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"Las pymes enfrentan un contexto recesivo, con fuerte presión competitiva y ajuste del empleo"

"Las pymes enfrentan un contexto recesivo, con fuerte presión competitiva y ajuste del empleo"
entrevista

Poli le viene tomando el pulso a 85.000 empresas de entre 10 y 249 ocupados que generan cerca de tres millones de puestos de trabajo registrados.

AI
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  • 📉 Las PYMEs industriales están en crisis: La apertura de importaciones y la alta carga tributaria afectan su supervivencia.
  • 💸 Volatilidad económica: La inestabilidad cambiaria y el aumento de tasas de interés complican aún más la situación.
  • 📊 Caída de confianza: El indicador de confianza empresarial ha disminuido, mostrando una realidad recesiva.
  • 📉 Baja demanda: Un 70% de las PYMEs enfrenta una débil demanda, similar a períodos de recesión anteriores.
  • 🏦 Dificultades de financiamiento: Las PYMEs tienen escaso acceso a financiamiento bancario, lo que limita su capacidad de inversión.
  • 📈 Aumento de costos: Los costos de producción superan los precios de venta, afectando la rentabilidad.
  • ✂️ Estrategias defensivas: El 67% de las empresas están reduciendo costos, lo que genera pérdida de empleo.
  • ⚖️ Demandas sectoriales: Las PYMEs piden medidas para combatir la competencia desleal y la presión fiscal.
  • 🔧 Necesidad de políticas de apoyo: Se requieren políticas activas para ayudar a la reconversión y competitividad de las PYMEs.
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En medio de la abrupta reconfiguración de la economía que viene impulsando el gobierno de Javier Milei, las pymes industriales quedaron claramente del lado de los perdedores. La apertura de las importaciones en un contexto de costos en alza y carga tributaria elevada amenaza con sacar de la cancha a las empresas que no puedan adaptarse rápidamente al nuevo escenario. 

Como si eso no fuera suficiente, a ese contexto se le agregó en los últimos tres meses volatilidad cambiaria y drástica suba de las tasas de interés. Frente a ese panorama, la visión de Federico Poli, director ejecutivo de la Fundación Observatorio Pyme, se vuelve imprescindible tanto para monitorear el presente como para delinear las expectativas de un segmento clave de la economía. Además de jefe de Gabinete del ministerio de Economía y Producción entre 2002 y 2003 durante la gestión de Roberto Lavagna, Poli también ha sido director del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y economista jefe de la Unión Industrial Argentina (UIA). En la actualidad, desde la Fundación Observatorio Pyme -un think tank fundado, entre otros, por la UIA y Grupo Techint- publica cada trimestre una encuesta que entrega una foto nítida sobre la situación de las pequeñas y medianas empresas con representatividad territorial y sectorial. 

Con esa información a mano, Poli le viene tomando el pulso a 85.000 empresas de entre 10 y 249 ocupados que generan cerca de tres millones de puestos de trabajo registrados. "Actualmente las pymes enfrentan un contexto muy desafiante: recesivo, con fuerte presión competitiva y ajuste del empleo", dice. "Sin dudas las empresas han desarrollado capacidades de resiliencia, pero las tensiones que se acumularon están generando preocupación", añade. 

Poli observa una caída del indicador de confianza empresarial (ICE-PyME) que la fundación mide cada trimestre. "Al cierre de 2024 el indicador acumulaba cinco trimestres consecutivos de incremento, pero el signo se revirtió este año y en los últimos trimestres ya comenzó a converger con la situación actual de contracción", señala. "Este comportamiento en el humor empresarial tiene su correlato en la evolución del indicador sintético PMI- PYME, que mide el nivel de actividad y registra el tercer trimestre por debajo de 50, nivel recesivo". 

¿Cómo viene la demanda en el mercado interno? ¿El incremento de las tasas frenó las ventas a crédito?

-En las pymes sigue habiendo baja demanda. La preocupación por la debilidad de la demanda alcanza a casi el 70% de las empresas, cifra que está por encima del promedio histórico que medimos desde el 2007 (56%). El valor es comparable al de otros momentos recesivos como el de 2009, 2016 o el año pasado. En algunos sectores intensivos en mano de obra, como muebles y madera, textiles, calzado y confección, la cifra es todavía superior, en torno al 80%. La recuperación del crédito era un factor que estaba compensando el panorama y ahora la suba de tasas podría detener este proceso. A la baja demanda se le suma una fuerte presión importadora que ya repercute en pérdida de participación en el mercado de la producción local.

