La era Milei y la crisis de los partidos tradicionales

La doble victoria libertaria expone un quiebre profundo: crecen los liderazgos personales mientras los partidos tradicionales quedan atrapados en sus propias lógicas.
- 🗳️ Crisis de representación: ni el peronismo, ni el radicalismo ni el PRO logran recoger las demandas de la sociedad.
- 🚀 Milei y La Libertad Avanza destacan por un liderazgo personalista, propuestas claras y conexión con una ciudadanía cansada.
- 🧭 La Libertad Avanza es más un concepto que un partido; la gente vota por caras conocidas.
- 🧱 Los “partidos personales” pueden ganar sin una estructura partidaria, pero deben gobernar sin el apoyo de un partido.
- 🌐 Tendencia regional y global: nacen y mueren rápido, funcionando como vehículos para un líder.
- 📉 Los partidos tradicionales quedan atrapados en formas viejas y peleas internas, con menor capacidad de proponer.
- 🧑💼 Crece la idea de que algunos outsiders lideran sin una organización, pero enfrentan el desafío de gobernar sin base partidaria.
- 📱 Las redes sociales son clave para la emergencia de movimientos; sin una comunidad sólida, no hay sostenibilidad.
- 🎯 Más allá de lo digital, representa la demanda real: es crucial que los partidos adecuen sus plataformas a las demandas de la gente.
- 🔄 Triple vía de comunicación: redes sociales, medios tradicionales y contacto directo en territorio para una campaña efectiva.
- 📺 Los medios tradicionales siguen siendo influyentes y ayudan a consolidar posicionamientos, incluso con fuerte presencia digital.
- 🤝 Recomendaciones a los partidos tradicionales: modernizarse, liderar causas, conocer a su gente y ser políticamente cercano (a veces provocador).
- 🧰 Necesidad de una plataforma y discurso temático claros; sin eso, invertir en redes puede no traducirse en votos.
- 🗺️ En resumen: la crisis de representación y el auge de líderes personales están redefiniendo la política actual, con las redes como terreno clave.
La doble victoria de La Libertad Avanza, en 2023 y 2025, volvió a exponer la crisis de representación. Ni el peronismo, ni el radicalismo, ni el PRO lograron volver a representar de manera efectiva las demandas de la sociedad. En ese vacío apareció Milei, con un liderazgo personalista, ideas claras y un menú de propuestas que conectó con una ciudadanía cansada. En esta campaña, La Libertad Avanza mostró listas con un sinnúmero de nombres desconocidos y alcanzó un triunfo más que contundente.
Detrás hay un fenómeno más amplio. "La Libertad Avanza es más un concepto que un partido; la gente vota caras conocidas", dijo una fuente del Congreso. En el podcast FENÓMENO BARRIAL, Andrés Malamud lo enmarcó en una tendencia regional y global: partidos que nacen y mueren rápido, que funcionan como vehículos de un líder.
Daniel Ivoskus, de la Cumbre Mundial de Comunicación Política, lo explicó así: "Los partidos dejaron de transformar, de motivar, de producir propuestas. Se volvieron estructuras jurídicas presentarse a elecciones. La política pasó a ser personalista". En ese contexto, un partido con un liderazgo aprobado por la sociedad corre con ventaja.
Por su parte, Miguel De Luca, director de la carrera de Ciencia Política de la UBA, apuntó: "Los partidos tradicionales siguen aferrados a las formas tradicionales de hacer política, adoptan políticas de cada vez más corto plazo y se enfrascan en peleas internas que solamente interesan a los propios políticos". En ese clima, dijo, crecen los partidos personales al calor de la insatisfacción de buena parte de la ciudadanía por el pobre desempeño de los gobiernos.
"Unos cuantos partidos personales son liderados por outsiders. Lograron ganar elecciones sin contar con un partido. Ganar sin contar con el apoyo una organización partidaria parecía imposible hace unas décadas. Ahora les toca otro desafío: gobernar sin disponer del soporte de un partido", afirmó De Luca.
Si bien todos los analistas consultados por El Economista coincidieron en que la clave para entender la emergencia de los partidos personales está en la crisis de representación, también subrayaron la relevancia de las redes sociales en la política actual. "Siempre que hay modificaciones, los partidos se tienen que reinventar. Si no se consolidan en las redes, no hay forma de sobrevivir", sintetizó Lucas Raffo, consultor de Ad Hoc.
Explicó que "el peronismo nunca encontró la forma de construir una comunidad en redes sólida que le sirva para disputar encuadres". Sin embargo, dijo que el problema no es cómo usan las redes o si se aggiornan a ellas, sino cómo representan las demandas. "En el fondo, sigue siendo un problema de representación de demandas e intereses y lo digital es un territorio cada vez más importante por su convergencia con los medios tradicionales".
Las redes incorporan un terreno de debate que es inmediato y en el que están todos -como participantes o espectadores-. "Cualquier partido que quiera representar eficazmente tiene que pensar en las redes. Son importantes para el crecimiento de los fenómenos emergentes porque abaratan la competencia -sin ellas, sería imposible pensar en su crecimiento-. Pero si no tienen una plataforma eficaz -un discurso, un temario-, no van a lograr interpelar, por más potencia que le pongan a las redes", sostuvo el consultor.
A modo de ejemplo, mencionó que en la campaña las "terceras vías" -grandes perdedoras de la última elección- fueron las que más invirtieron en pauta publicitaria: "Tener presencia y gastar plata en redes no es una garantía".
Raffo señaló que lo digital tiene mucha fuerza en el fenómeno de Milei, pero su posicionamiento se generó a través de la televisión y los medios tradicionales.
En la misma línea, Ivoskus se refirió a la triple vía necesaria para una comunicación política efectiva: redes sociales, medios tradicionales y contacto directo en el territorio. "Las redes sociales son una herramienta de comunicación indispensable para cualquier político que quiera aspirar a la presidencia, a ser gobernador o intendente. Quien construye un sistema de comunicación que los integre -y con el mensaje adecuado-, tendrá una efectividad mucho mas fuerte".
Los partidos tradicionales deben apostar, dijo, a los nuevos formatos de comunicación, a liderazgos que interpreten mejor a la sociedad y a ser políticamente incorrectos: "Hay un cambio de percepción sobre el político estructurado versus el político más natural, espontáneo y cercano. Son valores clave de todo liderazgo". Valores que hoy, además, se ven a diario en los perfiles de redes. Afirmó, además, que el peronismo, el radicalismo y el PRO deben modernizarse, liderar causas y conocer en profundidad a quien van a representar.
