"No se puede tomar una copita de vino. Vamos a tener que tomar agua durante el resto de nuestras vidas". Con esta metáfora, el secretario de Finanzas de la Nación Pablo Quirno ilustró durante su intervención en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA) la disciplina fiscal que el gobierno busca mantener a rajatabla. Quirno hizo uso de la analogía en la cual el vino representaría el déficit y el agua el superávit. 

Aclaró que reducir impuestos es posible sólo cuando existe espacio fiscal, y enfatizó que cualquier decisión no debe poner en riesgo el equilibrio fiscal alcanzado. Subió al escenario visiblemente afectado por una fiebre que él mismo aclaró: "No se preocupen porque estoy transpirando, estoy con fiebre". 

Florencia Donovan, periodista de La Nación, única presencia femenina entre una decena de expositores masculinos, fue la encargada de moderar el evento organizado por el banco VALO que reunió a distintos actores de la economía argentina y llevó por nombre "Argentina 2025: escenarios para el mercado de capitales y la economía real". La ausencia de otras voces femeninas invitaba a reflexionar si la economía, en esta coyuntura, sólo tendría respuestas masculinas.

Quirno comenzó agradeciendo al Banco VALO la invitación y destacó el paralelismo entre lo que esta entidad financiera está construyendo y lo que su gobierno libertario intenta llevar adelante en Argentina: generar condiciones para que el sector privado se desarrolle con plenitud. Fue categórico en sus definiciones y en su apoyo al rumbo económico mileísta. 

El eje central de su intervención fue la credibilidad. "Lo que estamos viviendo en la actualidad en la Argentina es un profundo proceso de transformación. Y es importante entender cuál ha sido nuestra primera batalla: la credibilidad", enfatizó Quirno.

El secretario explicó que, a diferencia de otros países, en Argentina los hacedores de política económica suelen marcar el rumbo, pero los agentes económicos esperan a ver si efectivamente eso ocurre. Esto genera una brecha de credibilidad, que resulta en inacción y falta de incentivos reales.

"Para conseguir lo que estamos logrando, era fundamental ganar credibilidad y la única manera era generar resultados rápidos", aclaró Quirno, y subrayó que, desde el inicio del gobierno, dijeron con claridad qué iban a hacer, cuáles serían los resultados.

Quirno describió las dificultades iniciales del gobierno y explicó el diseño del programa económico: "Dada la situación de representatividad política del oficialismo, no podíamos depender del Congreso para pasar leyes que nos llevaran a lograr nuestro objetivo de equilibrio fiscal. Tampoco podíamos depender de un programa con el FMI, porque cuando nosotros llegamos ese programa estaba caído, ni del acceso a mercados, porque tampoco teníamos acceso en ese momento". En este contexto, resaltó la necesidad de lograr resultados fiscales y monetarios inmediatos para consolidar la credibilidad.

La palabra "orgulloso" fue una de las más reiteradas por Quirno: "Estamos muy orgullosos porque hemos respetado los contratos y demostrado no sólo resultados, sino voluntad de pago. Cumplimos con el Fondo pese a tener un programa caído, cumplimos con los bonistas externos y con los multilaterales". 

Además, explicó por qué la acumulación de reservas fue limitada: "El modelo permite acumular reservas y de hecho el Banco Central compró reservas en un monto récord durante 2024 e inicios de 2025, pero al no tener programa con el Fondo ni acceso a mercados, esas reservas debieron utilizarse para cumplir obligaciones financieras, por eso la acumulación fue menor". 

Quirno también resaltó un acuerdo "histórico e inédito con el FMI" y explicó que este programa es diferente porque Argentina cumplió previamente las condiciones exigidas por el Fondo. Destacó que, por primera vez en la historia del país, el acuerdo no solicitó apoyo presupuestario, sino que usó los fondos obtenidos para resolver un problema estructural del Banco Central y fortaleció su hoja de balance mediante la incorporación de reservas con activos reales.

Durante su exposición, casi mencionó el gasoducto Néstor Kirchner, pero rápidamente corrigió: "La inversión que antes debía ser pública, el gasoducto N... rebautizado Perito Moreno, se hizo con fondos públicos".

Asimismo, destacó avances en distintos sectores económicos, y mencionó en particular la reducción del precio del aluminio por parte de Aluar y la eliminación de regulaciones que limitaban la competencia en áreas como Tierra del Fuego y la provisión de vacunas antiaftosa, para la cual antes había un único proveedor por exigencias de cepas que no existían.

En definitiva, Quirno se explayó sobre cómo el orden macroeconómico es condición indispensable para la reducción impositiva: "Hemos venido al gobierno para tener un orden macro sostenible en el largo plazo, que genere condiciones para el desarrollo del sector privado. ¿Cómo lo vamos a hacer? Bajando impuestos. ¿Y cómo vamos a bajar impuestos? Precisamente, basados en ese orden macroeconómico". Destacó que el objetivo final es reducir impuestos distorsivos como las retenciones, siempre y cuando no se comprometa el equilibrio fiscal alcanzado.

En este contexto, realizó cuentas en dólares para ilustrar la potencialidad económica argentina: "Señores, el campo exporta unos US$25.000 millones al año en promedio. En energía pasamos de un déficit a un superávit de US$6.000 millones y pronto tendremos otro 'campo' en términos de volumen exportador. En pocos años, el sector minero podría sumar otros US$40.000 millones anuales, como lo hace Chile". 

La exposición de Quirno incluyó el anunció de la reciente emisión de un bono del Tesoro en pesos a cinco años, que puede suscribirse en dólares por inversores del exterior, lo cual marca así un paso inicial para reacceder al mercado internacional de deuda. "Esto es fundamental porque nos permite acumular reservas sin necesidad de usarlas para pagar vencimientos inmediatos", explicó. Este bono representa una señal hacia el futuro financiero del país, al intentar consolidar la confianza y credibilidad necesarias para una recuperación sostenida del acceso al crédito internacional, puntualizó.

Quirno: "Confíen, como dice el Muñeco: confíen porque hay con qué confiar". 

Finalmente, llamó al sector privado a asumir un rol activo: "La invitación es que nos transformemos en un país competitivo, que exporte. Tenemos tremendas posibilidades que aún no dimensionamos". La presentación concluyó con una referencia futbolística al entrenador Marcelo Gallardo: "Probablemente me haya excedido largamente de mi tiempo, pero les quería agradecer una vez más. Confíen, como dice el Muñeco: confíen porque hay con qué confiar". 

En la extensa presentación de Quirno quedaron preguntas clave sin poder formularse. Por ejemplo, ¿cuál es la estrategia concreta para sostener la acumulación de reservas en el largo plazo? ¿Existe una hoja de ruta definida para evitar que la sobrevaluación del peso perjudique la competitividad argentina? ¿Cuáles son los efectos del conjunto de medidas en la economía real? Y otra pregunta que quedó sin hacer es cómo evalúa Quirno la respuesta pública del ministro Luis Caputo hacia el actor Ricardo Darín por subrayar el encarecimiento desmedido del precio de la docena de empanadas. Este incidente genera interrogantes en torno a si existe realmente espacio para un debate interno constructivo dentro del equipo económico y si pueden aceptarse miradas o voces disidentes.