Hernán Reyes: "Estamos dispuestos a conversar con el PRO en la Ciudad, siempre y cuando no esté aliado con los libertarios"

¿Carrió puede ser candidata a senadora? ¿Es posible una alianza entre la Coalición Cívica y el PRO en la Ciudad si, en paralelo, el PRO se alía con La Libertad Avanza en la provincia? Sobre los dilemas de esta coyuntura, Reyes responde sin tapujos.
- 🗳️ **Inicios en la política**: Hernán Reyes, presidente del centro de estudiantes en el Nacional 17, fundó la agrupación "Opción Independiente" para evitar la subordinación a partidos políticos.
- 📚 **Crecimiento personal**: Comenzó a estudiar Derecho en 2000 y se involucró activamente en la política tras la crisis de 2001, participando en asambleas barriales y debates sobre la refundación democrática.
- 🚨 **Impacto de la crisis**: La crisis de 2001 lo marcó profundamente, con experiencias de violencia y angustia, reforzando su interés en la política.
- 🏛️ **Trayectoria legislativa**: En 2014, Reyes ingresó al Congreso como secretario parlamentario de la Coalición Cívica, compartiendo roles como opositor y oficialista durante su mandato.
- 📊 **Logros destacados**: Menciona la Ley de Defensa de la Competencia como un importante avance legislativo logrado en su tiempo en el Congreso.
- 🤝 **Confianza política**: Reyes destaca la importancia de la participación ciudadana y la confianza en la política, especialmente en tiempos de desinformación.
- 🗨️ **Crítica a Macri**: Indica que el mayor error de Macri fue no reconocer el valor de lo construido durante su mandato y sucumbir a un modelo conservador.
- 🔍 **Análisis actual**: Cada vez más personas se sienten fuera del espectro político, buscando nuevas alternativas que no están representadas ni por el kirchnerismo ni por los libertarios.
- 💼 **Propuesta de reconstrucción**: Reyes aboga por reconstruir un espacio político que represente a las clases medias, destacando la importancia de la institucionalidad y el interés general.
- ⚖️ **Perspectiva futura**: Propone un futuro que se base en la institucionalidad, la ley y el respeto a los valores democráticos, vislumbrando una Argentina con un espacio alternativo que pueda recuperar el rumbo.
- 📞 **Conclusión sobre alianzas**: Reyes considera viable una alianza con el PRO en la Ciudad si hay una definición clara hacia el futuro y critica la falta de posiciones claras por parte de algunos dirigentes.
Terminaba el siglo XX y Hernán Reyes —alumno del Nacional 17, en Rivadavia e Hidalgo— ya se preguntaba por el poder y por la política. Fue presidente del centro de estudiantes en quinto año, a la cabeza de una agrupación que él mismo ayudó a fundar. La bautizaron "Opción Independiente", porque no querían subordinarse a ningún partido político. "La militancia secundaria es muy disputada por los partidos, y yo no quería eso", recuerda Reyes. Aun así, hablaban de política todo el tiempo. Ganaban con el 80% de los votos. "Dimos vuelta el centro de estudiantes. Fue una época linda, que recuerdo con cariño".
Terminó el colegio en 1999, y en el 2000 hizo el CBC en Puán sin militar, "porque no tenía dónde". Estudiaba Derecho, aunque todavía no había encontrado su lugar. Hasta que, en mayo de 2001, su hermana Fernanda —también futura diputada— le mandó un mail a Elisa Carrió. Y los invitaron a una reunión en el teatro La Otra Orilla, en Urquiza antes de llegar a Rivadavia. "Tenía 19 años. El Partido Socialista Democrático nos prestaba un local en la calle Entre Ríos, y allí empezamos a reunirnos".
Ése fue el comienzo de un intenso camino: la crisis de 2001, las asambleas barriales, el ruido en las esquinas, la idea de que todo debía empezar de nuevo. "Era un momento potente. Lilita estaba activa, muy arriba". Son las palabras de Reyes, quien militaba, pero también experimentaba la angustia: "La recesión era brutal. Había violencia en la calle. Muchos amigos estaban complicados. Y había una idea fuerte de refundación democrática. Se hablaba de una democracia asamblearia, de una reforma constitucional".
