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Los mercados en el día 100: entre la euforia por el ajustazo y las dudas por la fragilidad del proceso

Los mercados en el día 100: entre la euforia por el ajustazo y las dudas por la fragilidad del proceso
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Mientras la economía real se derrite, suben las acciones y los bonos. El Gobierno festeja los números en el plano financiero. Qué miran el FMI y los inversores.

La foto del día 100 del Gobierno encuentra al mercado envuelto de euforia. Vuelan las acciones y los bonos, baja el riesgo país. La City celebra el ajustazo a velocidad récord de los primeros tres meses de Javier Milei con cuantiosas ganancias. No obstante, no hay cheque en blanco ni en la arena local ni en el eje Washington-Nueva York, y sobrevuelan las dudas respecto de la fragilidad del proceso en marcha.

El paquete aplicado hasta ahora (megadevaluación inicial, ajuste fiscal y monetario, licuadora y desregulación) deja un escenario dual. La economía real languidece al compás del derrumbe del salario real (17,9% entre diciembre y enero en el sector formal), de las jubilaciones (alrededor del 20% en tres meses) y del consumo. Los indicadores financieros crecen ante el entusiasmo que despertaron entre los grandes jugadores de la City el superávit financiero del primer bimestre de 2024, la reducción de la hoja de balance del Banco Central y el hecho de que, a pesar de las múltiples protestas, el Gobierno no enfrente por ahora un desborde social. “Un escenario difícil de imaginar de antemano”, señaló un mesadinerista.

Este martes, el día 100, los activos argentinos seguían en alza. Al cierre de esta nota, el Merval subía 0,5% y, medido en dólar CCL, acumulaba una ganancia del 10,1% en el mes; el bono soberano en dólares AL30 superaba los u$s50 por primera vez desde el canje de 2020, tras un incremento en lo que va de marzo también superior al 10%; y el riesgo país acumulaba una baja mensual de similares magnitudes hasta los 1.539 puntos básicos. Arrastrada por la sobreoferta que genera la liquidación del 20% de las exportaciones en el contado con liquidación (y una demanda planchada por la licuación de los pesos de la economía), la brecha cambiaria oscila en torno a sus mínimos.

Sin embargo, esa euforia no parece ser ciega. Los analistas del mercado observan que el ajuste realizado hasta acá es endeble. Y hay dudas sobre cómo encarará el Gobierno sus próximos pasos: deberá resolver, por lo pronto, qué respuesta darle al sector agropecuario, que presiona por un tipo de cambio más elevado (el dólar blend actual en términos reales ya es menor al de los anteriores programas de incremento exportador) en la antesala del momento más dinámico de la cosecha gruesa. Una unificación cambiaria que podría llevar más tiempo y la negociación con el Fondo Monetario Internacional también aparecen en el radar.

En Washington, la preocupación pasa por la sostenibilidad social y política: que Milei y Luis Caputo no se pasen de rosca para que la continuidad del shock de ajuste no entre en riesgo. En un cuadro inédito, Gita Gopinath, la número 2 del FMI, y Mark Stanley, embajador de Estados Unidos en Argentina, expusieron a un Gobierno a la derecha del propio organismo. Los enviados del norte celebraron la ortodoxia fiscal y monetaria y el plan de desregulación y achicamiento del Estado, pero plantearon su preocupación por “el impacto en los más vulnerables”. Gopinath incluso pidió moderar la licuación de jubilaciones y salarios.

De hecho, la negociación que inició el Gobierno con el Fondo de cara a un nuevo programa aparece como una posta clave para las ambiciones oficiales. Milei dijo que, si dispusiera de u$s15.000 millones más, abriría de inmediato el cepo cambiario y contó que la posibilidad de acceder a nuevo endeudamiento aparece en conversaciones con el organismo y con fondos de inversión de Wall Street. Los dólares frescos del FMI aún no están garantizados y, en estos primeros 100 días, tampoco hubo novedades respecto del financiamiento de bancos extranjeros que prometía el Presidente antes de asumir. Al menos por ahora, la postura del establishment financiero global pareciera ser “ver resultados concretos y sostenibles para terminar de creer”. Veremos qué pasa en las próximas semanas.

Mientras tanto, la consultora 1816, una de las más consumidas en la City, sintetizó el escenario. “En los primeros tres meses de Milei, el Gobierno avanzó fuerte en la corrección de desequilibrios macro”, señaló y enumeró: compra de divisas por parte del BCRA por más de u$s10.000 millones, superávit financiero, ajuste de precios relativos, desaceleración de la inflación en febrero tras el fogonazo inicial y la “paciencia” de la población a pesar de la caída de los ingresos y del consumo. “Más que esto el mercado no puede pedir”, afirmó.

Aunque matizó lo anterior. La consultora consideró que “la situación no deja de ser precaria, frágil” por dos razones: “Primero, porque la mejora de los fundamentos se basa en parte en cosas no sostenibles: las reservas suben por importaciones pisadas; hay superávit fiscal por licuación de jubilaciones, gastos no pagados (por ejemplo, Cammesa) e impuesto PAIS; y la inflación baja por la fuerte recesión y por el crawling peg de 2% mensual. Segundo, porque la aritmética política es desfavorable a Milei, como se vio en la votación de la Ley Bases en Diputados y del DNU en el Senado. El DNU sigue vigente, pero es una incógnita cómo votará la Cámara Baja”. De momento, esos factores no inciden en la marcha de las operaciones bursátiles.

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