En tan solo 48 horas, las fuerzas ucranianas han tomado el control de aproximadamente 350 kilómetros cuadrados en la región de Kursk, una cifra casi igual a lo que Rusia pudo capturar durante todo el año.

En tan solo 48 horas, las Fuerzas Armadas ucranianas han capturado aproximadamente 350 kilómetros cuadrados en la región rusa de Kursk, con sus soldados luchando para expandir y consolidar su presencia en el tercer día de la ofensiva más audaz de Kiev en la guerra.

El Ministerio de Defensa ruso informó que hoy se produjeron intensos combates, con sus tropas y fuerzas especiales enfrentando la mayor incursión ucraniana desde el inicio de la invasión a gran escala de Moscú en 2022. Videos revisados y verificados por el analistas militares muestran ataques ucranianos contra vehículos blindados rusos y daños significativos en ciudades y pueblos.

El Ministerio ruso afirmó que alrededor de 1.000 soldados ucranianos participaron en la operación, con Kiev teniendo 600 bajas y 82 vehículos blindados perdidos, cifras que no han podido ser verificadas de manera independiente. “Se están llevando a cabo ataques aéreos contra las fuerzas armadas de Ucrania en el territorio de la región de Sumy”, añadió el Ministerio ruso, refiriéndose a los ataques en la región ucraniana al otro lado de la frontera desde donde se lanzó la operación.

El presidente ruso, Vladimir Putin, se reunió el miércoles con sus principales funcionarios militares y de seguridad, calificando la ofensiva de “provocación a gran escala” y acusando a Kiev de "atacar a civiles". Las autoridades rusas informaron que al menos cinco personas murieron y decenas resultaron heridas.

La operación sorpresa de Ucrania comenzó al amanecer del martes, enfocándose en la pequeña ciudad rusa de Sudzha y sus alrededores, incluyendo una estación de tránsito de gas en uno de los últimos gasoductos que aún suministran gas ruso a Europa central.

El Instituto para el Estudio de la Guerra indicó que las fuerzas ucranianas habían capturado hasta ahora 11 asentamientos, incluyendo Nikolaevo-Darino, Darino y Sverdlikovo, y estaban operando dentro de Lyubimovka. La zona abarca aproximadamente 350 kilómetros cuadrados.

Imágenes geolocalizadas mostraron que los vehículos blindados ucranianos avanzaron a lo largo de la carretera 38K-030 Sudzha-Korenovo, a unos 10 kilómetros de la frontera internacional. Los periodistas rusos cercanos a los militares informaron en Telegram que las fuerzas ucranianas estaban intentando avanzar por la carretera 38K-030. Un corresponsal de guerra pro-Kremlin señaló que los ucranianos habían avanzado hacia el noroeste y el sureste por la carretera y estaban combatiendo en los alrededores de Korenovo y Sudzha.

“Sudzha está prácticamente perdida para nosotros, y es un importante centro logístico”, escribió en Telegram el bloguero pro-Moscú Yuriy Podolyaka.

Un ataque con un dron ucraniano alcanzó el vehículo de destacados periodistas pro-rusos, resultando en graves heridas para Yevgeny Poddudny, un periodista que había sido premiado por Putin por su cobertura de la guerra.

Kiev no ha emitido comentarios oficiales sobre la operación. Sus aliados occidentales indicaron que no fueron consultados, pero afirmaron que Ucrania tiene autonomía para planificar sus ataques.

A diferencia de las incursiones transfronterizas anteriores, realizadas por unidades de voluntarios rusos pro-ucranianos, los videos recientes muestran la participación de soldados regulares de al menos cuatro brigadas en la operación, sugiriendo una planificación anticipada significativa, según los analistas.

Ucrania no solo ha dependido en gran medida del apoyo militar occidental, particularmente el de Estados Unidos, en su lucha contra las fuerzas invasoras de Rusia, sino que también depende de Washington para obtener información de inteligencia que le ayude a planificar y llevar a cabo sus operaciones, según funcionarios ucranianos.

Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, afirmó el miércoles que no tenía conocimiento previo de la ofensiva y que solicitaría más detalles a Kiev. “Les proporcionamos el equipo y asesoramos, pero en cuanto a las tácticas diarias… a veces nos comunicamos al respecto y a veces no. Son ellos quienes deben tomar esas decisiones”, agregó.

Según los videos, se ha confirmado la presencia de vehículos de combate estadounidenses Stryker y alemanes Marder en territorio ruso durante la batalla. Miller dijo que Ucrania tenía derecho a utilizar equipos occidentales en sus operaciones.

Un portavoz del Ministerio de Defensa alemán no confirmó ni negó la utilización de Marder en la incursión de Kursk, limitándose a decir que "el objetivo declarado del gobierno alemán era apoyar a Ucrania en su lucha contra el agresor ruso".

La Comisión Europea declaró el jueves que Ucrania tenía “derecho a defenderse”, lo que incluye “atacar al enemigo en su territorio”.

El presidente Volodymyr Zelenskyy comentó en su discurso del miércoles que “cuanto más se ejerza presión sobre Rusia, sobre el agresor que trajo la guerra a Ucrania, más cerca estará la paz. Una paz justa mediante la fuerza justa”.

Los funcionarios ucranianos no respondieron a las solicitudes de comentarios. Sin embargo, Mykhailo Podolyak, un alto asesor de Zelenskyy, dijo el jueves que “la causa fundamental de cualquier escalada, bombardeos, acciones militares, evacuaciones forzadas y destrucción de formas de vida normales, incluso dentro de los propios territorios [de Rusia] como las regiones de Kursk y Belgorod, es únicamente la agresión inequívoca de Rusia”.

Los objetivos de Kiev siguen siendo poco claros, aunque uno de ellos parece ser obligar a Rusia a desviar tropas de su ofensiva en el este de Ucrania. El Ministerio de Defensa ruso informó el miércoles que estaba enviando refuerzos a Kursk.

Mick Ryan, un general retirado del ejército australiano, escribió en una evaluación el jueves que el ataque “podría ser un intento de frenar o matar el impulso ruso en sus ofensivas que han durado hasta 2024”.

La contraofensiva ucraniana se produjo mientras las fuerzas rusas en la región oriental de Donetsk continuaban avanzando más profundamente en Ucrania. Ryan sugirió que otros objetivos estratégicos podrían ser “elevar la moral” de los ucranianos y “cambiar la narrativa sobre la guerra hacia una más positiva para Ucrania”. También podría haber un objetivo de capturar territorio antes de cualquier negociación, afirmó. “Negociar con parte del territorio del enemigo es mucho mejor que negociar sin él”.