Otro efecto de la suba de las tasas es el incremento del costo de financiamiento. ¿Cómo se están financiando las pymes?

-El acceso al financiamiento bancario o en el mercado de capitales por parte de las pymes es muy bajo. De todas formas, el rumbo de ciertas medidas podría afectar todavía más la capacidad de financiamiento por la suba de tasas y la ausencia de programas de financiamiento pyme. Hay que tener en cuenta que los recursos propios son la principal fuente de financiamiento de las pequeñas y medianas empresas. Y frente a una fuerte presión en la rentabilidad, la posibilidad de encarar las inversiones que el contexto demanda para hacer frente a estrategias ofensivas de adopción tecnológica, de desarrollo de productos y de mejora de calidad se ve limitada.

¿Cuáles son las variables de costos que más están afectando la rentabilidad de las pymes?

-Hay un proceso de desaceleración de la nominalidad de la economía que se ve también en los costos. Sin embargo, los costos de producción siguen evolucionando por encima de los precios de venta de las empresas que, frente al contexto recesivo y de apertura importadora, están atrasados. En la última medición que hicimos desde el Observatorio a las pymes de la industria manufacturera, la mayoría había tenido aumentos en la remuneración del personal y en los costos directos totales, mientras que solo una de cada tres empresas había aumentado sus precios en el trimestre. El 65%, en cambio, no varió precios o incluso los redujo.

En ese contexto adverso, ¿qué agendas defensivas vienen implementando las pymes? 

-El 67% enfoca su estrategia en la reducción de costos (personal e importación de insumos, entre otros), mientras que sostienen sus negocios en base a pérdida de rentabilidad o deudas. Esto genera un contexto nocivo para el tejido productivo por el riesgo de desarticulación de las cadenas industriales. Para bajar costos, se intensificó el proceso de sustitución de producción local por importaciones no sólo de bienes terminados, sino también de bienes intermedios. Esto afecta a las industrias productoras de insumos, que son eslabones clave del proceso productivo. Además se profundiza la caída de la ocupación. El segundo trimestre del 2025 fue el noveno trimestre consecutivo de caída del empleo en las pymes industriales. La reducción del personal alcanza a una de cada cuatro empresas.

 Hay compañías que están invirtiendo, incorporando tecnología o explorando mercados, pero son las menos (el 40%) y, en general, son las de mayor tamaño relativo y en algunos sectores como metalmecánica -con potencial de integrarse a diversas cadenas agroindustriales o energéticas-, alimentos y bebidas, químicos, caucho y plástico. En el resto de la industria, en cambio, predominan más las estrategias defensivas.

¿Cuáles son los principales reclamos de las pymes frente a la coyuntura actual?

-Las empresas demandan medidas para nivelar la cancha. Señalan la presencia de competencia desleal, productos que incumplen normas técnicas y certificaciones, así como productos que ingresan en forma irregular, de contrabando. ¿Cómo competir frente a eso? Hacen falta medidas que promuevan la agregación de valor. Las medidas vinculadas a la previsibilidad, reducción de sobrecostos a la producción (presión fiscal y costo laboral no salarial) son las más prioritarias para las industrias pymes. El 60% de las empresas considera muy prioritario contar con alivio frente a la presión fiscal.

La ausencia de programas de financiamiento para el sector, sumado a la reciente degradación de la Secretaría de Industria y Comercio y de la Secretaría Pyme, ¿son señales de que el gobierno se desentiende de la suerte del segmento pyme industrial?

-La economía argentina atravesó más de una década de estancamiento con muy pronunciados desequilibrios, entre ellos un mercado cerrado que produjo el surgimiento de algunas unidades productivas con baja escala, y la ausencia de un horizonte de largo plazo para la toma de decisiones por la inestabilidad permanente. Era entendible que, en un escenario de estabilización y apertura, algunas empresas pymes industriales enfrentaran problemas, tuvieran que ajustarse y otras no sobrevivieran. En ese contexto desafiante, si se desplegaran algunas políticas activas que ayudaran a la reconversión de estas empresas se podría minimizar el impacto del cambio de escenario. Por ejemplo, créditos con tasa preferencial a través de los bancos oficiales; crédito fiscal para capacitación y certificaciones; sistema de aportes no reembolsables para mejoras de competitividad, normas sanitarias y fitosanitarias, calidad y diseño; ayudas para redimensionamiento de plantas de personal. Además de este tipo de medidas, las reducciones de impuestos deberían priorizar al sector transable de la economía que es el que compite con importaciones o en mercados con producciones de sistemas altamente competitivos.

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