La orden de detención de Edmundo González se venía anunciando en el marco de la crisis política abierta en el país donde Maduro se ha autoproclamado presidente reelecto en un proceso de fraude electoral, y luego que pasado más de un mes el Consejo Nacional Electoral no ha publicado las actas electorales y el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ratificara el anuncio del poder electoral. La orden de captura detalla que la solicitud surge por la presunta comisión de los delitos de usurpación de funciones, forjamiento de documento público, instigación a la desobediencia de leyes, conspiración, sabotaje a daños de sistemas y asociación.

Se considera que la aceleración de la orden de detención de Edmundo González, obedece a que Estados Unidos confiscara este mismo lunes 2 de septiembre por la mañana el avión presidencial de Venezuela, aeronave que se encontraba en República Dominicana y fuera trasladada al sur de Florida. El portavoz del Departamento de Justicia argumentó que la aeronave fue incautada por Estados Unidos, debido a “violaciones de las leyes estadounidenses de control de exportaciones y sanciones”.

La incautación se produce en medio de la renovada tensión entre Washington y Caracas y en el marco de las sanciones que pesan sobre Venezuela. De acuerdo a la Justicia estadounidense el confisco del avión fue con la colaboración de República Dominicana país con el que Venezuela ha roto relaciones diplomáticas luego de que no reconociera a Maduro como presidente reelecto.

La respuesta de Venezuela con respecto a la confiscación del avión no tardó en llegar: "La República Bolivariana de Venezuela denuncia ante la comunidad internacional que una vez más, las autoridades de los Estados Unidos de América, en una práctica criminal reincidente que no puede ser calificada de otra cosa que no sea de piratería, ha confiscado ilegalmente una aeronave que ha venido siendo utilizada por el Presidente de la República”. Y a las pocas horas se daba la orden de detención del candidato de la oposición de la derecha Edmundo González.

Una vez más estamos ante movidas políticas de ambos bandos reaccionarios, en el que Estados Unidos vuelve a mover sus fichas. Si bien ya se sabía de todo el proceso de cercamiento a lo interno por parte del gobierno nacional hacia María Corina y Edmundo González, tanto por los encarcelamientos previos a la elección como a posterior al 28 de julio, y se venía anunciando la orden de aprehensión de González, aún no se había emitido ninguna orden del Estado en ese sentido. Pero los tiempos se han acelerado con la nueva medida de presión de Estados Unidos de incautar el avión presidencial, una propiedad del Estado venezolano, una acción bastante grave. Considerándose la orden de aprehensión como una contra respuesta.

El Gobierno de Maduro por un lado ha escalado aún más su nivel represivo y autoritario luego del 28 de julio con las detenciones de importantes representantes de la oposición, al tiempo que sabemos que altos funcionarios del gobierno venezolanos siguen siendo sometidos solicitudes de captura, incluyendo cuantiosas recompensas económicas y sanciones personales por parte de Estados Unidos, además de las asfixias económicas al país, que si bien se han venido relajando a gusto y placer de las necesidades petroleras de Estados Unidos y grandes sectores empresariales.

Se vive un episodio más de una confrontación entra ambos bandos reaccionarios, en una situación, por la extrema debilidad del movimiento obrero y popular, viene teniendo como protagonistas, no a las masas venezolanas –salvo el breve interregno del lunes 29 de julio-, sino a estos sectores reaccionarios que se disputan el control del país. En esta confrontación nuevamente aparece Estados Unidos con sus políticas agresivas, hay que repudiar todas las acciones imperialistas, sanciones y medidas confiscatorias de activos de propiedad del Estado Venezolano.

Como planteamos en otros artículos en La Izquierda Diario, los trabajadores y el pueblo venezolano tienen a su frente a dos grandes enemigos de sus intereses que se disputan el poder. Un gobierno asentado con la represión que seguramente dará un salto si termina de sostenerse, que mantiene grandes negocios con transnacionales imperialistas y dispuesto a seguir negociando la deuda e incluso de volver con el FMI para obtener financiamiento internacional, realizando uno de los planes capitalistas de los más terribles contra los trabajadores.

Al acecho, una derecha proimperialista dirigida esta vez por María Corina Machado, trumpista y admiradora de los planes de Milei y de la derecha internacional –incluso enfatizando en pleno genocidio su alineamiento con Israel–, sirviente del imperialismo a más no poder, que ha aclamado el intervencionismo, las sanciones y hasta la intervención militar. Un gobierno proimperialista y de la derecha trumpista, que incluso con legitimización de los votos, será también uno de los gobiernos más antiobreros y entreguistas. Ambos son responsables de la tragedia que vive el país.

Los ojos del mundo se siguen concentrando en lo que pasaba en Venezuela, con una crisis que aún no se ha terminado de cerrar y aún no está claro cómo se va a salir de la misma, pero todos los escenarios tanto de la derecha como del gobierno de Maduro, ninguno es favorable para el pueblo trabajador, por eso una alternativa es la necesidad de luchar por un polo independiente de Maduro, la derecha y del imperialismo.

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