La Cumbre de Líderes del G20 de Brasil comenzaba este lunes en medio de una amplia incertidumbre al respecto de cómo todos los países miembros iban a poder llegar a un acuerdo para el Documento final del evento. El nuevo ataque de Rusia a Ucrania produjo que los países que no se animaban a plantear disidencias finalmente lo hicieran, lo que obligaba a Lula da Silva, organizador de la edición actual, a flexibilizar su posición para llegar a consensos.

"Hubo un cuestionamiento del G7 que aparentemente luego levantó polvareda", describía una alta fuente diplomática a El Cronista, dando a entender que ese punto de las negociaciones todavía no tenía definiciones. Se preveía que pasado el mediodía se pudiera conseguir un acuerdo.

En cada edición del G20, el anfitrión se encarga de proponer y liderar los ejes que van a discutir los demás países miembro. Lula buscó que este año se ponga en debate una nueva forma de gobernanza global y mayores medidas para combatir el cambio climático y la desigualdad económica social. Todos puntos con los que Javier Milei planteó estar en contra.

Sin embargo, uno de los puntos que generó más tensión con la brasileña fue la oposición de Argentina a avalar un comunicado edulcorado que condenara la guerra en Ucrania sin mencionar explícitamente a Rusia.

Milei no busca boicotearle la cumbre a su par brasileño, sin embargo, tal y como publicó El Cronista, ya les dijo a los suyos que "no cederá ni un milímetro". Días antes de que comenzara el G20, el Presidente era visto por la prensa internacional como el principal opositor a las propuestas movilizadas por Lula; pero ahora el país organizador era forzado a ceder en algunas cuestiones para que se pueda llegar a la firma del documento final.

El presidente brasileño es el principal aliado de Rusia en la región por pertenecer ambos al bloque de los BRICS. El ataque a Ucrania produjo que la figura de Lula en las negociaciones se debilitara, particularmente con los europeos: los jefes de Estado de Alemania y Noruega salieron a manifestar públicamente que no aceptarían una declaración que no mencione a Ucrania.

Rusia ejecutó días atrás su mayor ataque aéreo contra Ucrania en meses, lanzando 120 misiles y 90 drones que mataron a varias personas y causaron graves daños a la infraestructura eléctrica del país. Como consecuencia directa, Joe Biden, autorizó a Volodímir Zelensky a contraatacar en territorio ruso con misiles estadounidenses de largo alcance. Vladimir Putin es el único de los jefes de Estado que no estará presente en la cumbre: tiene una orden internacional de detención por crímenes de lesa humanidad.

Otros presidentes fuerzan a que también se aluda al caso de Palestina y, particularmente, el de la Franja de Gaza. Un ataque hecho por las fuerzas israelíes en el norte de ese territorio produjo 34 muertos durante el fin de semana. Milei advierte que estará abiertamente en contra de darle entidad a la cuestión ya que considera a Israel como uno de sus dos principales aliados a nivel geopolítico.

Con el replanteo que surgía en las negociaciones finales, más países se sumaron a la posición que instauró Milei de renegociar el documento final de la cumbre. El Presidente fue el dirigente más cubierto de la cumbre -al margen de Lula- por parte de los medios brasileños y esperaba seguir acaparando centralidad, bajo la amenaza de que podría firmar el texto en disidencia, algo que solamente tiene sucedió en los G20 de Hamburgo y Osaka con Donald Trump por su oposición a las cláusulas climáticas.