Cómo Milei va arrinconando a Macri
El ex presidente venía endureciendo su discurso contra el Gobierno en el plano institucional.El costado con el cual el PRO pretende sobrevivir al paulatino sometimiento a que lo somete La Libertad Avanza.Milei tomó nota de tales novedades.
Javier Milei acaba de conseguir dos impactos políticos domésticos antes de embarcarse en el viaje a Miami que le permitirá, se supone, la fotografía anhelada con Donald Trump, electo hace poco presidente de los Estados Unidos. Además de participar en la cumbre conservadora que liderará el líder del partido republicano.
El INDEC comunicó que, finalmente, el índice de costo de vida de octubre perforó el piso del 3%. Ha sido del 2.7% que determina un alza de precios del 107% en diez meses y del 193% interanual. Se trata de la inflación más baja en tres años. Se trata, fundamentalmente, del ancla que le permite a la administración libertaria mantener una elevada adhesión social frente a otro tipo de carencias: de consumo, partidarias, institucionales y formas de entender el ejercicio del poder que despiertan dudas acerca del formato que a futuro podría adquirir el sistema democrático.
La otra cuestión que sobresale es, en esencia, política. Demostraría algo cercado por interrogantes desde diciembre que el paso del tiempo parece despejar de a poco. Milei se amigó rápido con las destrezas necesarias para la administración del poder. Representado por alguien cuya experiencia fueron apenas dos años en la Cámara de Diputados y ninguna pertenencia partidaria. El Gobierno enfrentó en las últimas horas el difícil desafío que planteó la oposición para limitar los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) y hacer caer el canje de deuda del ministro de Economía, Luis Caputo. Logró neutralizarlo con una doble maniobra: la solidaridad que otra vez demostró el PRO de Mauricio Macri con el líder libertario; la dispersión natural y también provocada en Unión por la Patria que imposibilitó que sus diputados fueran determinantes, como se conjeturaba, para obtener el quórum.
Macri venía endureciendo su discurso contra el Gobierno en el plano institucional. El costado con el cual el PRO pretende sobrevivir al paulatino sometimiento a que lo somete La Libertad Avanza. Milei tomó nota de tales novedades. Se encargó de subvaluar rápidamente la incidencia del macrismo en el Gobierno. El portavoz, Manuel Adorni, resultó el más lesivo cuando le preguntaron sobre el vínculo de Macri con el líder libertario: “Es un buen amigo del Presidente, a quien invita cada tanto a comer milanesas”, comentó con su habitual rostro pétreo. Con mayor delicadeza, el Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, tomó un rumbo similar: “He leído algunas críticas del ex presidente. Tiene derecho, aunque me parecen totalmente injustificadas”, expresó.
El ingeniero transita por un sendero muy estrecho. Sabe de las falencias institucionales de Milei. A diferencia de lo que dijo el gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio. Para él no serían importantes cuando “en la Argentina hay un 50% de pobreza”. El mandatario provincial las limitó a un problema del estilo presidencial. El tiempo dirá sobre lo acertado o no de tal caracterización. Macri vacila.
El problema consiste en que el ex presidente comulga mucho con el rumbo económico. Hasta estaría envidiando cierta “inconciencia” y audacia de Milei en la toma de decisiones. Eso lo induce a un repliegue ni bien avizora algún momento delicado. Sucedió con la sesión en la cual se cayó el tratamiento de los DNU. Macri nunca imaginó que Unión por la Patria se desperdigaría como lo hizo. Se anticipó y bajó la orden a los diputados del PRO para que no dieran quórum.
La decisión la adoptó en un encuentro del cual participaron Jorge Macri, el jefe de los diputados, Cristian Ritondo, Diego Santilli, Maria Eugenia Vidal, el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, Fernando De Andreis y Soledad Martínez. Su argumentación estuvo a tono con el mensaje de las últimas semanas. Reiteró que modificar los DNU -un resorte crucial para Milei- atentaba contra la gobernabilidad y la institucionalización.
Se habría tratado, sobre todo, de no bajar las banderas de la narrativa interna que mantiene con la administración libertaria. Porque revisando parte de la historia, el PRO fue en el Congreso el partido que mayor cantidad de proyectos presentó en contra de la utilización indiscriminada de los DNU, que como senadora reglamentó Cristina en julio del 2006.
Macri propuso otro objetivo para exhibir firmeza ante algunos diputados que empiezan a mirar extrañados aquella mecánica de las contramarchas. Aseguró delante de los asistentes a esa reunión del lunes que se pondrían condiciones para que se aprueba el Presupuesto únicamente si se contemplan las necesidades de las provincias gobernadas por el PRO. ¿Está convencido el ex presidente que a Milei le desespera la aprobación del Presupuesto? ¿No se sentiría más cómodo, a lo mejor, con la prórroga del actual? Si eso ocurriera constituiría una excepción en democracia: dos (o tres) períodos consecutivos con las mismas estimaciones económicas.
El paso del tiempo también torna incómoda la situación del ex presidente. Una vez con Milei y varias con Santiago Caputo, el joven asesor convertido en intermediario con la Casa Rosada, Macri trató de imponer alguna conversación sobre el año electoral que se avecina. ¿Alianza total o por distrito? ¿Cómo se haría la integración de las listas?. Silencio libertario.
La indefinición derivó en conversaciones impacientes de Macri con el Jefe de la Ciudad, su primo Jorge. El ex intendente de Vicente López insiste en que el Gobierno sigue sin cumplir con la coparticipación. Cada día estaría recogiendo señales en torno al deseo libertario de debilitar el territorio de origen del PRO. En la Legislatura, donde influye Karina Milei, percibe que el bloque libertario se mueve metódicamente en contra el oficialismo porteño.
Tampoco el ingeniero estaría aún en condiciones de descifrar la estrategia que cavila el mileismo para enfrentar al kirchnerismo en Buenos Aires. De allí que resulta difícil, como pretende Jorge Macri, establecer ahora mismo reglas de juego para la Ciudad. Va instalándose en la comarca del partido aliado del Gobierno un temor: que el PRO vea estrechar sus márgenes de negociación si la estabilidad económica y alguna recuperación productiva terminan por envalentonar al mileísmo.
En ese caso, habría que prestar atención al comportamiento de los diputados macristas. ¿Soportarán la incertidumbre hasta el minuto final?. ¿O empezarán a desgranarse para ocupar algún sitio en las listas futuras? . ¿Seguirán reparando en los atropellos frecuentes de Milei o se conformarán con las noticias favorables que pueda arrimar la economía? . Incógnitas que indican que a 11 meses del gobierno de Milei el PRO empieza a rastrear un destino ahora incierto.