Paolo Rocca volvió a reclamar "una apertura inteligente" y Bullrich calificó la reforma laboral como "pro trabajador y pro empresa"

La encuesta ProPymes, en la que participaron más de 235 empresas, indica que la proyección para el 2026 es una caída del 7% en facturación y del 12% en inversión.
Delante de la flamante senadora Patricia Bullrich, con quien compartió un panel en el marco del 24°. Seminario ProPymes organizado por el Grupo Techint, Paolo Rocca volvió a reclamar "una apertura inteligente en defensa de la estructura industrial".
"Realmente hay mucha angustia en el sector industrial", señaló. "El año pasado dije que había que nivelar la cancha, antes de que viniera (Donald) Trump; finalmente llegó Trump y creo que nos está enseñando algo: ahora, además de nivelar la cancha, hay que defender profundamente la estructura industrial", añadió.
El reclamo de Rocca es el segundo que le hace en la misma línea al gobierno de Javier Milei en un mes. Ya el 13 de noviembre pasado en la 31ª. Conferencia de la Unión Industrial Argentina (UIA) había levantado la voz para pedir un freno a las importaciones indiscriminadas de electrodomésticos y productos de línea blanca. En esta ocasión, luego de anticipar que las inversiones de Grupo Techint en Argentina pasarán de U$S 1.700 millones este año a U$S 2.400 millones en 2026, volvió a manifestarse a favor de abrir un diálogo con el gobierno y pidió a Bullrich que los ayude en ese sentido. "Tenemos que abrir un diálogo con el gobierno, explicar que China tiene una actitud predatoria y responde a una necesidad estratégica de conquista hegemónica", señaló el presidente del Grupo Techint.
El pedido por imponer algún dique de contención a la avalancha de importaciones chinas cruzó casi la totalidad de los paneles del Seminario ProPyme. En una presentación anterior, Martín Berardi, presidente ejecutivo de Ternium Argentina, afirmó que la industria tiene que ser "competitiva contra Occidente. "Contra China es otro juego", dijo. "El mundo lo ha reconocido y está actuando ante esa realidad", agregó.
En su presentación, Berardi señaló que China ya produce el 35% de las manufacturas en el mundo. Esa irrupción, que vienen provocando reacciones en muchos países, aún no tiene respuesta en Argentina. El titular de Ternium afirmó que mientras entre 2017 y 2019 entraban 56.000 toneladas de acero por mes, hoy ya son más de 100.000 toneladas las que ingresan en productos elaborados intensivamente con acero. "China duplicó su participación en un mercado que creció 80%", dijo Berardi. "Tenemos el desafío creciente de las importaciones, y todavía no hay una política clara de cómo jugamos este ajedrez mundial: no la hay, no está manifestada, no la conocemos", añadió.
En la misma línea, Federico Meyer, titular de KMT Electronics, una pyme desarrolladora de aplicaciones industriales proveedora de Grupo Techint, dijo que "no tener una política industrial, va a afectar nuestra cadena de valor". "Ir por la ruta y empezar a ver naves de logística en lugar de naves industriales da mal olor", señaló.
Ese escenario, al que se agrega una demanda interna débil, no promueve entre las pymes del sector expectativas positivas para el año próximo. La encuesta ProPymes, en la que participaron más de 235 empresas, indica que la proyección para el 2026 es una caída del 7% en facturación y del 12% en inversión.
Como presidenta del bloque de La Libertad Avanza en el Senado -cámara por la que el Poder Ejecutivo ingresó el proyecto de reforma laboral-, Patricia Bullrich tendrá un rol clave por jugar para que la iniciativa pueda avanzar. Apenas horas después de la presentación formal, la senadora dio detalles del proyecto en el evento organizado por Techint. "Es una ley total y absolutamente equilibrada", dijo. "Es una reforma equitativa, moderna y no es anti trabajador", agregó.
Entre los puntos del proyecto que consideró más salientes, Bullrich destacó que la iniciativa define claramente qué es la remuneración. "Hasta ahora estaba incluido en el salario si la empresa pagaba la guardería, los útiles escolares o un comedor", señaló la senadora. "Ahora, no: la remuneración es la remuneración y el salario es el salario".
Con respecto a las indemnizaciones, Bullrich dijo que el proyecto mantiene el cálculo del pago de un mes por cada año trabajado. "Nos han dicho que eso era como la vieja ley laboral y por eso digo que la reforma también es pro trabajador", dijo. "Ahora, el mundo que vivimos ya no es el del padre, el hijo y el nieto siendo ferroviarios; hoy, la movilidad entre empresas es mucho más grande y, de hecho, la media de estabilidad de un trabajador en una empresa es de 7 años, por lo que no es necesario poner un tope de diez años como se hizo en Uruguay", añadió.
Luego de ratificar que el proyecto pone fin a la ultraactividad por sector y que se pasa a convenios por empresa, la ex ministra de Seguridad hizo foco en el nuevo blanqueo laboral que promueve la iniciativa. "Será una regularización con condonación de deudas y sanciones: va haber hasta 60 meses de reconocimiento previsional y hasta el 70% de lo que deberían haber pagado", dijo. "A nadie lo van a poder perseguir por haber tenido en su empresa un empleo informal".
Bullrich señaló que aspira a que el presupuesto sea votado antes de fin de año. En cambio, adelantó que "la reforma impositiva vendrá en unos meses". Por último, a tono con el clima predominante en el seminario organizado para las pymes proveedoras de Techint, la senadora admitió que "Argentina ha tenido experiencias de aperturas apresuradas, aceleradas, y ha tenido problemas con eso". "Estamos tratando de no ir a ese modelo: no queremos una economía cerrada porque los precios que pagamos los argentinos por todo son más caros que en otros países del mundo, pero la idea es que vayamos logrando un punto intermedio", dijo. "Sabemos que Argentina es un país que tiene una estructura productiva totalmente diversa y no creemos que nos salvamos solo con Vaca Muerta, con el campo y la minería", agregó.
En un panel de economistas, Esteban Domecq, presidente de Invecq Consultora Económica, luego de enumerar los logros del gobierno de Javier Milei, planteó los desafíos que el actual esquema tiene por delante. "El déficit de cuenta corriente, que durante el gobierno de Macri llegó a 5 puntos del PBI, hoy es de entre 2 y 2,5 puntos", dijo. "No parece tan grave y además déficit de cuenta corriente tienen un montón de países, pero el problema es que déficit de cuenta corriente sin reservas, sin financiamiento y en una economía en que los agentes quieren dolarizar todas las carteras no hay otro caso", agregó.
En esa línea, Domecq planteó como condición necesaria la acumulación de reservas. "El mercado está hablando: los precios de los bonos dan cuenta que pese a haber sostenido el ajuste fiscal, haber sido prudente en lo monetario, habiendo hecho el acuerdo con el FMI y ganado las elecciones en forma contundente hoy hay un riesgo país más alto que hace un año", señaló. "Si entran dólares, pero se van por el canal de las importaciones, por los servicios, el turismo y todavía hay que recomponer reservas para el FMI, el último que cobra es el mercado, y es el mercado el que está dudando ahí", añadió.