Una escena le quedó marcada. Estaba con amigos del secundario cerca del Cid Campeador, después de jugar al fútbol, tomando algo, cuando vio una manifestación. "Se prendían gomas, se debatía. Todo a la vez. Y también se sentía la angustia de pensar: ¿cómo va a terminar esto? Había estado el corralito, había gente llorando por sus ahorros".
La experiencia del 2001 fue también una cuna de formación política para Hernán Reyes.
Ya en la década siguiente, el camino lo llevó al Congreso. En 2014, tras las elecciones legislativas del año anterior, ingresó como secretario parlamentario del bloque de la Coalición Cívica. "Fueron dos años como opositor (2014-2015), y después dos como oficialista (2016-2017), cuando se armó Cambiemos. Fue una experiencia distinta. Siempre habíamos sido oposición y pasamos a formar parte de un bloque oficialista, aunque sin cargos en el Ejecutivo".
En ese ciclo, destaca en particular una ley. "La Ley de Defensa de la Competencia, que es una ley valiosísima, salió en ese período, durante el gobierno de Macri".
En su recorrido, Reyes ha intentado sintetizar la participación ciudadana y la vocación institucionalista. Sin miedos ni miramientos. Más allá de compartir o no sus ideas, es una persona que inspira a propios y a ajenos. Sus palabras son de fiar. En un tiempo de fake news, Reyes supo cuidar este capital político: el de la confianza. En parte, porque esa tensión —entre la calle y la ley, entre las gomas quemadas y el boletín oficial— sigue atravesando su modo de pensar la política.
Está casado con Laura Campana Politis. Tiene dos hijos, Victoria de 14 años y Martín de 10. Al hablar de sus hijos, los ojos le brillan.
En esta conversación con El Economista, Reyes asegura que el mayor error de Macri fue "no valorar lo que construyó". Y agrega: "Rápidamente se dejó seducir por un modelo conservador que se apoya en una lógica de poder peronista". A su vez, señala que la gente "está desesperada buscando que aparezca otra oferta política".
¿Carrió puede ser candidata a senadora? ¿Es posible una alianza entre la Coalición Cívica y el PRO en la Ciudad si, en paralelo, el PRO se alía con La Libertad Avanza en la provincia? Sobre los dilemas de esta coyuntura, Reyes responde sin tapujos.
—¿Cómo analizás en este presente la incomodidad creciente con el rumbo del gobierno y la falta de representación en la oposición?
—Se va aclarando bastante. En el balotaje, mucha gente votó casi con urgencia, como si no tuviera otra opción. Quienes querían un cambio terminaron yéndose con Milei porque no veían a quién más votar. Y esa incomodidad hoy se percibe con mucha fuerza.
Hay una desesperación por encontrar una nueva oferta política. El problema no es que la sociedad esté polarizada. Lo que está polarizada es la oferta política. La gente no se siente parte de ese antagonismo. Hay un montón de personas que no se sienten representadas ni por el kirchnerismo ni por los libertarios.
El problema es que mientras no se le ofrezca un espacio previsible hacia el futuro, el miedo a la vuelta del pasado sigue siendo determinante en la decisión. Camino mucho y escucho todo el tiempo lo mismo: que había que ordenar la economía, pero no les gusta la violencia, ni el insulto, ni el daño a instituciones. Lo del Garrahan duele mucho. También los jubilados, el ataque al periodismo, a las minorías.
Hay un montón de personas que no se sienten representadas ni por el kirchnerismo ni por los libertarios.
Me pasó algo muy fuerte con el Garrahan. Llamé a un médico hace dos o tres meses y le dije que estaba a disposición. Me respondió con total naturalidad que fuera a visitar la institución. Me sumé a una asamblea con residentes, becarios, médicos, donde también había diputados y legisladores. Y lo que escuché fue tremendo. El recorte al Garrahan no cierra por ningún lado. Es un desfinanciamiento deliberado. A esta altura del año, todavía no igualaron el presupuesto de 2024. Y no hay ninguna discusión real sobre "ñoquis". No hubo una sola medida del Consejo de Administración que fuera en ese sentido.
