Desde que se instaló en Madrid, hace un año, Fabiola Yañez dejó de ser primera dama, denunció por violencia al ex presidente Alberto Fernández y está comenzando a hacerse un lugar en la alta sociedad española.

A fines de noviembre fue invitada a la entrega de premios y a la cena de gala de la mayor feria de caballos en Sevilla, una cita a la que no suelen faltar apellidos ilustres españoles ni invitados con títulos nobiliarios.

Se supo que uno de los responsables del Salón Internacional del Caballo de Pura Raza Española, Jaime Molina, le hizo llegar la convocatoria a través de un empresario, una de las personas que más cerca está de la ex primera dama en estos días.

Y aunque su presencia estaba confirmada, Fabiola Yañez no viajó de Madrid a Sevilla. Ese fin de semana, según argumentó, Francisco, el hijo que tuvo con Alberto Fernández y que cumplirá tres años en abril, amaneció enfermo. Y ella se quedó a cuidarlo.

“Este viaje hubiera sido su primera presencia social desde que se instaló en la capital española antes del pasado verano”, lamenta la prensa de chimentos vip local. “Habría sido uno de los personajes destacados, dada su situación personal y lo que supuso en su país convertirse en una mujer presuntamente maltratada por Alberto Fernandez cuando era presidente de Argentina”, aseguran.

Fabiola Yañez se animó a denunciar la violencia física y emocional a la que Fernández la habría sometido entre 2016 y este año luego de que Clarín revelara, en exclusiva, el hallazgo de unos retratos de la ex primera dama con golpes y moretones en el celular de quien era la secretaria personal del ex presidente.

Tres meses después y luego de que Fabiola declarara por zoom ante el fiscal federal Ramiro González desde el consulado argentino en Madrid, González pidió, a principios de noviembre, la indagatoria de Alberto Fernández, que en agosto había sido imputado por golpeador. “Desde cuando comenzaron un vínculo de noviazgo con Alberto Fernández, hasta la actualidad, (Fabiola Yañez) sufrió una relación atravesada por hostigamiento, acoso psicológico y agresiones físicas en un contexto de violencia de género e intrafamiliar”, señaló González.

La fiscalía considera que el ex presidente podría ser responsable de tres delitos de violencia de género contra Fabiola Yañez. Las penas, en estos casos, van de 3 a 18 años de cárcel.

En España, los medios que se ocupan de nutrir la curiosidad de la gente por las celebridades locales e internacionales exprimen al máximo cualquier detalle que consigan sobre la ex primera dama argentina. “Por ahora prefiere mantener un perfil bajo a pesar de que recibe invitaciones para participar en la vida social de Madrid”, argumentan sobre Yañez.

“Se instaló con su hijo y su madre en un piso del barrio de Salamanca y comenzó una nueva vida alejada de las presiones de su ex pareja -comentan a sus lectores-. No formaba parte de la élite de familias latinoamericanas que viven en la misma zona ni acudía a los almuerzos que se organizaban en ambientes muy privados. Según nos cuentan desde su entorno, tiene miedo y procura no hacer vida social.”

Nada dicen, sin embargo, de la decisión judicial por la cual la justicia argentina embargó a Alberto Fernandez 3,8 millones de pesos -de su pensión de privilegio como ex presidente de más de 14 millones- para cubrir los gastos de Francisco en Madrid.

El nene va a un escuela privada que tiene cinco sedes en España. La matrícula cuesta 450 euros. Y todo el año escolar, que en Europa comienza en septiembre y finaliza en junio, unos 6.500 euros más.

En la guardería, que queda a 25 minutos en auto del centro de Madrid, lo esperan maestras que tienen como lengua madre el inglés.

El recorrido hasta la escuela, de lunes a viernes, se hace en el auto alquilado, con chofer, en el que Fabiola y su familia se mueven por la ciudad. Por mes, la suscripción trimestral de ese coche mediano cuesta 635 euros.

Siempre acompañado por la custodia policial que el gobierno de Javier Milei envió a Madrid para proteger a la ex primera dama, Francisco va a la guardería jornada completa. La cuota incluye clases de natación.

Todas las mañanas el nene llega a upa o de la mano de su abuela, Miriam Yañez Verdugo. Miriam vive en España con su hija y su nieto desde que Fabiola abandonó la Argentina, los primeros días de diciembre de 2023 que resultaron ser los últimos de la presidencia de Alberto.

Miriam Yañez Verdugo volvió a Buenos Aires en septiembre para declarar ante el fiscal que instruye la causa contra el ex presidente. “La convirtió en un despojo humano”, le dijo la mamá de Fabiola al fiscal.

Durante más de seis horas, Yañez Verdugo contó algunas de las escenas de violencia hacia su hija que dice haber presenciado: “Vi cuando Alberto la sacaba de los brazos, la zamarreó y la tiró frente a la puerta del ascensor. Ella estaba embarazada. La soltó y se cayó con todo el peso sobre la panza. Ella se quedó ahí llorando”.

En octubre, Fabiola debía presentarse en un juzgado de Madrid para aportar a la investigación el contenido de su celular. Allí habría almacenado chats, fotos y videos de las agresiones físicas y psicológicas con las que su ex pareja la habría maltratado.

Por un acuerdo con la Unidad de Cooperación Internacional de la Fiscalía General del Estado español, el contenido de su teléfono iba a ser trasladado hasta la fiscalía federal argentina por valija diplomática.

Sin embargo, como si hubiera padecido un ataque de pánico a último momento, Fabiola Yañez no se presentó en el juzgado.

Esa misma noche, en fondo negro y letras blancas, posteó un “Tengo miedo” en su cuenta de Instagram. La fiscalía española le dio otra oportunidad al día siguiente. Pero ella tampoco se presentó.

Alberto Fernandez presiona para que Yañez regrese a la Argentina. Argumenta que quiere tener un régimen compartido de tenencia de Francisco. Pero la ex primera dama parece no estar considerando esa posibilidad.

Acaba de renovar su DNI argentino con un domicilio español, aunque la dirección que declaró no corresponde con la de la calle madrileña en la que vive.

Desde que se separó definitivamente del ex presidente, Fabiola Yañez ocupa un departamento amoblado, de alquiler temporal, en el centro de Madrid, sobre una calle en la que tiene parada el bus turístico y que, en esta época del año, cuesta entre 180 y 200 euros por noche.

Cuentan que está buscando trabajo como periodista. Desde el gobierno de la Comunidad de Madrid que preside Isabel Díaz Ayuso desmintieron que le hayan ofrecido un puesto, como se dijo.

En Argentina, según los programas de la tarde, Fabiola estaría iniciando una relación amorosa con un empresario español. Alguna vez se la vio salir de su departamento madrileño, pasadas las diez y media de la noche, rumbo a una zona de barrios cerrados de las afueras de Madrid pero, según la prensa del corazón española, quien suele acompañarla es un amigo, “un empresario dedicado al sector de la alimentación con intereses en Extremadura”.

“Todo un señor -aclaran-. Un hombre muy atractivo, de una familia muy conocida y de costumbres refinadas a quien ha conocido gracias a unos amigos comunes y con quien ya se ha visto en más de una ocasión.”

“Somos amigos y lo que hago es ayudarla en lo que puedo -dijo él-. Su situación no es buena. Recibe anónimos, y aunque tiene seguridad, también tiene miedo.”