Fue una exposición breve. No duró más de dos minutos. Pero para la canciller Diana Mondino fue suficiente para exponer en París el "fuerte deseo" de la Argentina de ingresar cuanto antes a la Organización para el Desarrollo Económico (OCDE) que nuclea a los países más desarrollados del mundo y que le otorgarán al país un mejor escenario para recibir inversiones extranjeras.

Durante la asamblea anual de la OCDE que se desarrolla en Francia la canciller Mondino mostró el "fuerte interés" que el gobierno de Javier Milei tiene para ingresar en ese selecto club de países y habló de los nuevos cambios en política económica que comenzaron desde diciembre con la llegada del nuevo gobierno en Argentina.

Mondino fue recibida en París del secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, con quien dialogó sobre la "hoja de ruta para la adhesión a la OCDE" que marca el comienzo formal del proceso de acceso de nuestro país. 

En rigor, este planteo de ingresar a la OCDE se inició hace ocho años en 2016 con el presidente Mauricio Macri. Después llegó Alberto Fernández a la presidencia y nunca mostró interés alguno en ingresar a esta organización de países desarrollados. Más bien, el gobierno de Fernández se alejó sustancialmente de la idea de ingresar a la OCDE y tomó el camino de los BRICS (Brasil, India, Rusia, China y Sudáfrica) que ahora Milei abandonó.

Al presentar la hoja de ruta de Argentina a la OCDE Mondino se entusiasmó y dijo que "este el mejor legado que podemos dejarle a nuestros hijos y a las próximas generaciones de argentinos".

Con la exposición de Mondino en París en la asamblea de la OCDE y la presentación de la hoja de ruta comienza ahora para Argentina un muy exigente proceso de evaluaciones en 26 comités sobre cuestiones institucionales, económicas, sociales y ambientales con el propósito de converger con el cuerpo de 250 buenas prácticas y estándares internacionales de la OCDE. 

Es decir, que en adelante habrá misiones de la OCDE que vendrá al país para hacer una evaluación de la marcha de la economía, el plan de inversiones del país, los niveles de ejecución presupuestaria, el pago de la deuda, las normativas necesarias en materia de lavado de dinero, de cumplimiento de metas fiscales, inversión en salud y educación, los niveles de infraestructura que tiene el país y el repaso de leyes actualizadas, entre otros requisitos.

Está claro que el alineamiento de Milei con Estados Unidos y la Unión Europea le servirá de plataforma para ingresar en la OCDE pero deberá cumplir estrictamente con las exigencias de este organismo.

Todo este proceso puede llevar a demorar más de cinco años. Chile completó estas evaluaciones en seis años y Colombia lo realizó en ocho. Hay un largo camino por delante. Pero los beneficios finales si el país ingresa a la OCDE pueden ser variados: desde la mejora en los niveles de inversión extranjera hasta el acceso más fácil para lograr el aval al crédito internacional.

La OCDE es una organización internacional que reúne a 38 países relevantes del mundo que originan el 75% de la inversión y el 60% del comercio global a través de las mejores prácticas y estándares internacionales para las políticas públicas.

Marcelo Scaglione, especialista en política y cooperación internacional y exfuncionario de Macri que trabajó arduamente para ingresar a la Argentina en la OCDE dijo a El Cronista que "este proceso constituye una herramienta estratégica para que Argentina pase de ser una economía emergente y subdesarrollada y se convierta en un país desarrollado y completamente integrado al mundo de acá a 25 años".

Además, Scaglione sostuvo que "será relevante aunque no fácil el ingreso de Argentina en la OCDE". Durante el mandato de Macri, este especialista en temas internacionales trabajó con todos los ministerios para poder presentar un ordenamiento de cuentas y gastos en la administración nacional. Macri se quedó a mitad de camino. Ahora Milei buscará la revancha.