Javier Milei habilitó la "timba apta todo público"
En todo el mundo los reguladores afirman que los inversores minoristas no conocen los instrumentos financieros ni sus riesgos. Mucho menos los chicos de 13 años.
- 👶 **Apertura de cuentas**: Desde el 3 de octubre, la CNV permite que menores de 13 años inviertan en el mercado de capitales.
- 📚 **Educación financiera prioritaria**: Antes de invertir, es esencial que se imponga una educación financiera protectora y adecuada para los jóvenes.
- ⚠️ **Riesgos de inversión**: La falta de experiencia en inversiones puede llevar a pérdidas significativas, especialmente en menores.
- 🛡️ **Prevención de fraudes**: Las crisis financieras de décadas pasadas muestran la necesidad de proteger a inversores inexperimentados contra estafas y fraudes.
- 🇨🇦 **Referencias internacionales**: Otros países como Canadá destacan problemas similares de comprensión de los mercados incluso entre adultos educados.
- 🎓 **Simulaciones y formación**: Se sugiere implementar simulaciones bursátiles y educación formal en finanzas en la secundaria antes de permitir inversiones reales.
- 🔍 **Regulaciones necesarias**: La falta de controles adecuados podría llevar a una exposición indebida de menores al riesgo financiero.
- 🤝 **Colaboración pública y privada**: Es vital una campaña conjunta entre el sector público y privado para una mejor educación financiera y protección al inversor.
- 🚦 **Etapas de inversión**: Se propone comenzar con educación y simulaciones, luego permitir operaciones a partir de los 16 años con resguardos.
La Comisión Nacional de Valores emitió el 3 de octubre la Resolución General 1023, que habilita la apertura de cuentas para invertir en el mercado de capitales a menores de 18 años, a partir de los 13 años.
Quiero dar mi opinión sobre el tema a partir de mi experiencia de 8 años en el Directorio de la CNV, tres años como vicepresidente y 5 años como presidente del organismo y con ejercicio como docente en Finanzas y en Mercado de Capitales en diversas Universidades por más de 20 años.
Es importante que haya un desarrollo del mercado de capitales y una ampliación de la base inversora. Tal desarrollo debe ser sano y vinculado a conectar el ahorro con la economía real. El martillo no es bueno ni malo, sino que depende quien y para que lo utilice.
Voy a referirme primero a una cuestión general. Para promover la inclusión financiera primero debe haber una educación mínima y una adecuada protección al inversor por parte del regulador. Para luego referirme en particular a algo más delicado que permite la norma: el acceso al mercado de un segmento menos formado, con menos experiencia y como tal más vulnerable que el público en general: los pre-adolescentes.
El mundo ha vivido reiteradas crisis en las últimas décadas por una regulación insuficiente o inadecuada. En muchos casos los inversores, aún con experiencia y formación han sufrido grandes pérdidas por no valorar los riesgos o han sido víctimas de fraudes.
En el ejercicio de mi cargo participé 8 años en discusiones globales sobre educación financiera y protección al inversor. En mi última reunión en la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO) en septiembre de 2014, antes de asumir el cargo de Presidente del Banco Central, un grupo de trabajo en el que participó la CNV de Argentina emitió el Informe Final FR 09/2014 publicado en octubre de ese año “Marco para la Educación al Inversor y la Alfabetización Financiera” donde destaca la importancia de la educación financiera como forma de proteger a los inversores y generar un desarrollo financiero de largo plazo que evite pérdidas y fraudes.
A principios de los años 90 la Argentina conoció diversas experiencias fallidas. Tras la exitosa compra por inversores minoristas de las acciones de Telefónica de Argentina en el marco de su privatización, más de un millón de argentinos se lanzaron a comprar acciones de Telecom (en muchos casos endeudándose en el sistema financiero) creyendo que las acciones iban a subir eternamente. Llegó el efecto tequila en 1994 y los inversores tuvieron grandes pérdidas.
