“Lokote” y “Pepinucho”, la carrera criminal de padre e hijo: objetivo Toyota Hilux y final abrupto
Norberto Gustavo Medina (60) y su hijo Jonathan Eugenio Medina (35) lideraban una banda que robó 94 camionetas.El papá terminó muerto por un choque y vuelco en plena persecución policial. Su hijo, imputado.El nivel de logística era tal que hasta que tercerizaban los robos a otras bandas y vendían las 4x4 en el exterior por entre 6.000 y 7.000 US$.
- 🚔 **Liderazgo delictivo**: Noberto "Lokote" Medina y su hijo Jonathan "Pepinucho" encabezaban una megabanda dedicada al robo y venta de camionetas 4x4.
- 🔫 **Historial criminal**: Ambos habían sido condenados anteriormente por explotación de un prostíbulo en Flores.
- 🚙 **Robos masivos**: Se les acusa de al menos 94 robos de camionetas, principalmente modelos Toyota Hilux.
- 💰 **Tercerización de robos**: La banda pagaba a otros grupos para robar vehículos en la provincia y luego los vendían en la ciudad.
- 👥 **Organización extensa**: "Pepinucho" lideraba una estructura de aproximadamente 20 personas, cada una con roles específicos en el crimen.
- 🔍 **Desarticulación de la banda**: La organización fue desmantelada tras 29 allanamientos dirigidos por la Policía de la Ciudad.
- 📂 **Investigación exhaustiva**: Se analizaron más de 60 mil archivos para identificar a todos los implicados en el delito.
- 📄 **Falsificación de documentos**: La banda contaba con imprenteros que creaban documentos fraudulentos para los vehículos robados.
- 🏠 **Operaciones en diferentes localidades**: Los allanamientos se extendieron por varios barrios de Buenos Aires y localidades cercanas.
- ⚰️ **Muerte de "Lokote"**: Noberto Medina falleció en un accidente mientras escapaba de la Policía el 20 de junio de este año.
- 📉 **Evidencia recuperada**: En las redadas se encontraron vehículos robados, autopartes y herramientas para el crimen.
- 👮 **Condiciones delictivas**: La organización utilizaba métodos sofisticados para robar y ocultar los vehículos, como un inhibidor de señales.
No eran solo padre e hijo, sino que también lideraban una megabanda que robaba y vendía camionetas 4x4 de alta gama. Antes, habían sido condenados por la explotación de un prostíbulo en el barrio de Flores. El mayor de ellos murió "en su ley" mientras escapaba de la Policía.
La historia de Noberto Gustavo Medina (60), alias "Lokote", y de su hijo, Jonathan Eugenio (35), conocido como "Pepinucho", estuvo siempre ligada al delito.
Ambos están acusados de al menos 94 robos de camionetas, en su mayoría Toyota Hilux.
En varias ocasiones, ellos mismos tercerizaban la sustracción de los vehículos para luego venderlos en el exterior por una suma "accesible": entre 6.000 y 7.000 dólares.
"Pepinucho” aparece en los registros comerciales como prestador de servicios de “asesoramiento, dirección y gestión empresarial”. Para la Justicia, es el líder de una organización compuesta por cerca de 20 personas, entre familiares y amigos.
Junto a él fueron imputadas 13 personas. Cada uno cumplía un rol determinado en el trabajo: algunos “levantaban” -robaban- los autos; otros se encargaban venderlos; otros falsificaban la documentación y patentes y hasta había contadores para llevar adelante las finanzas de la banda.
También reclutaron a un hombre con tobillera electrónica, encargado de hacer los movimientos de dinero.
La organización fue desarticulada luego de 29 allanamientos realizados por la División Sustracción Automotores y Autopartes de la Policía de la Ciudad, por orden del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 10, a cargo del juez Fernando Caunedo.
“Era una banda terrible. Estaban muy bien organizada”, precisó a Clarín un investigador.
Más de 60 mil archivos fueron analizados por los detectives de la Policía porteña para identificar a todos los participes de la organización. Todo comenzó en abril con la detención de tres personas, entre ellas el “número 3” del grupo, ladero de “Pepinucho” y su padre.
“Se le secuestró un teléfono celular y comenzaron a analizar los mensajes y archivos. Fueron varios meses donde se sacó toda la composición de la banda”, explicó la fuente consultada.
Las camionetas Toyota Hilux con y sin cabina eran el objetivo. La particularidad de esta organización es que uno de los modos para hacerse de las unidades era “tercerizar” los robos, es decir, pagarles a otras bandas para que roben en provincia y entregar las camionetas en la Ciudad, en el barrio de Villa Devoto.
