Milei está "desnudo": el mercado ahora no ve ni ajuste, ni reservas, ni reformas

Un zoom de inversores del exterior y agentes locales expresó desconfianza en la solidez fiscal, sumó críticas por no acumular dólares y multiplicó dudas por las leyes en el Congreso. La irrupción de Kicillof completa la tormenta perfecta.
Ajuste fiscal, acumulación de reservas y reformas pro mercado eran las tres exigencias que el mercado financiero esperaba que el gobierno de Javier Milei cumpliera en el marco de una hoja de ruta para garantizar el pago de la deuda y la transformación definitiva del "clima de negocios" en la Argentina.
Tras un año y ocho meses de gestión, la conclusión de los financistas es que la actual administración no está en condiciones de "hacer el delivery" de nada de eso, tal la jerga que se utiliza en el mundo de las terminales donde fluyen los capitales entre bonos y acciones.
Es tan grande el cambio que hubo en el estado de ánimo de los gerentes de portafolio que compraban el discurso de la motosierra popular para posicionarse en títulos argentinos que ahora de golpe encuentran sobrados motivos para profundizar la huida de todo lo que tenga el signo pesos o las letras "Arg".
Así lo describieron en un contacto virtual que mantuvieron grandes fondos de inversión en las últimas horas, en una demostración de malestar que es una paradoja cuando la conducción económica está en manos nada menos que de ex colegas del mundo de las finanzas que se supone que hablan el mismo idioma y conocen sus intereses más profundos.
La impresión es que algo se rompió. Desde que empezó a tambalear la recaudación por la merma en la actividad, desde que se profundizó el "maquillaje de intereses" con la emisión de letras capitalizables por parte del Tesoro y de la mano de una mayor presión de la oposición para compensar sectores ajustados hasta lo intolerable socialmente, la solidez del equilibrio fiscal entró en duda.
"Desde mayo que el FMI viene advirtiendo que el Gobierno tiene déficit", apuntó en televisión Ezequiel Burgo, periodista con acceso a la Quinta de Olivos y flamante autor de "Tratando de entender el fenómeno Milei" junto a Juan Carlos De Pablo.
O sea que de golpe el rey estaba desnudo. Hacía 3 meses que el inamovible superávit fiscal se había esfumado para todo ojo afinado. Tal vez por eso el lunes Milei dijo 29 veces la palabra "fiscal" en un discurso de 15 minutos con el que presentó el Presupuesto 2026 en cadena nacional. Y tal vez por eso también aseguró que "todo" en su gobierno depende del equilibrio de las cuentas públicas. Si el equilibrio no está, ¿qué pasa entonces?
Al mismo tiempo, uno de los inversores extranjeros que tiene 30 años de idas y vueltas con bonos argentinos resumió lo que consideró otra gran falencia de Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, con una frase: "El Presidente prefirió tener razón a tener éxito".
De esa forma explican en su compañía financiera el hecho de haber decidido no acumular reservas cuando había oferta y el precio era $ 1100 o $ 1200 a pesar de que así lo indicaba el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. "Inexplicable", repiten cuando además detallan las frases cancheras de Caputo con el "comprá, campeón" y el coro de los que gritaron "flota" en un stream.
El año que viene la Argentina tiene vencimientos por u$s 14.500 millones y con el riesgo país en torno a los 1200 puntos básicos es inviable el acceso a los mercados por lo que la cuenta debería pagarse con reservas del Banco Central, las mismas que deberían ponerse en juego también para contener el tipo de cambio. La cuenta no cierra.
A todo esto, el Gobierno además ató su hoja de ruta simplista a ganar las elecciones de medio término con el mensaje de que con un mejor escenario político -y sin el kirchnerismo con chances de regresar- podrían sacar del Congreso reformas para mejorar la productividad y atraer inversiones, una narrativa que quedó ahora como mínimo en stand by. La derrota bonaerense, con recesión y denuncias de corrupción hacen difícil prever una remontada clara y un escenario de fortaleza saca-leyes desde el 10 de diciembre.
"Con ese escenario es difícil pensar en una agenda de reformas", concluyeron en el contacto más pesimista del mercado financiero por estas horas. El Presidente también ensayó un giro político donde habló de diálogo con los gobernadores y empezó a girar fondos a las provincias en busca de tender puentes en el Congreso, pero la pregunta es si no será demasiado tarde.
En definitiva, sin ajuste asegurado, ni reservas abundantes ni reformas encaminadas, así es difícil que se frene la venta de activos argentinos. El relato que cuando es a favor justifica todo, con un chasquido de dedos se vuelve en contra.
Si había un plan para después de las elecciones de eventualmente eliminar las bandas cambiarias, permitir que el dólar se acomode más arriba y anunciar un programa de compra de reservas para tranquilizar a los inversores, la deriva de los acontecimientos puede hacer que todo eso se anticipe con la pregunta adicional latente: ¿hay credibilidad política para llevar a cabo un golpe de timón así?
Además, ¿cuál sería el dólar de equilibrio en un nuevo contexto? "Yo con el dólar a $ 1550 empiezo a estar mejor para producir y exportar", decía un empresario pyme que estaba en Europa intentando abrir mercados. "Pero si se va arriba de $ 1700 puede todo ser un caos en la calle", indicaba. En el zoom de financistas, en cambio, no veían una salida tranquila: "Sin dólares y sin acceso al mercado financiero, necesitás un salto del tipo de cambio fuerte para volver a cerrar las cuentas y acumular reservas". Volver a empezar.
El haber instalado el "riesgo kuka" como discurso de campaña, además, se transformó en un búmeran. "Si me dijiste que si ganan los K hay que huir, hoy el mensaje que recibo es que tengo que huir", graficó un inversor en la conversación de este arranque de semana.
Axel Kicillof, el gobernador de la provincia de Buenos Aires y desde el 7 de septiembre el primer presidenciable del peronismo, es el nuevo foco de interés de la prensa financiera de Wall Street. "El fantasma de Kicillof le pone piso al riesgo país en la era Milei", dice Ignacio Olivera Doll de la agencia de noticias Bloomberg.
Como un contraste que llegó para instalarse, minutos después de la presentación del jefe de Estado en la que se abrazó al mástil del superávit fiscal como respuesta a todo, el ex ministro de Economía de Cristina Kirchner apareció en La Nación Más en una entrevista con Carlos Pagni y afirmó lo contrario: el problema es el sector externo y hay que revisar la deuda.
Si Alberto cuando agitaba el no pago de las Leliq le causó problemas a Mauricio Macri en 2015 y después Milei al decir "el peso es excremento" complicó el escenario del Frente de Todos en el 2023, Kicillof tiene en sus manos también una llave en los próximos largos años por venir.
- ¿Pero Axel no podría llegado el momento mostrarse como el primer Lula que sorprendió al ser pro mercado?, consultó este diario a uno de los participantes de la charla.
- Va a ser muy difícil. El peronismo ya se gastó la bala del "Alberto moderado" y de que sería el "nuevo Menem" y fijate cómo terminó.

