Toda la Argentina en una sola página

Milei = (Macri + Cristina)2 + Conan

Milei = (Macri + Cristina)2 + Conan
columnistas

No pasa una semana sin que el Presidente sorprenda con un nuevo hecho que corrobora su estilo disruptivo. Con sus mensajes de odio contra el Estado, políticos y periodistas; las continuas referencias esotéricas y la promoción permanente de un sistema económico inédito como el anarcocapitalismo.

Para entenderlo, no se debería olvidar que Javier Milei (como todo líder) es la consecuencia de un proceso histórico y no su causa. Consecuencia de los que, antes que él, no cumplieron con lo que se esperaba de ellos. Los “ellos” no son solo los líderes que encarnaron esas expectativas, sino las alianzas socioeconómicas que los sustentaron y fracasaron junto a ellos. Aunque la personalización del mal ayuda a expiar culpas y a simplificar lo que resulta complejo.

Milei simplificó tanto que triunfó postulando que todos los políticos son parte de una “casta” responsable de la decadencia argentina. Y logró instalar que él, sus funcionarios, sus legisladores y su partido no son políticos ni casta, sino representantes de “la gente de bien” impulsados por “las fuerzas del cielo”.

Pero como otros antes que él, Milei es un líder político surgido como consecuencia de lo que otros hicieron o dejaron de hacer y de la frustración social producida por la distancia entre lo que los argentinos queremos ser y lo que somos.

Muy distinto en muchos aspectos a Cristina Kirchner y a Mauricio Macri, pero parecido en otros. Por eso no es raro que su electorado se haya nutrido de antiguos votantes macristas y kirchneristas.

Tratar de entender por qué el Presidente actúa como actúa obliga a entender primero que él... 

En un sentido, Milei es hijo político de Macri y de Cristina, porque nació del fondo de la grieta que durante una década ambos cavaron. Primero ella y después de 2017, él (cuando abandonó el relato antigrieta con el que había asumido). Compartiendo el concepto shmittiano de amigo-enemigo que ahora profundiza el libertario.

De hecho, hay algo en las formas de Milei, en su decisionismo (símil Cristina) y en sus ideas (símil Macri), que le granjea algún grado de simpatía en los expresidentes.

Hijo de Cristina y Macri. Es que tras años y años de mensajes agrietados y violentos (alimentados y retroalimentados entre líderes y liderados), existían dos posibilidades. Una era que, ante el fracaso de lo anterior, una nueva mayoría circunstancial optara por una alternativa moderada.

La otra posibilidad fue la que finalmente prosperó. De padres (líderes y sociedad) agrietados surgió un descendiente aún más agrietado. Con un nivel de violencia gestual y discursiva que a Macri lo avergüenza en privado y a Cristina le hizo decir hace una semana que, frente a las formas del Presidente, ella parece “la condesa de Chikoff”, por la fallecida especialista en protocolo y buenos modales.

La triste historia personal de Milei (violentado por sus propios padres) le aporta una cuota adicional de violencia que aparece cuando a su habitual agresividad le suma el componente de la crueldad. La misma crueldad que sufrió de niño.

Como si fuera un agradecimiento hacia los mentores de la grieta de la cual surgió, él parece devolverles respetabilidad: a Macri lo llama “Presidente” y a Cristina se limita a cuestionarla política pero no judicialmente.

Es difícil encontrar en los archivos el nombre de un político al que Milei no haya insultado. Las excepciones son Cristina y Macri.

Pero Milei es Cristina + Macri, al cuadrado. Toma la vehemencia comunicacional de Cristina y las ideas más liberales de Macri, pero le suma el índice multiplicador de su personalidad y de su anarcocapitalismo.

... no es causa sino consecuencia de un país que, antes que él, ya estaba económica y psicológicamente roto

Porque a diferencia de Cristina y, en menor medida, de Macri, este hombre quiere eliminar el Estado de la faz de la Tierra, desde la educación hasta las obras públicas. Y casi que detesta por igual a la escuela neokeynesiana del cristinismo como a la neoclásica del macrismo. En Davos denunció a ambas por ser culpables de la avanzada mundial del socialismo que él percibe.