“Pagaban entre un 1.500.000 y 2.000.000 de pesos por camioneta. Luego la vendían entre 6.000 y 7.000 dólares”, explicó. Los modelos SUV (cerradas) tenían como destino Bolivia, mientras que las abiertas, con cúpula, eran adquiridas en Paraguay.
“Se llevaban de a cinco o seis camionetas”, añadió el investigador. En el interior del país también se vendían las autopartes de las camionetas, que antes habían sido desguazadas.
El trabajo de la banda no solo se limitaba a robar las camionetas y venderlas. Entre las operaciones que realizaban, había tres imprenteros que confeccionaban la documentación de los vehículos.
“Hacían los papeles, las chapas patentes, los grabados de cristales y las autopartes. Los imprenteros eran tres y con muchos años de oficio y varios antecedentes por el mismo delito. Como tenían todos los papeles hechos, era difícil ser detectadas”, apuntó.
Los investigadores realizaron diferentes operativos para dar con la banda en los barrios porteños de Monte Castro (donde se encontraba el centro de operaciones de “Pepinucho”), Flores, Caballito y Villa del Parque.
También, en las localidades bonaerenses de Caseros, Del Viso, San Fernando, San Martín, González Catán, Tortuguitas, Ciudadela, Virrey del Pino, José León Suárez, Quilmes, Villa Ballester, Rafael Castillo y Bragado, a 200 kilómetros al oeste de la Capital Federal.
“Mi tío me dijo dos palos y medio y 50 te voy a dar a vos. Decile que no se haga el boludo y que cumpla con su palabra. Reenviale este audio si querés”. Este fue uno de los mensajes del líder de la banda al pactar la “compra” de una de las camionetas.
Antes de ser vendidas al extranjero, los ladrones “enfriaban” las camionetas en un estacionamiento que la familia tenía en Villa Devoto. También operaban en una casaquinta en Tortuguitas, donde se realizaban los cortes de los vehículos.
En la zona no llamaba la atención ni los lectores de patentes alertaban que eran robadas porque ya llegaban con la patente cambiada.
Otro de los encargados de llevar adelante esta organización era "Lokote" Medina, padre de “Pepinucho", quien estaba a cargo principalmente del corte de los vehículos.
“Siempre se dedicó a lo mismo. Falleció en Moreno en un accidente de tránsito. Por la información que se recibió, venía escapando de la Policía”, relató un investigador.
Una fuente judicial confirmó a Clarín que Medina murió el 20 de junio de este año luego de permanecer internado dos semanas.
El hombre iba de acompañante en una camioneta Fiat Fiorino cuando el conductor evadió un control policial en José C. Paz. Allí se inició una persecución que se extendió hasta Moreno, hasta que la camioneta chocó con un patrullero y volcó.
Lo sorpresivo del caso es que la Policía halló dentro de la camioneta varias autopartes de distintos vehículos, por lo que al conductor se lo imputó, además del "homicidio culposo" de Medina, del delito de "encubrimiento".
En 2019, los Medina estuvieron envueltos en una causa donde se los acusó de integrar una organización que, junto a otras personas, explotaba mujeres en dos prostíbulos de Flores.
El juez Fernando Machado, a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal 3 de Capital, consideró en su fallo -al que tuvo acceso Clarín- que los Medina "mantuvieron dentro de la organización un rol preponderante en la toma de decisiones, en el manejo y la administración de los prostíbulos y del negocio de explotación sexual montado".
Para el juez, se probó que padre e hijo produjeron "la captación, el traslado y el acogimiento de diversas mujeres, finalmente explotadas sexualmente en ambos establecimientos, a través de la prostitución”.
En un juicio abreviado, en 2021, los condenó a ambos a la pena de cuatro años de prisión como coautores del delito de "explotación económica de la prostitución ajena".
En los 29 allanamientos, se secuestraron nueve vehículos (tres robados y seis con sus numeraciones adulteradas) y miles de autopartes, 500 de ellas en una quinta de Tortuguitas.
También se recuperaron seis computadoras de ignición de Toyota Hilux y una camioneta de ese modelo con pedido de secuestro por robo en mayo último en Morón.
Además, había un inhibidor de señales de diez antenas, que alcanza una distancia de 500 metros, por lo cual los investigadores estiman que esa era la fórmula de levantar los vehículos.
Entre las autopartes hallaron ruedas, paragolpes, guardabarros, volantes, motores, puertas, butacas, espejos, cajas de cambio, sistemas eléctricos y las computadoras de ignición.
EMJ