Macri le vuelve a marcar la cancha a Milei y cuestiona un nuevo DNU: "Representa un retroceso..."
Más allá de las cenas en Olivos de su líder y la convergencia natural a un "interbloque" que deslizó el Presidente tras las fotos con legisladores en Casa Rosada, el PRO marcó una vez más sus diferencias con la Rosada en la agenda institucional
Más allá de las cenas en Olivos de su líder Mauricio Macri y la convergencia natural a un "interbloque" que deslizó Javier Milei tras las fotos con sus legisladores en Casa Rosada, el PRO sigue marcando sus diferencias con el Gobierno en base la agenda de la institucionalidad. Tal como lo hizo la semana pasada con los fondos de la SIDE, ahora volvió a cargar contra la Casa Rosada por el DNU que modifica aspectos del funcionamiento de la Ley de Acceso a la Información Pública.
"Los diputados nacionales del bloque PRO rechazamos categóricamente el decreto reglamentario 780/2024 que modifica la Ley N° 27.275 sobre Acceso a la Información Pública sancionada durante la presidencia de Mauricio Macri", señaló el partido amarillo desde sus cuentas en las redes sociales. Y remarcó: "Alterar esta norma por la vía reglamentaria sin el debido consenso representa un retroceso en términos de transparencia y control público, elementos esenciales para el buen funcionamiento de nuestra democracia".
De esta manera, el partido de Mauricio Macri vuelve a diferenciarse en el plano de la gestión. Esta vez, el posicionamiento se tomó por consenso dentro del espacio amarillo, más allá de las diferencias entre el ala bullrichista y la macrista que dirimen cómo tejer el vínculo con Nación. El comunicado lleva por título: "La ley de Acceso a la Información Pública debe mantenerse intacta"
"Esta ley es fundamental para la ciudadanía, ya que garantiza un derecho esencial en cualquier democracia: el acceso libre y sin restricciones a la información pública. Este derecho no solo promueve la transparencia y la rendición de cuentas, sino que también le brinda a los ciudadanos un mayor control y supervisión sobre las acciones del Estado", concluye el comunicado.
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El decreto publicado en el Boletín Oficial el lunes generó una fuerte reacción no solo en sectores de la oposición pero también en organizaciones de la sociedad civil vinculadas a la agenda de transparencia. Alertaron que las modificaciones que fijan excepciones para acceder a los pedidos de información por parte de las autoridades nacionales atentan contra el espíritu de la norma que es ampliar el derecho a la información y no restringirlo.
¿Puede transformarse este DNU en un nuevo punto de confrontación con el gobierno de Javier Milei al punto de evaluar también su derogación? "No está en los planes -reconoce una fuente del partido-. Aunque seguramente si viene, se trate. Hoy sería pensar cinco casilleros hacia adelante". Otro posible destino es la judicialización: diversas organizaciones de la sociedad civil lo catalogan de "inconstitucional" y barajan avanzar en su cuestionamiento.
A través del decreto 780/2024, el Ejecutivo modificó puntos claves que pasaron desapercibidos al ir en conjunto con el veto a la reforma jubilatoria en la mañana del lunes. No obstante ello, entre las modificaciones más resonantes, se incluye una regulación de lo que "no se entenderá como información pública".
"No se entenderá como información pública a aquella que contenga datos de naturaleza privada que fueran generados, obtenidos, transformados, controlados o custodiados por personas humanas o jurídicas privadas o por la ausencia de un interés público comprometido", indicaron a través del decreto.
Con esto presente, el Gobierno nacional podría negarse a dar información de funcionarios o instituciones por considerarlas de carácter privado. Asimismo, impide que las "deliberaciones preparatorias y papeles de trabajo" sean considerados de carácter público. En otras palabras, no se dará información sobre el proceso de un asunto público en caso de pedirla.
Lo cierto es que todavía resta resolver la situación de otro DNU, el que otorga $100 mil millones a la SIDE y que el Senado debe definir si sigue o no vigente. hoy está prevista una reunión de Labor Parlamentaria a las 17 para definir el temario en caso de haber una sesión mañana. Originalmente estaba previsto para hoy pero "no hubo acuerdo entre los aliados", señalaron a El Cronista desde el entorno de la titular del Senado, Victoria Villarruel.
El oficialismo tiene interés en aprobar la Boleta Única Papel (BUP). Desde la oposición de Unión por la Patria quieren sumar también la actualización de los recursos y salarios universitarios y la discusión del DNU de los fondos reservados.