Lo mismo sucedió en 1997 muchos argentinos se volcaron a comprar fondos comunes de inversión creyendo que los fondos eran “plazos fijos más rentables”. Luego de la crisis asiática los inversores sufrieron grandes pérdidas y la industria de FCI tuvo varios años de salida de inversores defraudados por una venta engañosa. Otra experiencia fallida en España depósitos de capital variable que hicieron que muchos españoles perdieran gran parte de su capital.
Hasta acá hablamos de riesgos en el sistema. Ni hablar de numerosos casos de ciudadanos que tuvieron pérdidas por fraudes con estafas piramidales en todo el mundo. Desde el caso Madoff que estafó a medio Hollywood, hasta casos locales desde Generación Zoe hasta el caso conocido en San Pedro (Rainbowex) días atrás. En el medio varias plataformas de criptomonedas (ej. Thodex) donde los intermediarios se fugaron con dinero del público.
En este contexto la CNV flexibilizó un mes atrás el concepto de ofertas privadas, lo que limita la capacidad preventiva de la CNV de intimar al cese a ofertas públicas irregulares.
Entonces no hay que poner el carro delante de los caballos, antes de promover inversiones y facilitar el acceso al mercado, es necesario primero una estrategia nacional de educación financiera. En todo el mundo los reguladores afirman que los inversores minoristas no conocen los instrumentos financieros ni sus riesgos. Mucho menos los chicos de 13 años.
En el citado reporte de IOSCO, Canadá uno de los países con mejores niveles educativos señaló que el 40% de la población evaluada, falló en diversos test generales de conocimiento del mercado de capitales.
Recuerdo que en 2008 en una reunión del grupo de tareas de IOSCO de evaluación de la crisis subprime el titular de la FSA (el entonces regulador financiero inglés) comentó que el 86% de la población británica no podía diferenciar entre una tasa de interés nominal y una tasa efectiva. ¿Cómo estamos en el PAIS donde el propio gobierno reconoce falencias en matemáticas?.
El informe de IOSCO señala que estas situaciones de peligro para los inversores son habituales. Cito textual. “Los miembros de IOSCO ven con frecuencia casos de inversores minoristas que pierden dinero que no esperan perder o que no se pueden permitir perder. El motivo es el desfase que existe entre la comprensión del riesgo por parte del inversor (y el nivel de riesgo que es apropiado para ellos) y el verdadero nivel de riesgo al que pudieran estar expuestos a través de la inversión. Este desfase lleva a decisiones mal informadas, con potenciales pérdidas significativas y daño emocional a los inversores.
Conforme a los principios de IOSCO, los miembros de IOSCO generalmente participan activamente en la formación del inversor como una manera de solventar este desfase. De este modo, la formación del inversor contribuye a los objetivos más amplios de IOSCO de protección del inversor y es una parte importante de las herramientas regulatorias, en combinación con las actividades de vigilancia y supervisión”.
Este último punto es relevante si el propio Gobierno reconoce que hay una crisis en el sistema educativo y por otro lado los reguladores financieros y la CNV no han tenido en los últimos años un rol activo en la supervisión del mercado de capitales, función que la propia ley de mercado de capitales impone.
Desde la CNV propusimos dicha ley (26.831) en 2012 con el apoyo del entonces oficialismo y gran parte de la oposición, en el convencimiento que un regulador fuerte permite dar confianza al mercado. Criterio que se ha generalizado en todo el mundo a partir de las reiteras crisis sistémicas y fraudes globales.
Lo dicho es muy peligroso, que sin un regulador atento permitir una exposición directa de menores de edad, especialmente no solo por la falta de formación para valorar los riesgos, sino por la lógica inmadurez emocional para entender las implicancias de sus decisiones. ¿Populismo etario?.
Lo expuesto es aún más peligroso en el caso de los menores de 13 a 15 años. Por algo las decisiones fundamentales como el ejercicio del voto son a partir de los 16 años, siendo obligatorio desde los 18 años.
Para poder operar en el mercado de capitales en forma consciente se requiere una formación básica y no tan elemental en matemáticas, historia, economía y finanzas de la cual no se dispone en los inicios de la educación secundaria.
