El BCRA modificó una cotización del dólar clave para el mercado de futuros: las maniobras que busca impedir

El cambio metodológico anunciado hoy implementa criterios basados exclusivamente en transacciones electrónicas ponderadas, dejando afuera cotizaciones por canales indirectos o de menor volumen
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) introdujo una nueva metodología para el cálculo del Tipo de Cambio de Referencia (TCR) conocido como dólar A 3500, una variable central para el mercado de futuros. Con este ajuste, la autoridad monetaria resolvió que el tipo de cambio se calculará con el promedio ponderado de las operaciones concertadas por las entidades financieras en la plataforma A3 Mercados. Antes, la fórmula dependía de encuestas realizadas por el BCRA en tres momentos del día, en las que se pedía a las entidades que le coticen el valor y, en base a esos datos, se ejecutaba el cálculo.
De acuerdo con fuentes oficiales, el nuevo método sólo considera las operaciones concertadas por pantalla, y fija un monto mínimo de USD 500.000 para dichas transacciones. Quedan excluidas tanto las operaciones por pedido de cotización (over the counter) como aquellas canalizadas por corredores. El propósito es fortalecer la confiabilidad y limitar espacios de manipulación.
Fuentes consultadas que pidieron reserva de identidad expresaron que el mecanismo anterior, organizado principalmente a través de una encuesta a las 11 de la mañana y otras instancias diarias, permitía mayor margen para modificar los resultados con pocas operaciones. “Para manipular ahora hay que poner guita directamente, mucha guita para manipularla”, dijo una de las voces que frecuentan espacios de negociación y análisis.
A nivel técnico, operadores del mercado interpretan que resulta más difícil influir artificialmente en el resultado del dólar A 3500 bajo el nuevo criterio. La metodología anterior podía generar discrepancias entre el promedio del día y el valor surgido en el último día hábil de cada mes, especialmente porque la encuesta a bancos otorgaba un peso significativo a momentos puntuales. Con la nueva composición, “hasta la última operación afecta”, precisó un operador del sector.
El objetivo de la medida reside en aumentar la transparencia y otorgar mayor credibilidad ante inversores externos. Diversos sectores dentro del ecosistema financiero recibieron positivamente los cambios y autoridades escucharon sugerencias de los principales actores antes de definir la metodología final. Además, distintos interlocutores señalaron que el resultado arrojado por la nueva fórmula, cuando se publique la serie histórica, no varía de manera significativa respecto a la medición anterior, aunque incorpora controles más robustos frente a potenciales intervenciones especulativas.
“El cambio en la metodología de cálculo del fixing era algo que estaba pendiente hace tiempo. El BCRA hizo una consulta pública y finalmente eligió lo que la mayoría de los participantes del mercado de cambios sugirió. Al ser un promedio ponderado de lo operado y no encuesta es más difícil de manipular tanto por bancos como por el mismo BCRA. Es positivo”, comentó a Infobae otro operador de mercado.
En la jerga, el término fixing se refiere al valor de referencia del dólar que elabora el BCRA, utilizando los precios de operaciones concretadas en el mercado, y que sirve como base para la liquidación de contratos de futuros y otras transacciones financieras.
En las mesas señalan que una restricción impuesta por el Banco Central, que impide a los bancos cubrir el dólar spot el mismo día del vencimiento en los futuros, lleva a que muchos operadores realicen estas coberturas el día anterior. Según cuentan, esta práctica suele evitar movimientos abruptos en el precio de referencia, ya que gran parte del mercado opta por dejar vencer las posiciones o comprar después, lo que reduce la volatilidad puntual en el fixing.
Los actores del mercado explican que, históricamente, en los días de vencimientos relevantes, existían movimientos coordinados en una de las ventanas para influir en la cotización, como ocurrió en una ocasión en la que el Gobierno decidió vender masivamente y logró bajar el fixing cerca de cinco pesos, cuando el hoy ministro de Economía Luis Caputo dirigía el Banco Central durante el Gobierno de Mauricio Macri. Mencionan que esta clase de maniobras se facilita porque los participantes saben con precisión en qué momento operar para que el efecto impacte directamente en el precio calculado.
Operadores aseguran que, si del lado oficial no existe el objetivo de alterar la operatoria, el precio resultante de la nueva metodología aparece como una referencia más representativa para todos los actores. Y que el nuevo dólar “A 3500″, menos manipulable, busca agradar además a los paladares de inversores de bancos y fondos de inversión extranjeros.