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Martín Rappallini: “La apertura y el peso del Estado son tan malos como tener un mercado cerrado”

Martín Rappallini: “La apertura y el peso del Estado son tan malos como tener un mercado cerrado”
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La UIA tiene nuevo titular para una etapa en la que buscará reivindicar el valor social de la industria. Con emoción notoria y una hinchada de industriales bonaerenses, asumieron las nuevas autoridades.

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  • 🌊 **Temor a un tsunami de importaciones:** Rappallini asume la presidencia de la UIA en un contexto de apertura de importaciones y desafíos económicos.
  • 📈 **Apoyo de grandes empresas:** Rappallini cuenta con el respaldo de importantes industrias y planea ser firme ante el Gobierno de Javier Milei.
  • 💬 **Apertura de importaciones:** Advierte que una apertura excesiva puede ser tan perjudicial como un cierre total de la economía y enfatiza la necesidad de escuchar a voces como la de Donald Trump sobre el papel de la industria.
  • ⚖️ **Busca igualdad de condiciones:** Propone mejorar las condiciones de producción local para competir con importaciones, alineándose a las políticas del Gobierno en cuanto a inflación y gastos públicos.
  • 💰 **Preocupación por costos:** Rappallini menciona que los costos en dólares son un problema continuado y que deben ser abordados para no quedar fuera del mercado global.
  • 🚌 **Prioridades reformistas:** Enfatiza la necesidad de reformas fiscales y laborales para mejorar la competitividad del sector industrial en el país.
  • 🏭 **Diversidad sectorial:** Reconoce que la situación varía entre sectores, mencionando que la venta de automóviles está en aumento, mientras que el sector textil enfrenta dificultades.
  • 🔧 **Busca un nuevo contrato productivo:** Aboga por un enfoque equilibrado entre apertura de mercado y apoyo a la industria local para lograr un desarrollo sostenible.
  • 🤝 **Inclusión de pymes:** Se compromete a trabajar en favor de las pequeñas y medianas empresas, que constituyen el 70% del sector industrial.
  • 🔄 **Cambio de gestión:** Reconoce que su gestión enfrentará problemas diferentes a los de su predecesor debido a los cambios en el panorama económico y político.

El temor a un tsunami de importaciones en un contexto de impuestos estáticos, Estados Unidos reconfigurando el mapa global y costos en dólares para producir que superan a los de los países vecinos. Ese es el escenario en el que Martín Rappallini asumió la presidencia de una Unión Industrial Argentina (UIA) fortalecida por las grandes empresas y con la intención de endurecer la postura frente al Gobierno de Javier Milei, que dejó para lo último un plan productivo.

Rappallini dio su primer discurso en la sede fabril, con emoción notoria y una hinchada de industriales bonaerenses que lo aplaudió varias veces, de forma extendida y fuerte. El clima era de festejo y de aliento al nuevo líder, que estuvo más de una hora abrazando y saludando colegas. Daniel Funes de Rioja, su antecesor, se despidió al término de la asamblea y luego de las palabras del flamante titular y saludos afectuosos, salió tranquilo por el hall hacia Avenida de Mayo.

En una entrevista exclusiva con PERFIL, el flamante titular planteó que la apertura indiscriminada de importaciones es tan dañina como una economía completamente cerrada y pidió escuchar con atención a Donald Trump para reivindicar el rol de la industria en la sociedad y cómo, al apartarla, perdió riqueza.

—Estás asumiendo como titular de la UIA en un momento de apertura de importaciones y poco desarrollo de una política industrial por parte del Gobierno, ¿cuál va a ser tu desafío?

—Nosotros estamos de acuerdo con el orden macroeconómico, el plan para bajar la inflación y el gasto público, pero entendemos que el proceso de normalización de la economía también requiere que la industria se pueda adaptar a este nuevo escenario. Entonces, lo que planteamos es que, a medida que se mejore una condición de importación, haya una mejora o se igualen las condiciones para el local. Creemos que tenemos que trabajar en construir competitividad, porque es la única manera que vamos a lograr un sector industrial sustentable en el tiempo. Estamos en diálogo con el Gobierno para ver cómo lo impulsamos.

—¿Vos ves que haya intención de una baja de impuestos, mientras la apertura comercial sigue acelerándose?

—Yo creo que es importante darle igualdad de condiciones a los que producen con sus competidores, porque es lo que está pasando a nivel global. Si vos le mejorás las condiciones a los productores de otros países, nuestra industria va a sufrir y nosotros lo que queremos es que, de la misma manera que el Gobierno está mejorando distintas áreas, nosotros también podamos mejorar, pero con los tiempos acompañándose.

—¿Se puede mejorar la competitividad con este tipo de cambio? ¿Es un dólar que sirva para exportar?

—Las devaluaciones no solucionan nada, porque a los dos meses los precios vuelven a ser los mismos. Lo único que ganamos es más pobreza, más caída. Hay que darle urgencia a las reformas. Hay cadenas de valor muy cargadas de distorsiones que no solamente hay que pensarlas a nivel nacional, sino también rever impuestos locales. Hay que poner sobre la mesa la presión fiscal del sector industrial y, ni hablar, de la adecuación laboral.

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—¿Preocupa aún la suba de los costos en dólares?

—Ese es un problema que tuvimos durante el último año con un dólar estable e inflación alta en pesos. Entonces, hay que trabajar fuerte para que esos costos no nos dejen afuera de la competencia. En el mundo es la agenda: no estamos inventando nada. Brasil está con el mismo problema, Paraguay también. Hay países que están subsidiando la exportación, ayudando a sus empresas para que puedan penetrar en otros mercados y no es un fair play, porque estamos viendo que lo denuncian Estados Unidos, Europa. La industria está tomando un rol distinto y le queremos dar valor, eso es lo importante y esperemos que Argentina tome conciencia de eso. Hay que darle urgencia a las reformas para bajar el costo argentino.

