Pocas horas antes de la primera cumbre de PRO en el nuevo año electoral, uno de los referentes amarillos que el Gobierno quiere reclutar se reunió en la Casa Rosada con el armador electoral de Karina Milei. Diego Santilli estuvo una hora en el despacho del primer piso de Eduardo “Lule” Menem, el asesor en temas electorales de la secretaria general de la Presidencia y titular de La Libertad Avanza (LLA), que resiste una alianza formal con Mauricio Macri.

De cara a los comicios legislativos, Karina Milei promueve la estrategia de la cooptación de dirigentes, al igual que el asesor Santiago Caputo. Una postura que colisiona con la famosa frase que pronunció Milei en diciembre sobre un acuerdo “en todos lados o ninguno, sin trampas al electorado”. Nadie en el Gobierno sabe explicar exactamente a qué responde esa dualidad, que parece una estrategia de negociación y un intento para ganar tiempo sin tomar decisiones definitorias. Pero por ahora intentan sumar cuadros por fuera de un arreglo institucional con el líder del partido.

El encuentro entre Menem y Santilli se realizó este mediodía con muy bajo perfil pero en la Casa de Gobierno y a plena luz del día. Algunos amarillos tomaron como una provocación que estuviera en la sede del poder de los Milei horas antes de la cumbre de su propio partido. Pero por ahora, Santilli insistió ante el referente riojano en que se forje un acuerdo formal, en lugar de una captación de dirigentes, que lo obligaría a abandonar sus filas.

Según pudo reconstruir Infobae, hablaron de las cuestiones puntuales que atañen a la reunión de esta tarde en la sede partidaria, es decir, los apoyos o reparos al temario de las sesiones Extraordinarias. Pero también hablaron sobre estrategia electoral, y llegaron a una definición, todavía. En el entorno del legislador le bajaron el tono a las especulaciones sobre un pase individual y dijeron que es “habitual” que se reúna con Lule Menem. “No pasa nada, son amigos, se ven cada dos meses. La última había sido en diciembre, y antes en octubre”, dijeron.

Su posición acuerdista es conocida. Hace pocas semanas, el ex candidato a gobernador de Horacio Rodríguez Larreta volvió a pedir un pacto electoral entre ambas fuerzas “para ganarle al kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires”. Sin embargo, quienes lo conocen y frecuentan están convencidos de que, en caso de que no haya un acuerdo, no dudará en saltar el cerco para sumarse a la tropa violeta. Se encuentra entre los dirigentes del macrismo que cuestionan que su líder, el ex presidente, le dispute poder al Gobierno. En cambio, se encuentra entre los que creen que la única salida del PRO es “acompañar” sin mayores condicionamientos.

En su propia fuerza, esa posición es leída como un intento de buscar un cargo. Y es cierto que Santilli aspira a liderar la boleta de diputados en la provincia de Buenos Aires este año. Pero argumenta que lo hace para “defender el cambio” y resiste que lo tilden de acomodaticio.

La visita de Santilli toma relevancia después de que el senador Luis Juez blanqueara que abandonará la presidencia de la bancada PRO en la Cámara alta; y de la salida del partido político del intendente de 3 de Febrero, Diego Valenzuela y de su par de 25 de Mayo, Ramiro Egüen. Todo esto en medio de la polémica por el comunicado donde el partido que preside Mauricio Macri acusara sin previa consulta interna al Gobierno de comportarse de manera “autoritaria” e insistiera con la inclusión del Presupuesto en la lista de proyectos de las sesiones extraordinarias.

Cuentan que “el Colo” estaba molesto, ayer, con la cruzada del intendente de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, contra Milei, por sus declaraciones homofóbicas cuando se despachaba contra la cultura “woke” en Davos. Pero hoy el diputado participará de la cumbre de la mesa ejecutiva de PRO que encabezará Mauricio Macri, junto al alcalde, en la sede partidaria de Balcarce. Esto a pesar de la tensión, y de que crecen los rumores, -alimentados por el oficialismo pero nunca negados a rajatabla por Santilli- de que podría seguir el camino de otros desertores si su jefe político no alcanza un consenso con el Gobierno.