El discurso sobre ñoquis es apenas un relato para la opinión pública. En los papeles no hay ni un nombre, ni una acusación concreta. Y si lo tuvieran, no hacen nada. En cambio, el recorte presupuestario sí es concreto. Y cuando se habla con las médicas, con los residentes, se ve el esfuerzo que hacen, la formación que tienen, la vocación con la que trabajan. Son personas que resuelven cosas fundamentales. Por eso estoy comprometido con el Garrahan. Hicimos una denuncia penal contra el ministro de Salud Mario Lugones, presentamos un escrito en la Defensoría General y estamos dando apoyo legal para garantizar el financiamiento.
—"Después de la aparición de los videos de la 'Rosadita' libertaria, ¿ya renunció Adorni?", escribiste en tu cuenta de X. ¿Considerás que esa situación puede debilitar al frente libertario?
—Es una vergüenza. Es la mentira oficial. Adorni salió a dar una conferencia de prensa y la información que brindó fue luego replicada de forma oficial, a través de un pedido de acceso a la información pública que presentó el diputado Maxi Ferraro. Dijo que habían entrado cinco valijas, no diez. Pero los videos muestran claramente otra cosa.
Maxi Ferraro hizo un pedido de acceso a la información pública y la respuesta oficial no coincidió con lo que dijo Adorni en la conferencia. No fue una declaración informal, no es simplemente un funcionario hablando en el atril: es la versión oficial del gobierno. Documentaron una mentira.
Y el caso Libra es gravísimo. Otro dato que ayuda a entender el contexto: le pedí a la Oficina Anticorrupción del gobierno de Milei que me informara cuáles habían sido las relaciones laborales del presidente antes de asumir. Porque él decía que vivía de dar conferencias por US$ 20.000 y que donaba su sueldo. La OA me contestó que no me iba a dar esa información.
Les planteé que podía haber un conflicto de interés, y me respondieron que eso lo tiene que administrar el presidente. Paradójicamente, la Oficina Anticorrupción de Alberto Fernández sí le exigió a él, en su momento, la lista de clientes previos a asumir. Alberto no la entregó, es cierto, pero la OA sí se la pidió. En cambio, la OA de Milei ni siquiera se lo solicita. Y después de eso, viene Libra.
Lo de Libra no es un error, ni una confusión entre lo público y lo privado. No es que se les mezcló porque están distraídos o porque no entienden cómo funciona el Estado. Según lo que me consta hasta ahora, no se trata de contratistas del Estado en el sentido tradicional. Lo que están haciendo es operar desde la esfera pública para favorecer negocios privados y, desde ahí, generar rentabilidad. Eso es ilegal.
Y no se dan cuenta. Milei operó en Libra como presidente. Sin su participación directa, esa maniobra no habría existido. Porque estamos hablando de una transferencia de confianza hacia un activo financiero de altísimo riesgo, casi basura, que sólo puede tener éxito si quien lo respalda es alguien con poder real de decisión. Si cualquiera hubiese dicho "compren Libra", nadie lo hubiera escuchado. Pero si lo dice el presidente de la Nación, cambia todo. Por eso esa intervención es grave.
Y ahora aparecen estas valijas, que parecen ser parte del mismo entramado. No están sueltas, son parte del relato de esos días, de las idas y vueltas de quienes participaron del negocio. Por eso lo de Adorni es muy serio. Tiene un rol institucional, es vocero del presidente. Debería dar explicaciones precisas, con lujos de detalles: por qué dijo lo que dijo, quién le pasó esa información y si la sigue sosteniendo.
Estas valijas podrían tener que ver con Libra. Todo forma parte del mismo entramado. Las cronologías, los vínculos, los hechos. Todo está demasiado alineado. Si ladra, tiene cuatro patas y mueve la cola es probable que sea un perro.
—¿Qué evaluación hacés del rol de los dirigentes que dicen representar el centro pero se mueven más por cálculos o equidistancias tácticas?
—El problema es la confusión en torno a qué hay en "el centro". Desde la teoría política se puede hablar del centro democrático. Pero el centro entendido como un punto medio entre extremos es un no-lugar. Yo no me considero del centro. No soy mitad libertario y mitad kirchnerista. No soy un promedio. Mis definiciones políticas no pueden estar atadas a esa lógica.
