En una jugada que vuelve a poner al offshore sudamericano en el centro del mapa energético global, YPF firmó un acuerdo clave con la petrolera italiana Eni para explorar de manera conjunta el bloque OFF-5, un área de aguas profundas ubicada a unos 200 kilómetros de la costa de Uruguay. 

El bloque, de aproximadamente 17.000 km² y con profundidades que alcanzan los 4.100 metros, es considerado uno de los sectores más prometedores del Margen Americano por su potencial geológico.

El atractivo del OFF-5 se explica, en gran parte, por los resultados obtenidos en la Cuenca Orange, en Namibia, donde en los últimos años se registraron múltiples descubrimientos de petróleo y gas que captaron la atención global. 

Ambas regiones —la africana y la sudamericana— compartieron una evolución geológica similar antes de la separación continental y conservan analogías estructurales tras la apertura del Atlántico. Para las petroleras, este "espejo geológico" es más que una curiosidad: es una oportunidad.

"Este acuerdo con Eni nos permite dar un paso hacia la exploración offshore. Incorporamos conocimiento global y capacidades que nos posicionan para aprovechar oportunidades en una región con gran potencial, reafirmando nuestra visión de crecimiento y liderazgo en proyectos innovadores", afirmó Horacio Marín, presidente y CEO de YPF.

El convenio establece que Eni Uruguay Ltd. adquirirá el 50% del bloque y asumirá la operación, una vez completados los pasos legales y aprobaciones regulatorias en Uruguay. El entendimiento busca reforzar la cooperación energética entre ambas compañías y profundizar su presencia en proyectos offshore en el Cono Sur.

Este nuevo movimiento se suma a la reciente firma de un contrato entre YPF y Eni para avanzar con la ingeniería de la mayor etapa del proyecto Argentina LNG, una apuesta que apunta a posicionar al país como futuro exportador relevante de gas natural licuado.

La decisión de YPF ocurre en un momento clave para la región, donde la exploración offshore se volvió un terreno de alianzas estratégicas, tensiones ambientales y expectativas de desarrollo económico. Tanto Uruguay, Argentina como Brasil están siendo observados de cerca por las grandes petroleras, en un ciclo de inversiones que recuerda el boom exploratorio de Namibia y Guyana.

En Argentina, el offshore avanza con un ritmo distinto. En los últimos años se habilitaron campañas exploratorias frente a la costa de Mar del Plata con participación de Equinor, Shell y YPF.

El proyecto estrella, el pozo "Argerich-1", marcó un hito al abrir una nueva ventana frente al Mar Argentino, aunque aún está lejos de confirmarse un descubrimiento comercial.

Para YPF, avanzar sobre Uruguay tiene varias lecturas: diversificación de su portafolio offshore, con un área de alto potencial geológico; alianza estratégica con Eni, una de las compañías con más experiencia mundial en aguas ultraprofundas; inserción regional, en un momento donde Brasil y Guyana concentran parte de las inversiones globales.

El acuerdo YPF-Eni no solo representa un paso para la exploración offshore uruguaya, sino que también reconfigura el tablero energético del Atlántico Sur, donde las petroleras buscan nuevos horizontes ante la transición energética y la necesidad de fuentes más limpias pero aún abundantes.