Javier Milei arribará a Río de Janeiro para participar al día siguiente en la Cumbre de Líderes del G20 en el momento de su gestión donde más importancia le puso a su idea de política exterior, basada en el rechazo al globalismo, a las organizaciones multilaterales y a la Agenda 2030.  Son visiones que comparte con Donald Trump, con quien se mostró la semana pasada y al que le propuso armar una "Liga de Naciones Libres" para hacer frente a lo que denomina "marxismo cultural".

En su discurso de la CPAC del pasado jueves, el Presidente afirmó que esa "hegemonía cultural" de izquierda "intoxicó" a las instituciones internacionales y que ante el "resquebrajamiento" del wokismo, su principal misión como líder global es no dejar pasar la oportunidad de combatir esas ideas.

Por esa misma cuestión, Milei decidió que su cuerpo diplomático rechace prácticamente todas las consignas propuestas en Naciones Unidas -como la resolución para eliminar y prevenir la violencia contra las mujeres-, porque, según explican en su círculo íntimo, las considera consignas "de buenos modales" con trasfondos "peligrosos".

Con ese convencimiento es que Milei llega al G20 de Brasil, en donde los cuerpos diplomáticos de todos los países miembros debatían en la previa sobre las consignas (y su redacción) que serían insertas en la Declaración final de la cumbre. Es el documento donde los líderes de Estado expresan los acuerdos a los que todos los países llegan después de meses de negociaciones.

Los funcionarios de Itamaraty (el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil) fueron anoticiados por diplomáticos argentinos que en la Casa Rosada iban a proponer una fuerte resistencia a varias de las consignas que semanas atrás daban por hechas.

Aquellas versiones son acertadas. "Nosotros estamos en contra del marxismo cultural y no vamos a ceder ni un milímetro contra esa agenda", le manifestó Milei a una fuente inobjetable, según pudo saber El Cronista.

El presidente brasileño apostó su titularidad del G20 a postular una reforma de la gobernanza global: en el documento final se busca promover gravámenes a los superricos, algo que la Casa Rosada dice que no apoyará. Además de que Milei no coincide filosóficamente con la consigna, esta perjudicaría particularmente a empresarios como Elon Musk, cercanos al mandatario.

Tampoco se suscribirá al repudio a la guerra con Ucrania por no mencionar explícitamente a Rusia. Algo similar sucederá con la propuesta de creación de una Alianza Global contra el Hambre y la regulación para prevenir el "racismo algorítmico y la desigualdad digital" promovida por la IA.

En la diplomacia brasileña temen que la victoria de Trump pueda alentar a Milei a abandonar el Acuerdo Mercosur-Unión Europea, al que los países del viejo continente están haciendo los últimos ajustes para terminar de cerrar las negociaciones. Según escribe Folha, temen que Milei retrase el pacto por su intención de establecer un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.

Por normativa del bloque, esto último no podría hacerse sin el aval de los demás miembros del Mercosur. Esto justo sucede cuando Milei está en las vísperas de asumir la presidencia pro tempore de la entidad el 5 y 6 de diciembre en Montevideo, en la próxima cumbre de jefes de Estado. Aquella es la fecha apuntada para hacer oficial la conclusión de las negociaciones con la Unión Europea.

Aun así, la posición de Argentina de abandonar las negociaciones climáticas de la COP29 podría actuar como una traba importante para el tratado, que tiene como uno de sus pilares clave el desarrollo sostenible. Vinculado a esto, en algunos despachos oficiales afirman que por estos días el Gobierno podría comunicar la salida del Acuerdo de París, lo que contribuiría a dilatar el Acuerdo UE-Mercosur.

El Presidente arribará a Río de Janeiro, en donde estará acompañado por la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei; el canciller, Gerardo Werthein; el ministro de Economía, Luis Caputo; el secretario de Coordinación de Producción, Juan Pazo; el secretario de Finanzas, Pablo Quirno; el vocero presidencial, Manuel Adorni; y el vicejefe de Gabinete del Interior, Lisandro Catalán.

La agenda de la cumbre comprende varias actividades conjuntas con líderes de Estado. La Casa Rosada recibió varias solicitudes de bilaterales, aunque hasta el momento hay dos confirmadas: con Xi Jinping (China) y Narendra Modi (India). Se especula que también haya reuniones con el presidente de los Emiratos Árabes Unidos, Mohamed bin Zayed Al Nahayan.

Aunque la agenda todavía está abierta, Milei no va a reunirse con Joe Biden (Estados Unidos) por considerar que ya tiene los contactos suficientes con la administración entrante, la de Donald Trump. Tampoco se espera un contacto con Lula da Silva más allá de los saludos protocolares que deberá tener el primer y segundo día de la cumbre.

Hay una reunión por fuera del G20 que tiene probabilidad de darse y que sería el quiebre definitivo para la relación entre Milei y Lula. Ni en Casa Rosada ni los voceros oficiales de Jair Bolsonaro descartan un encuentro informal entre ambos. "Javier no se caracteriza por ser políticamente correcto. No lo descartamos, es cuestión de que se manden unos mensajes", dicen en el entorno del libertario.

En el cronograma de encuentros del Presidente está una reunión conjunta con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva; y otra aparte con el presidente del Banco Mundial, Ajay Banga. 

Desde el equipo económico comandado por Luis Caputo manejan un hermetismo total sobre el curso de las conversaciones. Aunque no se esperan anuncios para la cumbre con el Fondo, hay optimismo en el Gobierno porque el arribo de Trump a la Casa Blanca podría acelerar un acuerdo de desembolso de dinero.