peligro de ruptura constitucional ha pasado. Lula está de nuevo en la jefatura del Estado y Bolsonaro, deprimido en Estados Unidos. Una semana después el espejismo salta por los aires.

8 de enero de 2023. Domingo. Brasil está de vacaciones de Año Nuevo y Brasilia, desierta. Miles de bolsonaristas del campamento golpista instalado ante el Cuartel General del Ejército, obra de Oscar Niemeyer, descienden a la plaza de los Tres Poderes y asaltan el corazón de la democracia brasileña.

8 de febrero de 2024. El expresidente Bolsonaro y otras 28 personas son acusadas formalmente de cocinar un intento de golpe de Estado. Cuatro de ellos, asesores del anterior Gobierno, son detenidos en la operación Tempus Veritatis (la hora de la verdad); el resto, sometidos a diversas medidas cautelares. A Bolsonaro, que está en su chalé de veraneo, le requisan el pasaporte y le prohiben viajar al extranjero.

Valdemar Costa Neto, el presidente del Partido Liberal, con el que Bolsonaro concurrió a la reelección, pasa dos noches en una comisaría, aunque ese no era el plan. ¿El motivo? La policía encuentra en su casa un arma legal a nombre de otra persona —dice que es de un pariente que la olvidó— y una pepita de oro de origen furtivo.

Bolsonaro proclama su inocencia y que es objeto de una persecución política.

9 de febrero de 2024. El ambiente anda caldeado en el universo bolsonarista. Los clubes militares del Ejército, la Marina y la Aeronáutica publican una nota conjunta alertando de una notica falsa titulada Defensa de la Patria, contra la Tiranía del Poder Judicial cuya autoría se les atribuye.

La fake news es una convocatoria difundida por un coronel bolsonarista que trabajó en el ministerio de Medio Ambiente en el anterior Gobierno. Tiene casi 38.000 seguidores en X y otros 68.000 en Instagram. Es la hora de la verdad para Bolsonaro, los generales ultras y para Brasil.

Temas en la nota

783211

Suscribite a nuestro newsletter

Un resumen de las noticias más relevantes directo en tu email.