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La carne podría seguir en alza y poner en riesgo el colapso de la inflación prometido por el Gobierno

La carne podría seguir en alza y poner en riesgo el colapso de la inflación prometido por el Gobierno
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Más allá de los pronósticos de Milei y Caputo sobre un inminente colapso de la inflación por el solo hecho de que el Banco Central dejó de emitir, factores como la suba del precio de la carne ante un proceso de recomposición de stocks amenazan con postergar esos deseos.

AI
  • 🐄 El precio de la carne sigue al alza: en octubre-noviembre subió casi 20% en el Mercado de Cañuelas, indicando una tendencia que podría sostenerse.
  • ⚖️ Esto complica la meta de inflación cero para agosto de 2026 anunciada por Milei, si se confirman las proyecciones de precios altos.
  • 🧑‍🌾 Los productores podrían retener vientres y no faenar hembras jóvenes para recomponer stocks, endureciendo la oferta y elevando precios.
  • 🐂 El stock ganadero no se recupera: se espera terminar el año alrededor de 50,5 millones de cabezas, aún muy por debajo de las 58,8 millones de 2007.
  • 📉 Rentabilidad y crédito: la ganadería continúa con rentabilidades bajas y limitaciones de crédito, lo que desacelera la recomposición de stock.
  • 💹 Demanda en alza: el consumo interno se recupera y aumenta la demanda por exportaciones, con consumo per cápita de 49,1 kg en octubre.
  • 🌍 Precios internacionales y demanda externa: caída de stocks en grandes exporters y mayor interés de Asia, Medio Oriente y África del Norte; precio de exportación argentino en 10 meses fue de US$5.806 por tonelada, +44,8% frente al año anterior.
  • 🧾 Medidas del gobierno para el sector: reducción de derechos de exportación de la carne y de otros subproductos, más trámites sanitarios y comerciales más simples para frigoríficos exportadores.
  • 🇺🇸 Potencial mayor presencia en EE. UU.: la cuota preferencial de exportación a EE. UU. podría subir de 20.000 a 80.000 toneladas, con posible desplazamiento de Israel como segundo destino si se implementa sin perder otros mercados.
  • 🗺️ Los destinos actuales siguen liderados por China (65,6% de las exportaciones entre enero y septiembre), pero hay posibilidades de diversificar hacia Brasil, Uruguay y Paraguay.
  • 📈 Perspectiva de precios en 2026: tras un año de incrementos, se estima que podría haber un 20% a 25% de aumento en el año siguiente ante la menor oferta y la recomposición de stock.
  • 🤝 Importaciones como posible alivio: podría incrementarse la oferta con compras de Brasil, Uruguay y Paraguay para moderar subidas, si se permiten más entradas al mercado.
  • 💬 Opiniones de expertos: Costamagna advierte que, sin retención de vientres, no hay despegue claro; Artusso señala que se necesitarán más que buenos precios para que la ganadería despeque.
  • 🔮 En resumen: el sector ve un marco favorable por precios altos y política de Milei, pero la recomposición de stock y su impacto en precios a corto plazo podrían mantener la inflación de la carne alta y retrasar la desinflación.

El precio de la carne amenaza con transformarse en un severo obstáculo para los planes de desinflación del gobierno de Javier Milei. El aumento promedio cercano al 20% acumulado durante octubre y noviembre en el Mercado de Cañuelas refleja, más que una suba puntual, una tendencia de precios al alza que se consolidaría el año próximo, según expertos del sector. De confirmarse esa proyección, la hoja de ruta planteada por el propio presidente, que incluye la promesa de un índice de inflación del cero por ciento para agosto del 2026, se volvería muy difícil de alcanzar. 

"Si las mejores expectativas de precios que estamos viendo tanto en el mercado local como en el internacional se terminan concretando, los productores, después de varios años, van a ir hacia una mayor retención de vientres -esto es, no faenar hembras jóvenes destinadas a la cría- para recomponer sus stocks", dijo a El Economista Andrés Costamagna, director de la Sociedad Rural Argentina y del sitio especializado Ganados & Carnes. "Al haber menos oferta con un consumo en recuperación, el precio va a subir y, de hecho, esperamos que los precios sigan altos durante los próximos cuatro años porque ese es el tiempo del ciclo biológico", agregó. 

Las perspectivas de precios más altos a los de los últimos años, sumado a la baja parcial de retenciones y a las claras señales del gobierno en torno a que no volverán las medidas restrictivas aplicadas por el kirchnerismo, conforman un escenario prometedor para la ganadería, un sector que pretende dejar atrás la crisis que arrastra desde hace casi veinte años. 

Esa época de vacas flacas tuvo como punto de inicio el 9 de marzo de 2006, cuando con el objetivo de forzar una baja de los precios en el mercado interno el gobierno de Néstor Kirchner suspendió las exportaciones de carne por un período de 180 días. El desaliento a la inversión provocada por esa medida, que con mayor o menor intensidad se mantuvo bajo el gobierno de Cristina Kirchner, llevó a una acelerada liquidación de vientres.

El resultado de ese proceso fue la pérdida de 10 millones de cabezas entre 2008 y 2010.  

Desde aquel golpe, las existencias de carne bovina no lograron recuperaron. Según el consenso de las proyecciones, el stock cerrará este año en torno a las 50,5 millones de cabezas, un registro que sigue siendo muy inferior a las 58,8 millones de cabezas alcanzadas a fines de 2007. 

Con niveles de rentabilidad de la ganadería inferiores a los de la cosecha agrícola y falta de acceso al crédito en línea con los plazos biológicos de la producción vacuna, no solo el stock no se recuperó, sino que la producción exhibe niveles similares a los registrados en 2007/2008. 

