Toda la Argentina en una sola página

Rostros “esculpidos”: el boom que se alimenta por las famosas y las redes sociales y cuáles son sus riesgos

Rostros “esculpidos”: el boom que se alimenta por las famosas y las redes sociales y cuáles son sus riesgos
sociedad

Cada vez más jóvenes van a los consultorios de estética buscando parecerse a sus ídolas. Expertos advierten que estos procedimientos "no es como ir a la peluquería". Y que no se puede borrar la identidad de alguien para copiar la de otro.

AI
  • 💫 Influencia de redes: TikTok e Instagram muestran rostros esculpidos y videos de “antes y después”, convirtiéndose en modelos aspiracionales para adolescentes.
  • 🔎 Qué buscan: labios carnosos, mandíbula marcada, nariz y mentón definidos; el ácido hialurónico es la estrella de los consultorios, pero con riesgos si se usa en exceso.
  • ⚠️ Riesgos y límites: exceso de productos puede deformar rostros, provocar granulomas, inflamación, necrosis e incluso ceguera en casos extremos.
  • 🧠 Impacto emocional: la adolescencia trae inseguridades y la cultura de la selfie, impulsada por redes, puede intensificar el deseo de aceptación y la creencia de que la belleza trae éxito.
  • 👩‍⚕️ Perspectivas profesionales: médicos advierten que no todo lo visto en redes debe hacerse; es crucial evaluar la madurez, la motivación y la necesidad real del procedimiento.
  • 🧰 ¿Qué es la “armonización facial”?: combinación de toxina botulínica, rellenos dérmicos, bioestimuladores, hilos tensores y peelings; el objetivo es realzar la belleza natural, no borrar la identidad, y en adolescentes requiere criterios estrictos y tiempo de reflexión.
  • 🔎 Diagnóstico y responsabilidad clínica: es esencial un enfoque integral que considere estado emocional y social, no solo lo estético, para evitar decisiones impulsivas.
  • 🧭 Rol del espejo y límites éticos: ante una consulta, mostrar al propio rostro y evitar copiar a otros; la identidad debe preservarse.
  • 🧩 Contexto digital: la hiperconectividad acelera la llegada de las adolescentes a consulta y fomenta una cultura de atención rápida y uniformidad de la belleza.
  • ⏳ Prevención y apoyo familiar: necesidad de trabajo preventivo en la infancia, acompañamiento a las familias y fortalecimiento de vínculos para evitar vacíos afectivos que empujen a intervenciones tempranas.

Una adolescente desliza el dedo por la pantalla de su celular. Está en TikTok, donde los videos se suceden con velocidad hipnótica. Se detiene en uno que muestra un “antes y después”: la cara redonda de una influencer que, tras un efecto de transición, aparece afinada, con la papada borrada, pómulos prominentes y labios brillosos y voluminosos. No se trata de un filtro pasajero, sino de un modelo aspiracional que se repite en bucle y que muchas jóvenes buscan replicar fuera de la pantalla, en los consultorios de medicina estética.

La moda de los “rostros esculpidos” (mandíbulas marcadas, narices respingadas, caras alargadas y simétricas) encontró un lugar privilegiado en la adolescencia y los veintipico. Un fenómeno que se alimenta de las redes sociales y que tiene a las estrellas del pop urbano argentino, como Emilia Mernes o Nicki Nicole como referentes. Ambas artistas han sido objeto de especulaciones sobre procedimientos estéticos que se realizaron. Y sus seguidores más jóvenes aspiran a parecerse a ellas.

El fenómeno crece al ritmo de TikTok e Instagram, pero también de la oferta de procedimientos cada vez más accesibles. Frente a esto, los especialistas marcan un límite: la belleza no puede reducirse a una jeringa ni a un filtro.

Muchas chicas cada vez tienen más apuro por acelerar su proceso de adultez: actúan en base a ese deseo, terminan con varias intervenciones y su apariencia se ve de más edad de la que verdaderamente tienen. “La adolescencia es una etapa signada por inseguridades y crisis en la autoestima. El acceso temprano a redes sociales y la cultura de las selfies intensifican estas características”, explica Fernanda Cohen, médica especialista en estética.

Para ella, los adolescentes funcionan con lógica de “marca”: si algo está de moda, es garantía de aceptación social. “En este contexto, pueden querer parecerse a su ídolo y tener la fantasía de que determinada característica física está asociada al éxito. Es un pensamiento mágico que como profesionales debemos saber detectar”, advierte.

La fascinación no se limita a la música. En un mundo atravesado por la lógica del algoritmo, los ejemplos de “perfección” se multiplican. El cirujano plástico Fernando Felice lo traduce en términos de consumo: “Los adolescentes creen que todo lo que ven en redes es real. Padecen el síndrome del FOMO (fear of missing out), el miedo a quedarse afuera, y, como consecuencia, buscan tener el rostro de cantantes e influencers. Quieren parecerse a esas figuras y hacen lo imposible por lograrlo”. Y alerta: “Un exceso de producto puede hacer que una chica de 20 años luzca de 35".

