Javier Milei juntó a su mesa chica: blindó a Santiago Caputo, pidió parar “con las operaciones” y amenazó con “cortar cabezas”
El Presidente se involucró en las negociaciones para evitar nuevas derrotas parlamentarias y ordenar a su tropa.
“Si les hablás vos, te van a seguir; si les habla otro, se va a complicar”. Cuentan que Mauricio Macri fue directo y no dio vueltas para explicarle a Javier Milei que, sin perder su identidad partidaria, el bloque de diputados del PRO está dispuesto a acompañar las iniciativas del Gobierno si el Presidente se pone al frente de la conducción política y de las negociaciones.
El mensaje terminó de empujar a Milei, que ya había dado el paso de correr a los intermediarios en su vínculo con Macri cuando advirtió el enojo de su principal aliado; y la semana pasada, en su necesidad de poner fin a una racha adversa en el Congreso, no dudó coordinar un “agenda conjunta” entre La Libertad Avanza y el PRO. Una maniobra que quedó planteada por primera vez el viernes en esa foto que lo mostró involucrado en la rosca parlamentaria y siguió con el mano a mano de este martes con el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri.
Más allá de lo simbólico, y que una coordinación más aceitada lo deja más a cubierto de los intentos de la oposición de juntar los dos tercios para imponerle proyectos, a mediano plazo el objetivo del jefe de Estado es confluir en un interbloque con el partido fundado por Macri para acrecentar su poder de fuego y darle más impulso a sus iniciativas. “Es algo que se va a dar de forma natural, compartimos agenda, electorado y en el rumbo”, se lo escuchó en la intimidad.
Pero Milei sabe que por ahora en el PRO la desconfianza por las idas y vueltas de estos nueve meses de gestión prevalece por sobre las numerosas coincidencias con la hoja de ruta.
“Primero tenemos que empezar a caminar, no me pida que corra como Usain Bolt”, concedió este domingo, al ser consultado sobre el tema en una entrevista con LN+.
Aunque siempre consideró “una pérdida de tiempo” a las reuniones con los políticos, y el respaldo al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, hasta el momento el interlocutor con la oposición en el Congreso, “es absoluto”, Milei apeló al pragmatismo para destrabar un contexto adverso para su administración. “No es lo que más le gusta, de eso no hay dudas, pero si una reunión con políticos le garantiza tranquilizar a los mercados y a los que invierten en la Argentina, la va a hacer”, explica un estrecho colaborador del Presidente.
En ese sentido, la idea del encuentro con el PRO no sólo giró en torno a reunir apoyo político para ratificar el veto presidencial a la reforma jubilatoria sino también pensando en la importancia de aprobar el Presupuesto 2025 con déficit cero y de desalentar movidas opositoras que puedan alterar la confianza en el programa económico.
“Sirve para congelar al club del helicóptero”, sintetizó una de las espadas de Milei que ocupó buena parte de su tiempo para intentar apagar la confrontación interna, en el Congreso y en la Casa Rosada.
Es que, asegurado el respaldo del PRO, el Presidente afronta otros desafíos que lo desvelan: ordenar a su tropa y blindar a su asesor Santiago Caputo, al que lo considera víctima de “operaciones” surgidas desde adentro y afuera del Gobierno.
“Está claro que contra Santiago hubo fuego amigo”, dijeron -enigmáticos- desde el área de comunicación, que depende de la secretaria general de Presidencia, Karina Milei, donde la semana pasada se ocuparon de evidenciar la interna al filtrar la realización de una reunión de Gabinete “blue”, con ausencias de supuestos relegados en la consideración del Presidente.
El formato -y la filtración- se repitió este martes: desde Balcarce 50 se encargaron de advertir que Milei reunió a su mesa política: es decir, su hermana Karina, Santiago Caputo, Guillermo Francos, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, el vocero Manuel Adorni y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem. “Vinieron los funcionarios más importantes, la mesa chica ampliada”, dijeron.
En su última aparición pública, Milei dejó saber su malestar ante tanto ruido y, en privado, explicitó reproches para varios integrantes del Gabinete: “Basta de operaciones”, fue el mensaje que retransmitieron en casi todos los ministerios. El enojo del Presidente sería tal que, según quienes lo escucharon en las últimas horas, si la dinámica no cambia “va a empezar a cortar cabezas”. El único intocable, al menos hoy, es Caputo.
Por otro lado, ante la rebelión de la tropa en el Congreso, Milei quiere asegurarse un mayor compromiso de los dirigentes que impulse en las listas para las Legislativas del año próximo. La orden para los armadores es pasar un filtro de “pureza” libertaria más exigente a los candidatos. Un operador se animó a hacer una propuesta de “obediencia partidaria” más ambiciosa, que por ahora fue rechazada: “El que entre con nuestra boleta tiene que comprometerse a devolver la banca si por alguna razón deja de pertenecer al bloque”.