Esas condiciones negativas se profundizaron en los últimos dos años a partir de la dura sequía de 2023. "Las empresas que tenían como capital de resguardo la hacienda tuvieron que venderla para cubrir el pasivo que dejó la agricultura", dijo Costamagna. "La necesidad de recuperar capital y la incertidumbre económica llevó a los productores a liquidar stock, lo que provocó una pérdida de 4 millones de cabezas en los últimos cuatro años", añadió.

A contramano de un stock ganadero en caída y producción estancada, la demanda viene creciendo tanto por una incipiente recuperación del mercado interno como por el incremento de las exportaciones. Según la Cámara de la Industria y Comercio de las Carnes (Ciccra), el consumo per cápita, calculado como promedio móvil de los últimos doce meses, llegó en octubre a 49,1 kilos por habitante, un incremento interanual del 3,2%. 

Si bien esos niveles continúan siendo inferiores a los de fines de 2023, cuando el consumo per cápita llegó a 53,5 kilos al año, la tendencia es ascendente. "Hay una recuperación genuina del mercado interno", señaló Costamagna. "Una señal de eso es que la industria del pollo ya lleva tres meses bajando precios para mantener el nivel de ventas, lo que quiere decir que el consumo se está recuperando porque la preferencia siempre es la carne vacuna", agregó. 

A la mayor demanda en el mercado internó se suma la reorientación de parte de la producción con destino a los mercados de exportación, una tendencia que promete tomar fuerza en los próximos meses de la mano de precios internacionales muy atractivos. Con caída de stocks en los principales países exportadores -Brasil, Estados Unidos, Australia y Argentina- más la incorporación al mercado de consumidores en Asia, Medio Oriente y norte de África que históricamente no consumían carne vacuna en grandes proporciones, los precios vienen aumentando con fuerza. De hecho, en los primeros diez meses del año el precio promedio por tonelada de las exportaciones argentinas ascendió a U$S 5.806, un 44,8% por arriba del valor de un año atrás, según el consorcio de exportadores ABC. 

Las oportunidades que se abren para el sector ganadero con este nivel de precios parecen consolidarse con las medidas que ha venido adoptando el gobierno de Milei. A la rebaja del 6,75% al 5% de los derechos de exportación se agrega la reducción de alícuotas para otros subproductos del complejo ganadero, y la simplificación de trámites sanitarios y comerciales para frigoríficos exportadores. 

Esas medidas van en línea con la ampliación de los destinos de exportación. Hasta ahora, las exportaciones argentinas de carne vacuna siguen concentradas en el mercado chino. Hacia allí, fue el 65,6% de las cantidades exportadas entre enero y septiembre de este año. 

No obstante, la reciente decisión del gobierno de Donald Trump de incrementar la cuota arancelaria preferencial de 20.000 a 80.000 toneladas peso producto promete reconfigurar el mapa de los mercados adonde va la carne argentina. Si esa cuota se alcanzara en su totalidad, el mercado estadounidense desplazaría al de Israel como segundo destino. 

"La posibilidad de que se amplíe la cuota preferencial de Argentina para exportar a Estados Unidos es una muy buena noticia dado que es un mercado de alto valor, que paga bien", dijo a El Economista Franco Artusso, investigador del área de agroindustria en el Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), de la Fundación Mediterránea. "Ahora, si eso se va a traducir en un incremento o no del valor total exportado por Argentina dependerá de que no se deje de vender a otros mercados para exportar a Estados Unidos", añadió.   

El sector ganadero se asoma a un escenario favorable luego de años de señales negativas, aunque ese quiebre todavía no parece ser suficiente. "Hasta el momento no se observa una tendencia del ciclo ganadero hacia la retención de vientres: se están faenando todavía muchas hembras y no se está recomponiendo capital", dijo Artusso. "Después de tantas décadas de políticas dañinas para el sector, quizás haga falta más que buenos precios para que la ganadería finalmente despegue".

En cualquier caso, la expectativa del sector es que ese proceso empiece a dar sus primeros pasos en 2026. El problema es que la recomposición del stock ganadero, imprescindible para reimpulsar al sector y garantizar una mayor oferta en el mediano plazo, impactará en los precios en el corto plazo. 

"El ajuste de precios empezó en octubre con una suba del 5% al 6%, después hubo un 15% más de aumento en noviembre y estamos esperando una nueva suba del 8% al 10% antes de Navidad", dijo Costamagna. "Este año vamos a cerrar con una faena similar a la de 2024, pero ya en 2026 sí probablemente tengamos un 10% menos de cabezas faenadas y eso implicaría 10% menos de oferta: es probable que a lo largo del año próximo tengamos un aumento del precio del 20% al 25%", añadió.

Aún con la expectativa de que parte de esos incrementos sean absorbidos por eslabones de la cadena como frigoríficos y matarifes antes de que lleguen al mostrador, a lo que se agrega la posibilidad de ampliar la oferta con importaciones de Brasil, Uruguay y hasta Paraguay, todo indica que el año próximo la suba de los precios de la carne vacuna continuará. Esa tendencia complicará la desaceleración de la inflación, el principal activo del gobierno libertario. 

Sin la actualización de los patrones de consumo que marcan que la carne vacuna ha ido perdiendo terreno en los últimos años frente a la aviar y porcina, la canasta que pondera el Indec para medir el índice de inflación le sigue otorgando a los cortes vacunos una incidencia elevada. De hecho, representan casi el 5% del Índice de Precios al Consumidor (IPC). 

Con eso, más allá de los pronósticos que vienen realizando Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, sobre un inminente colapso de la inflación por el solo hecho de que el Banco Central dejó de emitir pesos, factores imprevistos como la suba del precio de la carne ante un proceso de recomposición de stocks amenazan con postergar esos deseos.  

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