El oficialismo catamarqueño se prepara para un reacomodamiento fuerte en Diputados. El gobernador Raúl Jalil, que celebró haber ganado las legislativas con el sello Fuerza Patria, decidió impulsar una bancada propia y romper con Unión por la Patria. El movimiento se anunciaría antes de fin de mes y responde a la estrategia del mandatario de mantener una línea más conciliadora con el Gobierno nacional.

Con el 45% obtenido el 26 de octubre, ingresarán al Congreso dos diputados alineados a Jalil (Fernando Monguillot y Claudia Palladino), que se sumarán a los que ya tienen mandato hasta 2027, Fernanda Ávila y Sebastián Nóblega. Así, Catamarca conservará cuatro escaños propios. 

La relación con la Casa Rosada es fluida. Jalil ya colaboró con el oficialismo en la Ley Bases y en Ganancias, y está dispuesto a acompañar el Presupuesto 2026 y la llamada modernización laboral, aunque rechaza la reforma del Código Penal. En paralelo, Catamarca busca asegurar el traspaso de YMAD, una empresa minera clave que Milei había puesto en la lista de privatizaciones.

El gobernador evalúa articular con otros mandatarios que también operan por afuera de UxP: los salteños de Gustavo Sáenz, los misioneros de Carlos Rovira, los tucumanos de Osvaldo Jaldo y sectores neuquinos ligados a Rolando Figueroa. Incluso podría coordinar con radicales como Alfredo Cornejo y el espacio Provincias Unidas. Si se concreta la fractura, Unión por la Patria pasaría de 98 a 92 diputados, debilitando su peso parlamentario.

El peronismo hará un intento final para retenerlo: Germán Martínez hablará esta semana con Jalil y Lucía Corpacci podría presionar desde el Senado. Pero el escenario favorece al oficialismo. Entre la fuga del PRO alineado con Patricia Bullrich y posibles nuevas incorporaciones, Martín Menem calcula que La Libertad Avanza podría llegar a 88 diputados. El nuevo mapa será decisivo en la disputa por presidencias y comisiones, donde se juega el verdadero poder del Congreso.