Suben las acciones, pero bonos reflejan ruido político y volatilidad financiera

El mercado refleja la tensión electoral: las acciones suben con optimismo, pero los bonos exponen la vulnerabilidad del Gobierno frente a la incertidumbre política.
A una sesión de mercado para las elecciones en la Provincia de Buenos Aires, las acciones argentinas, tanto en la plaza local, como en Wall Street, rebotan con fuerza. En tanto, los bonos nominados en dólares se desprenden de la tendencia positiva y caen casi 2%.
En la plaza porteña, las acciones vuelan más de 6% con Supervielle a la cabeza del rebote. Le sigue BBVA Argentina con casi 5% e YPF con 4,7%. En Wall Street, la dinámica parece calcada, solo que entre los tres papeles que más suben se mete Grupo Financiero Galicia, con una suba de 4,5%.
Por su parte, los bonos nominados en dólares, tanto los Globales (ley extranjera) como los Bonares (ley local), presentan una jornada negativa este jueves. Esta caída sucede en un contexto de alta volatilidad e incertidumbre previa a las elecciones.
Los Globales operan en general a la baja, con las pérdidas más marcadas en los plazos más largos. Los Global 2035 y Global 2038 registraron algunas de las caídas diarias más importantes. De manera similar, los Bonares también operan en rojo y de manera generalizada, destacándose los Bonar 2030 y Bonar 2038 con retrocesos significativos. Este comportamiento del mercado refleja las tensiones políticas y económicas, con el riesgo país a poco de los 900 puntos básicos.
En las últimas horas, Bank of America (BofA) se mostró más optimista sobre la Argentina y mantiene su recomendación "Overweight" en deuda soberana y destacó que las acciones todavía tienen un margen de recuperación superior al 20%.
La entidad proyecta retornos hipotéticos de alrededor del 10%, con un rango de resultados que va desde +28% hasta -12%, y un retorno esperado promedio cercano al +10%. Además, resaltan un riesgo asimétrico: los bonos ya incorporan un escenario moderado y, aun ante un contexto adverso, la disciplina fiscal y la voluntad de pago del país limitarían las caídas.
No obstante, Gustavo Gardey, cofundador de Bull Road Investments, analizó la situación actual del mercado y los riesgos que enfrenta el gobierno argentino de cara a las elecciones en diálogo con El Cronista.
Para el experto, el mercado percibe "una complicación política y económica de fondo" a pesar de las subas que se pueden dar entre hoy y maña. Explicó que si el Gobierno no logra los votos necesarios en el Congreso para avanzar con reformas estructurales -impositivas, laborales, previsionales y monetarias- "su plan económico se ve comprometido".
Y es que esta situación se ve exacerbada por los "ruidos" políticos: "El Gobierno perdió cerca de 12 votaciones, perdió apoyo de bloques que antes lo respaldaban, y no se lograron los acuerdos electorales esperados para afrontar las elecciones de medio término. Todo esto afecta directamente el equilibrio fiscal, eje central del programa económico, debilitando su base".
Como si fuese poco, a esto se suman los escándalos de corrupción. "Históricamente, la gente vota con el bolsillo, pero este Gobierno llegó al poder con un fuerte rechazo a la corrupción y una expectativa de cambio. Por eso, su principal riesgo no es la migración de votos hacia otros bloques, sino el ausentismo electoral. Necesitan ampliar la cantidad de legisladores en la Cámara Baja y la Cámara Alta para poder defender sus reformas, gobernar por decreto y sostener los vetos necesarios para mantener el superávit fiscal".
Gardey recuerda que se subió el encaje, se eliminaron las Lefi y se retiraron pesos del mercado, lo que generó tasas elevadas que recuerdan, aunque con diferencias, "a los momentos más tensos del programa económico de Mauricio Macri".
Además, aseguró que, el Gobierno no logró acumular reservas en la cosecha gruesa, "por lo que enfrenta escasez de dólares", aseguró Gardey. El Tesoro intervino en el mercado con unos 200-300 millones de dólares, una cifra pequeña frente a la necesidad de liquidez, para evitar que el tipo de cambio llegue a la banda superior y obligue al Banco Central a vender dólares, lo que generaría ruido adicional en el mercado.
A esto se suma un golpe autoinfligido por la comunicación y ejecución de la política monetaria: "La suba del encaje, la eliminación de déficit y las licitaciones extraordinarias generan tasas reales altísimas -alrededor del 45-40% sobre una inflación del 25-30%-, imposibles de sostener y que retraen la actividad económica. Los bancos restringen el crédito: descubiertos al 98%, descuento de cheques arriba del 70%, lo que dificulta que las empresas accedan a capital de trabajo", lamentó el estratega.
El resultado es un círculo de riesgo: "En un contexto electoral, los inversores se retiran de los instrumentos más expuestos a un mal resultado. Si el Gobierno no cambia el rumbo de su programa económico, no podrá acumular reservas suficientes para cubrir pagos futuros, aunque enero esté asegurado; desde julio de 2026 en adelante la situación se vuelve más compleja", concluyó Gardey.