Se parece y lleva al extremo la vocación confrontativa de Cristina y su desprecio por el periodismo crítico. Y, como también lo hizo ella, fomenta a un equipo de periodistas militantes que justifican lo que hace y atacan al que no piensa igual, concediéndole entrevistas solo a ellos y rechazando conferencias de prensa por temor a que le pregunten lo que otros le garantizan jamás preguntar.

A Macri lo acerca su fascinación por el mundo de los héroes, que para Milei lo habitan solo los empresarios, y es el hábitat natural del expresidente. Lo que los separa es que Macri conoce desde adentro al empresariado que Milei admira. Y, desde adentro, lo que siente Macri no es admiración.

Padre de Conan. La última pata de la ecuación Milei no está representada por un ser humano, sino por un ser divino. Que eso es para Milei su querido perro Conan.

El vocero presidencial y los periodistas oficialistas se asombran de por qué esa macota presidencial despierta tanto interés. Ellos saben la respuesta, aunque nunca se atreverían a repetirla en público. En público solo se molestan porque dicen que se trata de un tema privado.

Y Conan puede significar muchas cosas, pero nunca un tema privado. Por varias razones:

1) Fue el Presidente el que habló de él en decenas de entrevistas, o cuando le dedicó su triunfo electoral o cuando recientemente dijo que el “pacto de mayo” se realizará en Córdoba porque Conan es cordobés.

2) Conan no existe. No en el plano terrenal. Milei siempre habla de él en presente, de cómo es y de cuánto lo quiere. Pero Conan falleció en 2017. Sus funcionarios lo saben, pero es un tema tabú en el Gobierno. También lo saben los periodistas, pero los que tienen permitido preguntar no preguntan: “¿Presidente, por qué dice que Conan sigue vivo si murió hace siete años? ¿Es verdad que usted habla con él y que él le responde desde el más allá, como investigó su biógrafo y como confirmaron luego otros testigos, como la veterinaria-médium Celia Melamed, quien acaba de decir que también capacitó a su hermana Karina en ‘comunicación interespecies’?”.

Los oficialistas que traicionan a Milei

3) Tanto el Presidente como su vocero sostienen que, para Milei, Conan y sus otros mastines ingleses son considerados hijos. Sin embargo, cuando los periodistas preguntan cuántos “perros-hijos” tiene, la respuesta vuelve a ser que es un tema privado. Los mandatarios del mundo informan públicamente sobre los datos básicos de su familia; como el nombre, edad y cantidad de hijos. Vivos o fallecidos.

4) La pregunta sobre la cantidad de perros abre otro interrogante. Porque hace un mes la revista Noticias comprobó que, además de la muerte de Conan, había fallecido otro de sus clones. Por lo que en Olivos no hay cinco perros, como repite el jefe de Estado, sino cuatro.

5) Cada vez que los corresponsales extranjeros le preguntaron si era cierto que él cree que sus perros son capaces de darle consejos, como también asegura la biografía El loco (Juan Luis González, editorial Planeta) y tras su publicación confirmaron distintos testigos, Milei no responde. Solo dice que, si así fuera, serían los mejores asesores, y que es su vida privada.

¿Son un tema privado las creencias esotéricas y la forma de ver la realidad de quien maneja los destinos de un país? ¿No tiene la sociedad derecho a conocer si su presidente cree mantener diálogos con un perro que ya no existe o recibir asesoramiento de sus mastines? ¿Es o no relevante que quien percibe la avanzada del socialismo en el mundo también perciba más perros de los que ven quienes lo vistan en Olivos?

Es cierto que son temas delicados y que obligan a ser tratados con respeto, pero en tanto no se puedan clarificar, Conan y sus clones van a seguir despertando interés público, dentro y fuera del país.

Milei, el hombre surgido del fondo de la grieta nacional, el que la profundiza y la vuelve más violenta, el que le suma su impronta esotérica, es el mismo que se jacta de querer instaurar el primer sistema sin Estado del planeta porque cree que Dios lo eligió.

Milei no es la causa de un país económica y psicológicamente roto. Es su consecuencia.

No es él.

Siempre somos nosotros.

803657

Suscribite a nuestro newsletter

Un resumen de las noticias más relevantes directo en tu email.