Muchos dirigentes que dicen ubicarse en el centro están obsesionados con mantener una posición equidistante, como si eso los preservara de las críticas. Nosotros no somos eso. Somos una línea recta. Si hay que confrontar con el kirchnerismo, se confronta. Si hay que confrontar con los libertarios, lo mismo.
Me gusta pensar en términos de un "punto fijo". Seguimos un eje claro: institucionalidad. No votamos los superpoderes ni para Alberto ni para Milei. Nos opusimos cuando los dos gobiernos intentaron manejar fondos discrecionalmente, cuando quisieron avanzar sobre la SIDE o sobre las políticas sociales.
Denunciamos el uso clientelar del kirchnerismo y el abandono de Milei. Por eso creo que la falta de definición del supuesto "centro" se explica por una confusión profunda.
Nosotros tenemos una identidad política distinta.
A los libertarios hay que disputarles el futuro. La resistencia a Milei no puede basarse en la nostalgia por un pasado idealizado que nunca fue. Tiene que apoyarse en una visión de futuro. Si se imagina un país potente, hay que preguntarse cómo se llega a ese lugar. Y por el camino que propone Milei, no se llega.
—¿Cuál es tu lectura hoy de cierto "fracaso" en el macrismo?
—Juntos por el Cambio, si se lo contextualiza en 2015, emergió después de doce años de kirchnerismo puro. El reordenamiento político que supuso fue un freno a una hegemonía peronista acelerada. El PRO era un partido municipal, el radicalismo había sido transversalizado, y la Coalición Cívica estaba sola en el Parlamento. Recién en 2015 se conforma un polo político capaz de generar una fuerza equivalente en la disputa de poder, y gana. Eso, en términos de sistema democrático, fue un logro importante.
Pero el mayor error de Macri fue no valorar lo que se construyó. No tomar dimensión de la fuerza política y cultural que se logró reordenar detrás de su presidencia. Rápidamente se deja seducir por un modelo conservador que se apoya en una lógica de poder peronista.
El desafío —y lo es para toda nuestra generación— es volver a intentarlo.
—¿Es posible reconstruir Juntos por el Cambio?
—Tiene sentido reconstruir un espacio que representa a las clases medias que creen en la democracia, en las instituciones, en la solidaridad. Que no comulgan con el "sálvese quien pueda". Que creen en la ley y en el interés general. Ese espacio hoy está huérfano y no tiene representación.
Si no lo reconstruimos, estamos dejando sin expresión a un sector social muy importante. Y, además, creo que ése es el camino que la Argentina necesita transitar hacia adelante. Hay que hacerlo con todos los que tengan vocación de construir. Hablo de radicales, del PRO, de la Coalición Cívica.
El problema es que hoy las definiciones partidarias están muy desdibujadas. El PRO, por ejemplo, acaba de cerrar un acuerdo con La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires. No sé qué harán en la Ciudad. Ojalá no repitan lo mismo. El radicalismo, que fue errático durante este año y medio, terminó corriéndose para armar un espacio alternativo.
La Coalición Cívica, en cambio, se mantuvo siempre en el mismo lugar. Y no desde una actitud soberbia, sino todo lo contrario: ese lugar es el punto desde el que queremos invitar a reencontrarnos.
También es importante poner en valor el esfuerzo que hicieron los argentinos. Porque ese esfuerzo no fue del gobierno: lo hizo la sociedad. La estabilización macro, la baja de la inflación, el equilibrio fiscal —si es que se consolidan— no los logró el poder político. Los logró la gente, pagando prepagas más caras, aceptando subas en alquileres, en tarifas, en transporte. Asumiendo una pérdida del poder adquisitivo.
Ese esfuerzo debe ser reconocido. Pero también hay que proyectarlo hacia otro lugar. Porque si ese sacrificio se canaliza en el país que imaginan Milei y Karina, estamos hablando de un destino al que no quiere ir ni el 30, ni el 40, ni quizás el 50 % de quienes votaron a Milei en el balotaje.
—¿Horacio Rodríguez Larreta puede ser parte de una reconstrucción del centro en la Ciudad?