Del mismo modo, se hacen los cálculos en el Congreso para definir la suerte del veto presidencial a la nueva ley de movilidad jubilatoria donde el PRO juega un papel clave. El número mágico, esta vez, es el 86 y en el gobierno de Javier Milei hacen las cuentas.
No es fácil en tiempos tan convulsionados para los libertarios que vienen de acumular derrotas legislativas, internas a la luz del día y pequeñas -pero gravitantes como hiperminoría- fisuras en sus bancadas que lejos están apaciguar los fuegos internos. En paralelo, los socios dispuestos a arrimar esa cifra en Diputados tienen sus propios intereses y diferencias que resolver.
Para insistir con la ley de movilidad jubilatoria, la oposición necesita reunir dos tercios en Diputados y el Senado. Por contraposición el Gobierno solo requiere cruzar la barrera del tercio para bloquearlo y defender el veto presidencial a la nueva fórmula que, aseguran, pone en jaque el eje rector de su plan económico: el superávit fiscal.
En Diputados, el número para bloquear una reversión del veto presidencial se alcanza con 86 y en el Senado con 25 bancas. Es mucho más difícil de lograr esos votos en la Cámara alta donde solo quedan seis legisladores en el bloque de LLA y el formoseño Francisco Paoltroni que se define aún como oficialista pero con derecho a veto, ironías al margen.
Para alivio de la Rosada, la defensa del veto arranca por la Cámara de origen, en este caso, Diputados, y solo se requiere que una de las dos cámaras no bloquee el veto presidencial para que siga firme. Si los libertarios logran ordenar la tropa y suman a sus aliados incondicionales del MID (Zago) y del PRO en su totalidad, tienen ya 77 sobre 86 votos adentro. Y podrían esperar que algunas ausencias de otros bloques que atienden el teléfono presidencial jueguen al ausentismo, recalibrando la ecuación de porcentajes sobre el total de los presentes el día de la eventual votación.
El viernes pasado, el Presidente sentó a los aliados más cercanos del MID y el PRO para obtener su foto política y plantear una estrategia en común. Más allá de la postal, surgen dudas sobre cuan compacta y duradera en el tiempo puede resultar una estrategia en común de los libertarios con sus aliados. "Vamos a trabajar en una coordinación. Me voy a involucrar más activamente en los temas de política. Vamos a coordinar leyes con el PRO. El resultado natural va a ser llegar a un interbloque", aseveró el domingo Milei en una entrevista con LN+.
No todos se sienten cómodos con esa etiqueta. Quizás porque en la misma nota, no obstante, cuestionó a Macri por fallar en sus cuatro años a la hora de reducir el déficit fiscal. "Lo veo verde", se sinceró un referente del PRO que mejor línea tiene con la agenda de la Rosada.
Y es que el cónclave del viernes pasado no dejó una sensación unívoca dentro del PRO, empezando por la limitada presencia del ala bullrichista entre los asistentes a la Rosada. Mientras desde el entorno mismo del jefe de la bancada, Cristian Ritondo, donde insisten -sin disimular fastidio- en desmentir la probabilidad de un interbloque con los libertarios, otros diputados amarillos lo ponen en términos de una alianza "enfocada en un plan de laburo con un horizonte tanto legislativo como electoral".
"Creo que se abre un camino a una participación más estrecha pero sobre todo más prolija e institucional. Hasta ahora nos han unido ideas en común pero falta una metodología y un plan de trabajo. Eso todavía no está. Veremos si a partir de ahora se empieza a construir", explicó un diputado sentado en la mesa presidencial el viernes a El Cronista.
Dentro del PRO, algo se quebró en las últimas dos semanas, cuando Mauricio Macri ordenó dar quórum y votar contra los fondos reservados para la SIDE cinco minutos antes del inicio de la sesión y luego dejó en off side al bloque de senadores que acompañó en general la nueva ley de movilidad jubilatoria, a contramano de la decisión de sus pares de Diputados de rechazarla por completo pese a las diferencias que había dentro del bloque al respecto.
Luego de ese episodio hubo una cruda reunión del bloque amarillo en Diputados en donde a duras penas se evitó una fractura mayor. Consideran que la orden de último momento de la "mesa directiva" cruzó una línea en la dinámica interna donde hasta entonces se había priorizado articular los consensos, reconociendo ciertos márgenes circunstanciales para ausentarse o votar en la dirección opuesta a algunos representantes cuando no estaban de acuerdo o no podían políticamente acompañar la decisión mayoritaria del conjunto.