BARILOCHE.– El hermetismo es total. El hotel Llao Llao se pobló de hombres de seguridad, vestidos de negro de pies a cabeza, que impiden el paso a ciertos sectores del lugar, si no son invitados al exclusivo foro que se lleva adelante en esta ciudad. “¿Usted es periodista? No puede estar acá”, dicen, cuando alguien externo se acerca al lobby o bar del hotel.

Para identificar a las personas autorizadas y a los no bienvenidos, la organización repartió pulseras plásticas de colores. Las celestes son para los empresarios, mientras que las fucsias son para los medios. De esta forma, no hay equivocaciones y nadie se puede infiltrar en las charlas a puerta cerrada.

En la entrada del Llao Llao también hay un estricto control para ingresar. Habitualmente, cualquier persona puede tomar un té con dulces en el winter garden (jardín de invierno), aunque no esté hospedado en el hotel. Es una de las atracciones turísticas de Bariloche. Este año, sin embargo, la organización del foro tomó la decisión de cerrar el acceso durante los tres días que dura el evento.

Solo los huéspedes que reservaron alojamiento con meses de anticipación tienen libre acceso para ingresar, aunque deben evitar el salón principal durante la tarde, cuando transcurren las actividades de los empresarios. Por eso, por momentos se escuchan en el pasillo conversaciones en inglés de los turistas, que no deben imaginar que comparten la sala del desayuno con algunos de los líderes empresarios más influyentes de la Argentina.

Cuando se confirmó la fecha del foro Llao Llao, apenas unas semanas atrás, el proceso para alojarse también se restringió. Las habitaciones, que paga cada empresario, cuestan desde US$280, la más económica, a US$2100, la más cara, en el ala moderna del hotel, que es donde dormirá el presidente Javier Milei.

El mandatario evitó utilizar la tradicional habitación presidencial, que cuesta US$1800 la noche. En el foro del año pasado, en plena campaña presidencial, esa habitación fue utilizada por Patricia Bullrich una noche y la otra por Horacio Rodríguez Larreta. Milei todavía no era una opción factible para el empresariado.

De hecho, el Presidente tendrá revancha este año ante el selecto público de dueños de compañías, luego de su paso tenso en la edición pasada, cuando insistió en explicar el proceso de dolarización y en citar filósofos del siglo pasado. “Es imposible que su exposición de este año no sea mejor que la pasada. Había sido malísimo, no tenía una guía”, dijo un empresario en reserva. Milei cerrará el foro mañana al mediodía.

Entre los 150 invitados se encuentran Eduardo Elsztain (IRSA), Marcos Galperin (Mercado Libre), Martín Migoya y Guibert Englebienne (Globant), Carlos Miguens (San Miguel), Andrea Pagani (Arcor), Verónica Andreani (Andreani), Martín Eurnekian (Aeropuertos Argentina 2000), Alberto Arizu (Luigi Bosca) y Sebastián de Montalembert (Grupo Peñaflor). Para escuchar al Presidente, mañana se sumarían Marcos Bulgheroni, CEO de Pan American Energy (PAE) y Gonzalo Tanoira, presidente de San Miguel.

En este encuentro, los dueños de empresas preguntarán por la salida del cepo, las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la postulación del juez Ariel Lijo a la Corte Suprema, la situación de la Argentina frente a los conflictos internacionales y la probabilidad de aprobación de los proyectos de ley Bases y el paquete fiscal.

También le hablarán sobre las recomendaciones que les hizo el empresario chileno Bernardo Larrían para que la Argentina crezca al ritmo de su país vecino. “Chile partió con la reforma de primera generación, que básicamente es la responsabilidad fiscal. Eso está 100% anclado en el sistema institucional chileno. El presupuesto se hace con precios de largo plazo del cobre: cuando el cobre está muy alto, tenemos mucha exportación y recaudación fiscal, y eso se ahorra. La otra regla básica es la apertura a la economía. Chile firmó 64 tratados de libre comercio. Prácticamente, tenemos cero arancel con todos los países. Esa apertura fue fundamental y no es fácil entenderla hoy en día, pero Chile hizo ese trabajo hace mucho tiempo, en los 80 y 90”, les contó Larrían, dueño de 90.000 hectáreas de bosque en la provincia de Corrientes.

Los empresarios argentinos escuchaban con admiración y envidia, pero sentían lejano ese escenario para el país. “En la Argentina hay muchos empresarios que se benefician con el proteccionismo y Milei dijo que la apertura comercial era una reforma de segunda generación”, le contaron al empresario chileno.

El presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, había admitido la noche anterior que durante su gestión también tuvo problemas para lograr acuerdos comerciales. Uruguay es parte del Mercosur, junto con la Argentina, Brasil y Paraguay.

La noche con el mandatario charrúa había comenzado con una actividad descontracturada: los líderes de negocios compitieron en un concurso para preparar el gin tonic más rico. La organización proveyó una variedad de especias, plantas, jugos y etiquetas de gin, mientras el conductor del evento, Iván de Pineda, explicaba la historia del trago y prometía que el ganador sería elegido como la bebida especial del año del hotel Llao Llao.

El foro también tuvo momentos de reflexión, como comunicó la agenda. Pese a la lluvia y el viento que prevaleció en el segundo día, un grupo de empresarios salió a caminar por el entorno patagónico, mientras que otros prefirió tomarse un descanso e ir a la pileta climatizada o al gimnasio. Luego se reunieron para “poner en común las reflexiones”.

De todas las actividades, sin embargo, la que más impacto generó fue la del productor musical Federico Lauria, fundador del sello Dale Play Records, que está detrás de artistas reconocidos de música urbana y trap, como Duki, Nicki Nicole y Bzrp. Lauria logró que todos los empresarios siguieran con palmas el ritmo de la canción que Bzrp lanzó con Quevedo. “Fue muy inspirador. Habló de la generación Z, los que tienen veinte años. Son los futuros empleados. Fue la mejor hasta ahora”, dijo un empresario en reserva.

Mañana tendrá su oportunidad Milei, quien viajó en compañía de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el secretario de Estado, Manuel Adorni.