—Pienso que sí, aunque muchos actores de Juntos por el Cambio abandonaron la posición. Algunos se fueron con los libertarios, otros directamente dejaron de tomar postura frente a lo que pasa día a día en la Argentina. Mauricio se fue con los libertarios y Horacio se municipalizó.
Hay que volver a convocarnos todos detrás de una idea en común. Ojalá que estén todos. Pero no se trata de juntarse por juntarse. Y yo no me quiero poner en el rol de portero, de ver quién entra y quién no. Me quiero poner en el lugar de quien hace reaccionar.
Voy a ser candidato a diputado nacional por la Coalición Cívica, y desde ese lugar vamos a tratar de llevar adelante estas ideas y de sumar a la mayor cantidad de personas posibles a esta propuesta. Es urgente hacerlo.
—¿Es viable una alianza con el PRO en la Ciudad si, en paralelo, el PRO mantiene una alianza con La Libertad Avanza en la Provincia?
—El PRO ya se alió. Está confirmado que, en la provincia de Buenos Aires, hay un acuerdo para las elecciones locales de septiembre. Habrá que ver qué pasa en octubre, si el PRO ratifica ese acuerdo con los libertarios o no. Eso todavía no lo sabemos.
Ahora bien, si el PRO en la Ciudad no está aliado con los libertarios, nosotros podemos conversar con ellos, sin ninguna duda. Aunque esa conversación no puede darse sin una definición clara sobre hacia adónde se quiere ir. No se puede encarar una elección de medio término sin una perspectiva definida. Y si esa perspectiva es seguir coqueteando con los libertarios, entonces con nosotros no cuenten.
Si, en cambio, el objetivo es construir algo verdaderamente alternativo de cara al futuro —algo que rompa con este vacío actual, con esta polarización entre kirchnerismo y libertarismo como únicas opciones—, ahí sí me parece que tiene sentido pensar en un acuerdo. Aunque no se trata solo de acordar entre dirigentes. Si de verdad queremos construir algo con potencia, que represente a esa parte de la sociedad que en su momento votó a Juntos por el Cambio y que hoy está huérfana, entonces hay que hacerlo con todos.
—¿Sin La Libertad Avanza una opción de centro le puede ganar al peronismo?
—Sí, definitivamente. ¿Eso puede suceder en octubre de 2025? Tal vez no. Pero es lo que hay que construir hacia 2027 y más allá. No sólo puede ganarle al peronismo, también puede ganarle a los dos juntos.
El futuro de la Argentina tiene que ser institucional y apoyarse en la ley, en la igualdad, en la libertad. En ese deber ser que alguna vez representó Juntos por el Cambio y que no supimos llevar a la práctica. Ese deber ser sigue siendo posible. Y esa Argentina —la que funciona con instituciones, con reglas, con sentido común y con valores democráticos— le puede ganar a los dos.
—¿Es posible que la Coalición Cívica construya frentes electorales también con peronistas no kirchneristas, como Schiaretti o Randazzo?
—Hoy el acuerdo en la provincia de Buenos Aires incluye a todos esos sectores a nivel provincial. Con lo cual, ya existe una experiencia en ese sentido que hay que seguir tramitando. Pienso que ese espacio más amplio puede funcionar. Pero para eso hay que dar una discusión profunda sobre hacia adónde queremos ir.
—¿Carrió puede ser candidata a senadora?
—Con Lilita todo puede ser. Puede ser candidata, no lo sé. Está en condiciones, está muy activa. Participa cada día en la agenda política. Trabajamos mucho juntos y estuvo bien cercana al Garrahan: las denuncias, las acciones, las presentaciones, las conversaciones. Está pendiente de lo institucional.
Además, cuando se ha tenido un trabajo tan profundo en la vida pública como el que tuvo ella, la historia la trae de nuevo al presente.
Y tiene una vigencia real. Cuento una anécdota: fui al Garrahan, me presento y enseguida me preguntan cómo anda Lilita. Yo no había dicho nada, no iba en su nombre. Me cuentan que Lilita los había salvado en determinado momento. Después me entero de que, durante toda su labor como diputada, donó la pensión que recibía al Garrahan. Son aspectos que se van descubriendo. Se camina y, de pronto, se evidencia que Lilita está presente porque dejó una huella.


