Reforma tributaria: la letra chica y las negociaciones que necesita Milei en 2025
En cadena nacional, el presidente anunció que su equipo trabaja en cambios integrales en el sistema impositivo para el 2025 con eliminación de impuestos y pase de potestades a las provincias. La postura de los tributaristas y lo qué falta saber para analizarla.
La cadena nacional del presidente Javier Milei, por el primer año de gestión, dejo una importante promesa de cara al 2025: una reforma impositiva estructural. Y si bien los tributaristas celebran el anuncio, ponen el foco en la letra chica.
La misma ya había sido anunciada para este año e incumplida. En el proyecto para la creación del impuesto a los Ingresos Personales (reversión de la reforma de Ganancias), se declaró que se enviaría una "integral" para implementar desde el 1º de enero de 2025.
"Mi equipo está terminando en estos días una reforma impositiva estructural que reducirá en un 90% los impuestos nacionales y les devolverá a las provincias la autonomía impositiva que nunca debieron haber perdido", afirmó Milei lo que daría paso a una competencia fiscal entre las mismas.
Si bien los especialistas consultados por El Cronista celebran la iniciativa del Gobierno, destacan que el camino para conseguirla requerirá de importantes negociaciones políticas en el Congreso donde oficialismo cuenta con minoría.
"Celebro el anuncio, es disruptivo. El sistema tributario de la Argentina no da para más por la complejidad, la cantidad de tributos y lo distorsivos que son", sostuvo el socio de Lisicki, Litvin & Asociados, César Litvin en conversación con este medio.
En línea con ello, aseguró una reforma en donde se eliminen y simplifiquen impuestos que no tienen un peso en la recaudación, pero que generan incertidumbre en la actividad económica va a mejorar la competitividad de la Argentina.
"Se va en camino hacia un federalismo más puro, donde se reformula o se deja de lado el régimen de coparticipación para darle las potestades a las provincias de los impuestos directos", aseguró, aunque siempre con el requisito de mantener el equilibrio fiscal.
Frente a ello, Litvin no deja de destacar que lo que tiene de disruptivo la iniciativa lo tiene de complejo para conseguirlo, pero es lo que hay que seguir. "Porque de los 150 tributos vigentes entre Nación, provincia y municipios, solo 10 recaudan el 92%", puntualizó.
De cara a la letra chica, y las potestades que se devolverían, reveló que el Impuesto al Valor Agregado (IVA) es indirecto por lo que tienen facultades concurrentes la Nación y las provincias. Caso diferente sería en Ganancias, donde se debería determinar cómo sería cobrado por cada gobierno subnacional.
"Hay que ver cuáles volverían a estar bajo la implementación, fiscalización y recaudación de las provincias. Porque de ser IVA y Ganancias, estamos hablando de montos significativos, del 21% y tasas que llegan hasta el 35% respectivamente", destacó el contador Mario Goldman Rota.
Y agregó: "Si ya hay inconveniente con los regímenes de percepción y retención del impuesto sobre los Ingresos Brutos, que son tasas bajas en comparativa con el Sistema de Recaudación y Control de Acreditaciones Bancarias (SIRCREB) imaginemos lo que podría ser con altas".
Siendo un punto por el que, horas antes del discurso de Milei, reclamaban en la Unión Industrial Argentina (UIA) que por medio de una encuesta a 107 empresas revelaron que, en promedio, tenían $ 526 millones en saldo a favor de Ingresos Brutos acumulado en 2024.
Ante la definición de la iniciativa por parte del Gobierno, el contador Marcos Felice considera que se debería mantener IVA, Ganancias. Mientras que Bienes Personales se tendría que transformar en un impuesto patrimonial con la eliminación de los provinciales (inmobiliario y automotor).
Y que el paso siguiente sería analizar cómo se eliminan "de a poco" los regresivos como el impuesto sobre los Créditos y Débitos en cuentas bancarias. "Si pasa a las provincias desaparecería Ingresos Brutos y Sellos", puntualizó.