Si no tales “inversiones” se transforman en una timba con semejanzas con los perniciosos efectos de las apuestas deportivas al alcance del público, que desarrollan ludopatías con riesgos económicos y psicosociales graves en adolescentes y jóvenes.
Entre 2009 y 2014 impulsamos desde la CNV diversas herramientas para la educación financiera, un blog separado de formación, la introducción obligatoria de test a los inversores, campañas masivas en medios públicos de educación, etc. Una verdadera educación financiera.
Un ejemplo en Futbol para Todos se hacían spots explicando que son las acciones, los bonos, etc. Dando publicidad al blog de formación CNV. Esto fue previo a estimular la operación a minoristas como las exitosas colocaciones minoristas de bonos de YPF e INVAP (2013-2015), no solo por el rendimiento, sino por la alineación de buenas inversiones para minoristas con financiamiento productivo y desarrollo del mercado.
Luego desde el Banco Central en 2014 y 2015 profundizamos campañas nacionales de educación financiera que el Banco había empezado en 2005. Ello incluía la generación de material didáctico, formación a docentes, incorporación de economía a la curricula secundaria, etc., actividades en colegios de todo el país. Porque muchos docentes secundarios y aún universitarios en economía desconocen el mercado de capitales. También un acuerdo del Banco Central y el entonces Ministerio de Educación para impulsar conocimientos financieros para aquellos menores que no habían terminado el secundario.
Tales esfuerzos como la protección al consumidor financiero fueron abandonadas desde 2015, por la CNV y el BCRA con el argumento de que lo debía hacer el sector privado. Pero como reconoce IOSCO solo los reguladores tienen la imparcialidad para dar información objetiva, sin el sesgo de la “pseudo” formación como promoción de venta de instrumentos.
Como se vio en el mundo durante la crisis 2008-2009 hubo un tendal de inversores estafados por la venta de productos complejos al público con vendedores “a comisión” por ventas y ejecutivos con “bonus” por ganancias de corto plazo lo que generaron perniciosos incentivos que ampliaron las imperfecciones del mercado.
Así poner a menores de edad a invertir sin formación es como poner a la gente a pilotear aviones sin previamente usar simuladores de vuelo. ¿Muy peligroso no?.
Entonces la posibilidad de dar acceso a comprar instrumentos de mercado de capitales debe ser un punto de llegada y no un punto de partida. A nivel universitario o en los últimos años del secundario, con participación de los mercados se efectúan simulaciones bursátiles, donde los inversores administran una cartera teórica sin emplear dinero real. ¿No es necesario ir paso por paso?
Primero educar, luego simular y por último, dadas todas esas condiciones y con una CNV activa y atenta, educando y sancionando a quienes hacen las cosas mal. Probablemente empezando inicialmente desde los 16 años con debidos resguardos. La Resolución General no incluye condiciones, instrumentos elegibles, topes, para garantizar la minimización de riesgos.
Es difícil pensar que menores de edad en la mayoría de los casos puedan en este contexto económico, social y educativo, con tantas urgencias económicas, estar en condiciones de operar en forma informada y responsable. Y tampoco la mayoría de sus padres valorar los riesgos para sus hijos.
La Resolución de la CNV no cita ningún caso concreto de países que permitan a menores invertir porque en los países desarrollados y emergentes relevantes se ponen los caballos delante del carro.
Claramente la experiencia no puede ser exitosa sin cumplir etapas previas de formación tanto de adolescentes como de sus padres y docentes, un fortalecimiento educativo e institucional y debidos controles y resguardos que garanticen buenas prácticas.
La CNV debería entonces impulsar una campaña nacional de educación financiera ciudadana, junto al Banco Central, secretarías de Educación, en el marco de una mejora de la educación nacional y de adecuados incentivos económicos para permitir un sano desarrollo del mercado de capitales. Eso requiere la concurrencia del sector público y el sector privado para garantizar transparencia y protección al inversor.