—¿Qué reformas crees que son prioritarias o urgentes?

—Sobre todo, la impositiva. Tenemos cadenas de valor muy cargadas de distorsiones no solamente a nivel nacional, sino también a nivel local, de las municipalidades y las provincias. Hay que poner sobre la mesa toda la presión fiscal y ni hablar de la adecuación laboral, la inversión en infraestructura, el financiamiento. Tenemos que bajar la tasa de interés, porque nosotros estamos en una deflación importante de precios. La industria está por debajo de la inflación general: si está al 3%, nosotros estamos en 1,2%. Los precios de nuestros productos no crecen y queremos trabajar en los costos para ir adecuándose a la competencia global y necesitamos acompañamiento en el financiamiento.

—Hablaste en tu discurso de una nueva normativa que equilibre la condiciones de la industria, ¿van a insistir con la ley Pyme (mini RIGI) o van a proponer un proyecto nuevo?

—No, yo creo que el mini RIGI tiene aspectos muy puntuales, como la amortización de inversiones y el capitulo laboral, que son muy importantes. Son rebajas incrementales y no tienen impacto fiscal, pero hay que mirar al futuro. Tienen que haber rebajas que estén relacionadas con el costo del sector transable. El esfuerzo del Gobierno tiene que ser para el sector que quieren que compita con el mundo. Sino quedás fuera del juego.

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—Bueno, pero para el Gobierno las empresas que no se reconviertan van a quedar fuera del juego…

—El punto ahi es, ¿la empresa es ineficiente? Bueno, entonces ahí deberíamos ayudarla para que sea eficiente. El problema es cuando las empresas tengan que cerrar, no por el problema de ser eficientes o competentes, sino por el problema del peso del Estado. Por eso hay zonas francas en Uruguay, por ejemplo, porque se están dando cuenta que el que produce tiene que tener condiciones para el mercado con el cual compite.

—¿Hay algún sector industrial que tenga dificultades para adaptarse?

—Hay. La realidad económica del sector industrial es heterogénea, donde tenés a, por ejemplo, la venta de los automóviles, que están repuntando muy fuerte. El consumo masivo, en caída, o el textil que está más golpeado. Hay que ir siguiendo el día a día de cada uno.

—¿Cuánto se puede dificultar el contexto con la política de aranceles que aplicó Estados Unidos?

—Es algo que resalté en mi discurso. Donald Trump dijo que el objetivo fundamental es que EE.UU. sea el país más barato para producir. Va a tener una mirada diferencial para todo lo que es el sistema productivo, porque lo que le pasó al país es que muchas veces, como tercerizan, se perdió mucha productividad en el medio. Cuando la lógica es diseñar y vender, con el tiempo te das cuenta que perdés toda la ganancia productiva, perdés gente capacitada y perdés, al final, el negocio.

En cambio, en una cadena productiva vas a prueba y error y vas mejorando los productos, ya tenés el diseño, desarrollar márgenes comerciales. La desindustrialización le causó pérdidas. Es una forma de reivindicar ese valor. El concepto es que la riqueza regresa, porque vos podés cotizar en Bolsa, pero tenés que reflejar esa realidad. ¿Cuánto más puede durar una empresa que cotiza en Bolsa, que la que produce a menor costo y mayor calidad?

—¿Entonces planteás que este Gobierno alineado con Estados Unidos debería adoptar esas formas?

—No, yo creo que la industria a nivel global tiene una dimensión, se le ha dado un valor fundamental en el rol que tiene como sociedad y cómo forma parte de la riqueza de un país. Tu empresa puede cotizar miles de millones de dólares, pero si no sos competitivo, no servís. También pasa cuando la economía está cerrada y las compañías se van apagando de a poquito, no crecen ni generan empleo. Bueno, la integración es el desafío ahí, porque es tan mala la apertura total con el peso del Estado como tener un mercado completamente cerrado. Tenemos que hacer un camino inteligente, un nuevo contrato de desarrollo productivo.

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—En la nueva conformación de la UIA hay presencia fuerte de varias empresas, como Arcor, Ledesma y Techint. ¿Lo sentís como un respaldo?

—Hoy lo dijo Daniel (Funes de Rioja): a veces quizás elige la entidad de base. Hay quienes tienen una representación porque ya tenían los lugares y otras veces se va viendo, depende de cómo se estructura el Comité Ejecutivo. Pero además de las grandes, hay que tener en cuenta que el 70% de la industria son pymes.

—El año pasado hubo roces, porque las que más sufrieron el ajuste fueron las pymes y a las grandes les llegó más adelante, ¿cómo vas a hacer esa integración?

—Vamos a trabajar por todos, ya estámos haciéndolo con los distintos sectores. Ya tenemos propuestas para bajar el costo, sobre todo, a las pymes industriales y a las que tienen más impacto y más sensibles son. Por ahora no quiero adelantar, pero en los próximos meses ya le vamos a estar haciendo presentaciones al Gobierno.

—¿En qué crees que se va a diferenciar tu gestión a la anterior?

—Es incomparable porque son dos etapas distintas que nos tocan, con dos gobiernos distintos. Enconces la realidad cambia y la gestión cambia. A veces crecer es cambiar de problemas, entonces hay que afrontarlos de otra manera.

AM/ML

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