Luego de días de intensas negociaciones y a pesar de que el propio vocero presidencial, Manuel Adorni, confirmó el miércoles pasado el listado de temas que quería debatir Javier Milei, el Gobierno replantea la estrategia y admite que no convocaría sesiones extraordinarias.

Así le indicó el jefe de gabinete, Guillermo Francos, quien confirmó que “no” están los acuerdos necesarios “para tratar en extraordinarias”.

“Ustedes conocen cuál es nuestra situación parlamentaria, saben que somos una minoría. Entonces, dependemos de preestablecer acuerdos para tratar los temas en el Congreso en extraordinarias. Hoy les diría que todavía no los tenemos, con lo cual en esta situación no convocaríamos”, explicó el ministro ante los periodistas acreditados en Casa Rosada.

La semana pasada, Adorni dijo que Milei había "tomado la decisión de convocar a sesiones extraordinarias" entre el 5 y el 27 de diciembre, para tratar seis proyectos: la reforma electoral, la reforma política, el juicio en ausencia, ley antimafia, la autorización para los viajes del presidente y la reforma de los fueros de la política.

Sin embargo, el escándalo por la detención del senador Edgardo Kueider acentuó la tensión con el kirchnerismo, con el que el Gobierno parecía tener un preacuerdo para unir fuerzas para derogar las PASO.

En Balcarce 50 explican que la eliminación de las primarias era una de las prioridades para no afectar al cronograma electoral y se entusiasmaban con el histórico interés de los K por avanzar con el proyecto.

“Ahora vemos que no teníamos los mismos objetivos que los demás”, lamentaron.

¿Esto garantiza que en la próxima elección haya PASO? A diferencia de otros años, en el Gobierno no convalidan la regla no escrita de la política que sostiene que no se hacen cambios en las reglas de juego durante un año electoral y dejan saber que “hasta que los tiempos lo permitan” trabajarán en acuerdos para eliminar las primarias.

Más allá de los temas que había anunciado Adorni, y de la debilidad parlamentaria a la que aludió Francos, a la Casa Rosada se le complica el margen de acción porque se resiste a incluir la agenda de temas que la oposición dialoguista le interesa debatir, como el Presupuesto 2025 y la Ley de Ficha Limpia.

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