Los labios carnosos encabezan los pedidos, seguidos por el marcado de mandíbula, nariz y mentón. El ácido hialurónico se volvió la estrella de los consultorios. “Es un producto noble si está bien utilizado y en la dosis adecuada. El problema es el exceso: genera rostros deformados e incluso complicaciones irreversibles”, advierte Felice. Entre ellas, enumera granulomas, inflamaciones permanentes, necrosis de tejido e incluso, en casos extremos, ceguera.

Cohen coincide en que el acceso a técnicas rápidas y poco invasivas facilita la llegada de chicas cada vez más jóvenes al consultorio. Pero alerta: “Un procedimiento estético no es como ir a la peluquería. Cada intervención deja una huella estética permanente”. Y agrega: “En la adolescencia se ve también la cosmeticorexia: el uso obsesivo de cremas y activos sin supervisión, que termina dañando la piel en lugar de mejorarla”.

Para la psicoanalista Hilda Catz, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina, la creciente tendencia de adolescentes a modificar sus rasgos para parecerse a ídolos pop no puede pensarse aislada del ecosistema digital en el que crecen. Su mirada complejiza el fenómeno: no se trata solo de estética, sino de identidad, vulnerabilidad y de una cultura que empuja a los jóvenes hacia modelos uniformes de belleza mientras debilita los lazos que deberían sostenerlos.

Catz plantea que la hiperconectividad, mediada por avances tecnológicos que ofrecen placeres visuales inmediatos, acelera la expulsión de lo distinto y lo reemplaza por “una imagen especular imaginaria” donde se diluye la posibilidad de encontrarse en la mirada del otro. En ese escenario, el consumo digital no controla la toxicidad de los espacios que promueve y deja a niños y adolescentes expuestos a la presión por ajustar sus cuerpos a modelos artificiales. Esa uniformidad, advierte, empuja a cirugías y modificaciones corporales cada vez más tempranas, como parte de una cultura que ofrece respuestas rápidas a los vacíos identitarios.

Desde su enfoque, el problema no empieza en la inyección, sino en la fragilidad de los vínculos fundantes. Para la psicoanalista, cuando las funciones parentales declinan, los adolescentes intentan suplir esa falta buscando modelos sustitutos que pueden aparecer en formas diversas: desde grupos sectarios hasta las nuevas “tribalizaciones” digitales presididas por figuras que operan como pseudoautoridades. Ahí se genera la ilusión de amparo frente a lo que Catz llama “adulticidio”, una cultura que retira sostén a los adultos y deja a los jóvenes librados a una falsa sensación de libertad sin límites, donde predomina el “hazlo y ya” y un goce vacío que disuelve el deseo.

El riesgo, advierte, es quedar atrapados en “la perversa cultura del consumo”, donde la pantalla invita a un consumo que consume y no devuelve una mirada que otorgue existencia. Por eso subraya la importancia del trabajo preventivo en las primeras etapas de la vida, del acompañamiento a las familias y de reconstruir lazos que habiliten un encuentro genuino. No se trata de juzgar, aclara, sino de crear espacios de intimidad frente a un mundo que empuja hacia la intimidación.

En este marco, las intervenciones estéticas para “esculpir” un rostro no son un simple gesto de moda: son, para Catz, el síntoma visible de un escenario más amplio donde la subjetividad adolescente queda en riesgo, atrapada entre vacíos afectivos, estéticas uniformadas y un entorno digital que ofrece respuestas rápidas a preguntas que necesitan tiempo, vínculos y sostén.

La “armonización facial” es el término de moda. Se trata de un combo de toxina botulínica, rellenos dérmicos, bioestimuladores, hilos tensores y peelings que prometen equilibrar el rostro. “El objetivo no es cambiar la cara, sino resaltar la belleza natural y devolver proporción y frescura”, explica Cohen. Sin embargo, subraya que en adolescentes la evaluación debe ser más estricta: se requiere madurez, reflexión y un tiempo de espera para confirmar que el deseo no sea pasajero.

Felice suma un criterio práctico: no todo lo que circula en redes es necesario. “El hecho de que un paciente consulte no implica que haya que realizarle el procedimiento. Muchas veces lo más profesional es decir que no y explicar por qué”, sostiene.

Una de las escenas más habituales en los consultorios es la de una joven que llega con la foto de su referente. “Me parece bien que la traigan”, relata Felice. “Pero luego les muestro el espejo y trabajamos sobre su propio rostro. No podemos borrar la identidad de alguien para copiar la de otro. Todos tenemos un máximo potencial de belleza y la clave es alcanzarlo sin perder naturalidad”, sostiene.

Cohen coincide y agrega que, en muchos casos, lo que subyace es la asociación entre belleza y éxito. “El riesgo está en creer que con un pómulo o una nariz determinada se accede a la misma vida que esas figuras”, dice. Por eso, tanto médicos como psicólogos insisten en la importancia de un diagnóstico integral que contemple el estado emocional y social del paciente.

En la pantalla, el video ya pasó. La adolescente vuelve a scrollear. Otro “antes y después” la espera en el algoritmo.

935309

Suscribite a nuestro newsletter

Un resumen de las noticias más relevantes directo en tu email.