Con deporte y optimismo

Daniel Osvaldo Scioli es un personaje particular. Antes de las PASO; se postuló como precandidato presidencial del peronismo, con un acto en el icónico teatro ND/Ateneo, donde estuvo acompañado por el aguerrido Hugo Antonio Moyano como postulante a diputado nacional. Finalizó ese evento y, eufórico, se fue para su finca de Villa La Ñata donde recibió, con una regia cena, al presidente Alberto Fernández con su querida Fabiola. El mandatario (que era el principal sostenedor de esa aventura) cenó en paz pero, pocas horas después, le pidió que se bajara en pos de un entendimiento suyo con Cristina Kirchner y Sergio Massa, todo eso en favor de la candidatura presidencial del ministro de Economía. Scioli venía de un rush como Ministro de Producción (45 días) y, al asumir Massa con plenos poderes en Economía, volvió como premio consuelo a la embajada en Brasil. La resiliencia política del motonauta se coronó con un apoyo explícito a Sergio Massa el día del la presentación de un libro de su autoría, lanzamiento en el que se mostraron juntos los dos tigrenses.

Para coronar la elasticidad del ex gobernador, Scioli aceptó continuar en la embajada ante Brasil por tres meses, de la mano de la nueva canciller Diana Elena Mondino. Pero la historia no concluiría ahí: la gestión de Javier Gerardo Milei dejó como Secretaria de Turismo a una elegida de Alberto Fernández. la catamarqueña Yanina Martínez. La mujer supo secundar a Matías Lammens por pedido del ex Presidente. Ahora, se quedó en la gestión libertaria en virtud de sus buenos vínculos con las asociaciones internacionales de turismo. Pero algunos movimientos en el flamante gobierno alertan sobre el posible arribo de Daniel Scioli a Turismo, secretaría que supo ocupar en el inicio de su carrera política. El hoy embajador en Brasil tiene anotada a su hija en el colegio en Argentina y pretende estar de regreso en marzo. La posibilidad de llegar a Turismo (reconvertida en Secretaría pero con tres subsecretarías y direcciones varias), alentaría al resiliente motonauta a seguir embanderado con Javier Milei, quien alguna vez aportó ideas económicas al sciolismo junto al hoy ministro Guillermo Francos. La libertad ciertamente avanza...

Abran paso

Axel Kicillof juró esta semana y remozó parte de su gabinete en un acuerdo con Sergio Tomás Massa, confirmando su distancia política con Máximo Kirchner y con un claro dominio político de su elenco de esa persona \'a la que admiro demasiado\', como se refirió el reelecto gobernador respecto de Cristina Kirchner. Al equipo ministerial se sumó una dirigente referenciada en el kirchnerismo y que fue una efímera ministra de Economía nacional, tras la renuncia de Martín Guzmán y la llegada de Massa: Silvina Aída Batakis. Luego de su salida de Economía nacional, fue \'premiada\' con la presidencia del Banco Nación, donde no quedó exenta de polémica por el nombramiento de \'Pitty La Numeróloga\' y de familiares y gerentes con sueldos abultados. Ahora, la oriunda de Río Grande fue designada como ministra del Ministerio de Hábitat y Desarrollo Urbano en la provincia de Buenos Aires por Kicillof. En el Banco Nación, los recién arribados de la gestión mileísta se quedaron azorados con un tema: la titular del BNA contaba con custodia y con personal de seguridad más autos son sirena en un despliegue propio de un ministro o ministra de Seguridad. Los flamantes directivos del Nación ordenaron suspender todo y contar solo con choferes, algo que también quedará en la mira de los cambios que anuncia, por estas horas, el ministro Luis \'Toto\' Caputo. ¡Afuera!

Claro como el agua

En tanto, donde no hay continuidad pero sí permanencia, es en la empresa AySA. Allí, está aún Malena Galmarini, la dirigente peronista y esposa de Sergio Massa. Es natural que un funcionario o funcionaria siga en su poltrona hasta que se defina su reemplazante, como hace otro dirigente massista como Guillermo Michel, a cargo de la Aduana, donde tampoco hay reemplazo hasta la publicación de esta columna. Pero el ruido que hay en AySA es que una gran cantidad de directores y gerentes nominados por la saliente gestión, siguen en sus lugares y no renunciaron, como es usual en cualquier cierre de gestión: serían 245, todos de los municipios de Tigre y San Fernando. Resulta llamativo pues esos mismos funcionarios pusieron el grito en el cielo cuando el macrismo dejó la gestión y se les negó cualquier indemnización por su partida, algo que lógicamente no correspondía. ¿Harán lo mismo ahora? Misterios del peronismo resiliente...